Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Morera, heredero de Pere Mayor, es desafiado por su «familia política»

Las trincheras regresan al Bloc

El pacto con Podemos es sólo el detonante de una fractura larvada que augura, doce años después y cuando más poder atesoran, otro congreso de confrontación

Las trincheras regresan al Bloc

«Hem comprat l'entrada del cinema junts, però després seurem a llocs separats». Con este símil explicó Pere Mayor en 1987 la estrategia del pacto que habían alcanzado su partido, Unitat del Poble Valencià (UPV), y Esquerra Unida para saltar la barrera del 5% y entrar en las Corts. Luego, cada cual haría camino por separado. Y así fue. El entonces líder valencianista y Aureli Ferrando se convirtieron en los primeros diputados del nacionalismo valenciano de raíz fusteriana encarnado por la UPV, que había nacido tres años antes. Aquel pacto no salió gratis. Se consumó la escisión del sector menos izquierdista. Nació el Partit Valencià Nacionalista (PVN), con Pepa Chesa y Albert Girona, entre otros. UPV perdió la paz en su afán por conquistar territorio.

Hoy, otro pacto electoral, entre Compromís y Podemos, de nuevo solivianta la organización refundada como Bloc en enero de 2000. «El pacto con Podemos es sólo el último desencadenante» subrayaba el eurodiputado Jordi Sebastià y la teniente de alcalde de Valencia Consol Castillo el viernes, cuando anunciaron una tregua electoral y prometieron «volcarse», estar «a muerte» con su candidato Joan Baldoví, tras reiterar sus denuncias de «falta de democracia» al no respetarse la voluntad de los afiliados, que no querían ir con Podemos.

Un acuerdo y un no pacto con EU que han generado una tormenta de siete dimisiones en la ejecutiva. Paradojas del valencianismo político, 28 años después la bronca llega por no pactar con Esquerra Unida. Quizás el error de Enric Morera „admiten sus afines„ fue no negociar con tiempo un acuerdo bilateral con EU para traerlo como dote política a la confluencia con Podemos, igual que el acuerdo con Pablo Iglesias fue cerrado por Iniciativa.

Primarias y pacto del Consell

Quizás el líder del partido tardó demasiado en dar crédito a que Iniciativa estaba resuelta a ir con Podemos, con o sin el Bloc. El requiebro de última hora para arrancar un ajustado sí del Consell Nacional no apagó la mecha. Un sí que anulaba el no al pacto del 74% de los militantes y el 75,6% que apostó por confluir con EU. Ha sido la guinda a la tensión acumulada con Iniciativa en el debate del reglamento de primarias autonómicas y en la negociación para formar el Consell. Proceso en el que los críticos acusan a Morera de plegarse ante Mònica Oltra. La negativa de ésta a aceptar a Mayor de conseller de Economía consumó la ruptura de Morera con su «familia política».

El congreso del Bloc que se celebrará entre abril y junio de 2016 ha sido el decorado ideal para desatar las críticas al secretario general y dimisiones. A un Enric Morera que salió tocado del congreso de octubre de 2012, pese a ser reelegido con el 86%,

el mayor de los apoyos cosechados en los cuatro congresos que ha ganado. Sus afines de siempre no acabaron de entender que, ante el embate de los entonces críticos (el Bloc Jove o el BES) cedió hasta la Secretaría de Organización a Àgueda Micó, entonces desafecta.

Estrategia al margen, hay razones políticas para que las diferencias larvadas afloraren: el Bloc es «nacionalista valencià» e Iniciativa no. El ideólogo de este último partido, Pasqual Mollà, en mayor medida incluso que Oltra, ancla sus referencias en Podemos, el ecologismo y la izquierda alternativa en un marco español, que los valencianistas conciben como ajeno. Los críticos del Bloc están convencidos de que Compromís-Podemos no podrá formar grupo en el Congreso y que los diputados de Iniciativa (salvo sorpresas, Enric Bataller e Ignasi Candela) se quedarán con Podemos y no acompañarán a Baldoví y a Marta Sorlí al Grupo Mixto.

El pacto y sus circunstancias han disparado las disputas internas. Justo, aquí otra paradoja, cuando el Bloc, con 2.900 afiliados, ha alcanzado las mayores cotas de poder de su historia. Un eurodiputado, un diputado en el Congreso y diez autonómicos, provinciales. Y buena parte de los 722 ediles de Compromís, que controla 84 alcaldías.

Doce años después del cónclave de la sucesión de Pere Mayor, ganado por su heredero Enric Morera por dos votos (324 a 322) a la hoy vicepresidenta de la diputación Maria Josep Amigó, de nuevo el Bloc camina hacia un congreso de confrontación de listas. Morera difícilmente optará a seguir „coinciden varias fuentes„ tras doce años al frente, con tres reelecciones, con un 85% (en 2006), 75% (2009) y 86% (en 2012). Toda una declaración de querencia por integrar y repartir juego. Quizás ha sido clave en el milagro Compromís.

Las elecciones, con Joan Baldoví de cartel, piden la tregua que todos se han prometido para no desgastarse. El 21D se retomará el congreso que la disidencia quiere extraordinario. Más cuestión simbólica que de consecuencias efectivas en el calendario. Será, en todo caso, entre abril y junio. Al congreso urgente se puede llegar por cuatro caminos: la dimisión o la votación mayoritaria de la ejecutiva, que lo pidan órganos territoriales que representen a la mayoría, que lo vote el Consell Nacional o que lo exijan el 25% de los afiliados. En plena «tregua», las asambleas comarcales de l'Horta Sud y Baix Vinalopó ya han pedido congreso extraordinario.

Fractura generacional

El pulso, que en parte se dirimirá en términos de fractura generacional, tendrá probablemente más de un candidato. Lejos queda el histórico congreso de l'Eliana de 1996 en el que Pere Mayor siguió liderando UPV porque nadie quería tomar el relevo. Una cita en la que se enterró el tarro de las esencias identitarias, los Països Catalans como asimilación entre dominio lingüístico y nación, la quatribarrada o el nombre de la lengua, al calor de Sobre la nació dels valencians, que estaba cocinando Joan Francesc Mira.

El ganador deberá conducir al partido en la exigencia de un congreso constituyente de Compromís en el que el Bloc quiere abordar la refundación de la coalición. Para fijar normas que eviten el permanente proceso negociador, nunca exento de tensiones, en cada cita con las urnas. Difícilmente lo aceptará Iniciativa, coinciden todos, porque el actual modelo de soberanías compartidas le renta políticamente.

Compartir el artículo

stats