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La refundación de la Marina Auxiliante

La antigua cofradía de pescadores del Cabanyal busca fórmulas para rentabilizar su patrimonio

La derogación de la prolongación de Blasco Ibáñez por parte del gobierno de Joan Ribó y la expectativa de revalorización suscitada al socaire del proceso de rehabilitación impulsado con ayudas públicas ha dado nuevos bríos a la cofradía de pescadores de la Marina Auxiliante.

Esta antigua cofradía de pescadores, que ha estado al borde de la extinción y que ahora se está refundando como sociedad limitada, la forman un centenar de accionistas, descendientes de los patronos de barco que la fundaron. Ninguno de ellos se dedica a la pesca y la mayoría vive fuera del Cabanyal. La Marina Auxiliante se destina en la actualidad a gestionar su patrimonio inmueble (la lonja de pescadores, la casa «dels bous» y la fábrica de hielo) y a custodiar la documentación y los antiguos útiles de pesca que conservan. Tienen su sede en el número 153 de la calle Eugenia Viñes y su deseo ahora sería «sacar alguna rentabilidad» a su patrimonio después de muchos años en los que sólo les ha costado dinero (en impuestos y en mantenimiento). Así lo explica Melchor Gallart, miembro de la directiva de la Marina Auxiliante, quien asegura que los edificios se venderán si se ofrecen cifras razonables. Hasta ahora las cantidades han sido «de risa», afirma sin concretar Gallart, quien asegura que «sin los derribos, la zona se va a revalorizar mucho».

La sociedad Plan Cabanyal está interesada en adquirir o buscar fórmulas de cesión de los edificios históricos propiedad de la Marina Auxiliante, si bien recuerda que esta sociedad solo es propietaria del vuelo de los inmuebles y no del suelo, que es de titularidad pública y cuya concesión ya está cadudacada.

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