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El «Broadway» de Ruzafa

Recuerdos del Bataclán en Valencia

La mítica sala, tristemente célebre en la actualidad por los ataques terroristas sufridos en París, inspiró la apertura de varios cabarets en España

Recuerdos del Bataclán en Valencia

Escenario del ataque más crudo de la reciente masacre terrorista acaecida en Francia, la sala Bataclán siempre ha sido considerada como uno de los emplazamientos culturales con más solera de la Ciudad de la Luz. Transformada en cine en 1932 y con su característica forma de pagoda como principal rasgo físico, el teatro se había convertido durante los últimos tiempos en uno de los lugares de culto de la noche parisina, especializándose como sala de conciertos.

Los tiros han causado que su nombre se haya pronunciado durante la última semana en todo el planeta „fue trending topic mundial en Twitter„, pero la verdad es que la sala Bataclán siempre ha sido un referente. Y de talla mundial.

Su influencia traspasó fronteras hace muchos años, llegando hasta ciudades como Valencia o Barcelona en España. Así, la capital del cap i casal también contó durante la República con un cabaret bautizado de forma homónima.

El bibliófilo e historiador Rafael Solaz desgrana parte de la historia de este local en el libro La Valencia Prohibida (Pentagraf, 2005). El autor comenta que los antecedentes de la llegada del Bataclán a la ciudad se remontan al llamado Teatro Martí, instalado en la calle Pi y Margall. «Estaba basado en la moda del renacimiento francés, contando con reservados, sala café, foyer y restaurante», apunta. Sin embargo, la llegada de los espectáculos del género ínfimo „como se conocía entonces al cuplé„ cambió la fisonomía y aumentó la popularidad de un establecimiento ya conocido como Bataclán, que pronto adquirió fama de «libertino». «De este teatro se decía que abría tarde, noche y madrugada hasta que sale el sol y un ratito más», comenta el experto. Y los vecinos más mayores del lugar refrendan sus palabras. Vicente Herrero reside en la zona de Ruzafa, que entonces acogía en sus inmediaciones al llamado «Broadway» valenciano: un conjunto de cafés, cabarets y salas de ocio donde los comerciantes, los visitantes de los pueblos y los residentes en Valencia con recursos se gastaban el dinero. «Yo tenía 13 años y trabajaba de repartidor en una licorería. No podía pasar de la puerta porque era menor y no debía ver a las señoritas. La verdad es que se puede decir que era un establecimiento muy atrevido, con fotos de mujeres desnudas o en paños menores en la fachada. Recuerdo que algunos señores iban adrede para verlas entrar a trabajar», argumenta mientras hace memoria.

Casi 100 artistas

Que el Bataclán se convirtió en una de las estrellas de la noche de Valencia lo demuestran los datos aportados por Solaz. El historiador comenta que «en algunos momentos llegó a contar con casi 100 artistas, destacando personalidades como Lolita Peiró, Conchita Franco, Chelo Torga, Caridad Rosique y Adelina Durán... con música de las orquestas Serenadurs Jazz y Grikett's Orchesta». Según explica en su libro, la entrada en el Bataclán era libre: «tan solo se pagaba la consumición, que en el año 1920 era de dos pesetas. El champagne era la bebida que más corría... su presencia era prácticamente habitual en todos los cabarets».

Luis Miguel González, también vecino de Valencia, ahonda en su fama: «Nunca entré, pero sí pasé varias veces por la puerta. Veía de fuera el ambiente que había. Y era muy festivo». No hay constancia oficial de su cierre, aunque todos los indicios hablan del fin de la Guerra Civil. El nuevo régimen cambio hasta el nombre de su calle.

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