Primero surge el malestar, luego se acude al botiquín o la farmacia, y finalmente se ingiere el medicamento. Por decisión propia y sin mediación de ningún profesional sanitario en el diagnóstico, prescripción o revisión del tratamiento.
Así es la automedicación. Y su práctica se extiende. Una tesis doctoral defendida en la Facultat de Medicina de la Universitat de València, elaborada por el doctor Marwan Muhana Al nono, radiografía y cuantifica la «Automedicación en pacientes en Urgencias de un centro de Atención Primaria». La conclusión impacta: un 57,3 % de las personas que acuden a Urgencias se automedican antes de consultar con un profesional. Es decir: intentan resolver su enfermedad automedicándose antes de recurrir a un médico.
La investigación de Marwan Muhana „sobre una muestra de 804 pacientes de la sanidad valenciana„ advierte de que esta tasa de automedicación detectada en el estudio «es una de las más altas descritas en países europeos».
Un aspecto resulta llamativo: la mayoría de personas que se automedicaron (un 32 %) seguían recomendaciones de sus familiares y amigos. Es el doble que los movidos por indicaciones antiguas de un médico o de los que tomaban un fármaco siguiendo los consejos de una prescripción anterior. Impera el «pren-te açò que va molt bé».
Los reyes de la automedicación, presentes en dos de cada tres casos, son los analgésicos (paracetamol) y los antiinflamatorios no esteroides (ibuprofeno) para las patologías más frecuentes: los trastornos otorrinolaringológicos „resfriado, faringitis, amigdalitis„ y dolencias osteomusculares y traumatológicas.
Cabía esperarlo. Más reveladores son los motivos por los que las personas que se automedican: casi en el 38 % de los casos se debe a que su dolencia es un «problema leve de salud». Pero en un 25 % de situaciones las razones son peculiares: por falta de tiempo para ir al médico (16 %), no le gusta ir al médico (8 %) o encuentra un difícil acceso a los servicios sanitarios (1 %).
El tiempo es el bien que persiguen los asiduos a la automedicación: el 62 % de los que no acuden al médico y se toman fármacos sin prescripción facultativa persiguen «ahorrar tiempo evitando las esperas en el centro de salud» y «no malgastar los recursos sanitarios ni el tiempo en problemas de fácil solución».
Posología incorrecta en el 26 %
El resultado de la automedicación, según este estudio, deja que desear. Se detectaron un 26 % de casos de posología incorrecta frente al 65 % de casos de posología correcta. El 1,7 % de los pacientes sufrió algún efecto adverso con los medicamentos sin receta. En concreto, con Flutox y la amoxicilina-ácido calvulinico.
Los datos del estudio empujan a su autor a concluir que, «debido a la inadecuada y elevada automedicación en nuestra población, a los grupos ´de riesgo´ habría que priorizarlos como destinatarios de los programas de educación sanitaria para la mejora de la automedicación». A no acudir por norma al botiquín sin consultar al médico o el farmacéutico.
