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Línea defensiva Puig-Carrasols

Bétera recupera la memoria histórica

La localidad del Camp de Túria rehabilita las trincheras y búnkeres de la Guerra Civil

La concejala de Cultura, Daría Terrádez, y el arqueólogo Josep Maria Burriel, observan los trabajos que se están realizando en las trincheras del Corral del Quircho. Fotos de Eduardo ripoll

El Ayuntamiento de Bétera ha comenzado a poner en valor las trincheras de la Guerra Civil, es decir la línea defensiva «Puig-Carrasols» o «Inmediata» que construyó el Ejército Popular en 1938 ante la ofensiva de Franco en Valencia.

La primera fase de los trabajos se llevan a cabo en los búnkeres del Corral del Quircho y de la Jonquera II comenzaron semanas atrás y está previsto que finalice a últimos del mes de diciembre. Consisten en la limpieza y desescombro de las trincheras, los búnkeres y el entorno. También se está procediendo a la eliminación de la vegetación y que ahora impide una visión íntegra de la zona y a la habilitación de sendas de tránsito que serán debidamente señalizadas con cartelería.

En la segunda fase está prevista la musealización de las fortificaciones y la construcción de un centro de interpretación.

El arqueólogo Josep Maria Burriel, que asesora estas obras de acondicionamiento, señaló a Levante-EMV que las trincheras tienen una extensión de unos 6 kilómetros. «Desde el año 2000 la línea Puig-Carrasols está protegida por el Plan de Ordenación Urbana de Bétera. Las trincheras son Bien de Relevancia Local, pero la protección del PGOU quedó en una mera declaración de intenciones, ya que se fueron deteriorando sin que nadie hiciera nada».

La línea defensiva «Puig-Carrasols» no entró nunca en funcionamiento ya que fue construida en la primavera de 1938 y el avance de las fuerzas franquistas era imparable. La «Inmediata» se extiende desde el Puig de Santa Maria hasta el río Túria atravesando las partidas de Bofilla, Carrascal, La Pelosa, El Císcar, Loma de Calderer, Corral del Quircho, Más de Elias, Barranco del Hortelano y La Jonquera.

Almacén de munición y refugio

Los puntos fortificados, con casamatas, trincheras y galerías subterráneas „que servían para almacenar munición y de refugio ante un eventual ataque aéreo„se situaban estratégicamente a escasos metros unos de otros, controlando los caminos y carreteras que se dirigían a Valencia.

Burriel afirma que el centro fortificado del Corral del Quirro «es uno de los mejores conservados en Bétera, a pesar de estar colmatado en gran medida por escombros y vegetación alóctona. Se localiza sobre una suave loma en la partida de Carrascal junto al corral del Quirro. A grandes rasgos consiste en una gran corona de trincheras excavadas en la roca en zig-zag que comunican la única casamata localizada con las galerías subterráneas. En la actualidad se conserva un gran búnker de planta rectangular con dos troneras orientadas hacía las carreteras de Bétera a Moncada y Bétera a Godella. Está construido de hormigón armado de hierro. Las galerías localizadas son cuatro comunicadas entre ellas»., describe el técnico.

El arqueólogo destaca también las casamatas de la Jonquera. «El centro lo constituye en la actualidad un gran búnker principal de forma aproximadamente triangular de gruesos muros de hormigón encofrado con dos troneras orientadas al Norte y Noroeste, con cientos de metros de trincheras excavadas en la roca en zig-zag y galerías subterráneas».

Josep Maria Burriel ve con buenos ojos que las localidades que albergan en su término fortificaciones de la línea defensiva «Puig-Carrasols» «trabajen de forma coordinada para su puesta en valor. El Puig, Paterna, Nàquera, Riba-roja de Túria, Moncada y Bétera podrían tener una política conjunta en este tema o intercambiar experiencias y proyectos», señala ilusionado el arqueólogo.

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