El residual valencianismo contrario a la normativa oficial de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) ha virado ahora todas sus críticas hacia el decano de la RACV, Federico Martínez Roda. Esa minoritaria igual desconoce que la entidad centenaria está formada por «personas de reconocido prestigio en el ámbito cultural valenciano», tal como figura en sus estatutos.
Además, como fundación pública que es, la Real Acadèmia de Cultura Valenciana, tiene entre sus miembros una representación de las entidades públicas de las que depende. Así, en la condición de Académicos de Número, vinculado al cargo, se integran en la entidad el presidente de la Diputación, con el título de President d´Honor, así como el alcalde de Valencia, como Vicepresident d´Honor. Por tanto, Jorge Rodríguez (PSPV) y Joan Ribó (Compromís) son en la actualidad presidente y vicepresidente de Honor de la RACV. Ambos designan dos diputados provinciales y dos concejales, respectivamente, que tienen derecho a asistir a las Juntas Generales haciendo uso de su condición de académicos de número.
El ingreso como académico de número en la RACV debe estar avalado por dos miembros actuales y es obligatoria una lectura pública de un discurso integro, el cual debe ser contestado por otro académico.
La entidad fundada en 1915 tiene dieciséis secciones, y aunque la de Llengua es la más conocida, también son muy activas la de Historia y Economía. El responsable máximo de cada una de estas secciones es un académico de número de la RACV, que actúa como director, e incluso se pueden integrar en las diversas secciones personas de reconocido prestigio de fuera de la institución para colaborar en los trabajos de investigación que realiza cada sección, aunque es preceptiva la aprobación de la Junta de Gobierno y la ratifica ación d la Junta General.
Pero la última palabra la tiene finalmente el decano, que «es director nato de todas las secciones», tal como recogen los estatutos vigentes de la RACV.
