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Pedro Ballestero «No se me va de la cabeza que alguien lo atropelló»

A los 63 años salió a dar una vuelta cerca de casa, en Nou Moles, antes de comer. Su plato todavía le espera en la mesa

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El 24 de agosto de 2005 Pedro Ballestero, de 63 años, salió a dar una vuelta cerca de su casa, situada en la calle Castán Tobeñas de Valencia, hasta la hora de la comida. Su plato se quedó en la mesa. Un vecino lo vio sentado en un parquecito en torno a las doce y media, pero Pedro nunca llegó a subir a casa a comer. En un primer momento sus familiares pensaron que se habría desorientado, ya que un par de años antes ya le había ocurrido algo similar, aunque lo encontraron esa misma tarde. No obstante, después de más de diez años sin saber de él y sin hallar su cuerpo las esperanzas ya se han esfumado. «No se me va de la cabeza que alguien lo atropelló o se lo llevó», sostiene Antonia, esposa del desaparecido.

Pedro llevaba encima su documentación y una garrota con la que se ayudaba al caminar. Además tenía problemas de corazón. «Conocía Valencia como la palma de su mano pero puede que le diera algo y perdiera el conocimiento», apunta uno de sus hijos. «Los médicos dijeron que tenía algunas lagunas, pero no sé si era principio de Alzheimer», explicaba. «Después de diez años sin ninguna llamada ni ningún movimiento bancario que indique que está vivo, por lo menos que nos digan si está muerto para poder descansar él y nosotros», suplicaba su hijo Antonio.

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