Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Reordenación

Barón de Cárcer busca renovarse

El arquitecto César Mifsut da nuevas claves en su tesis para sacar la avenida Barón de Cárcer de su actual decadencia y recuperar su espíritu cosmopolita y comercial original

Barón de Cárcer busca renovarse

La reordenación de la avenida de Barón de Cárcer (antes avenida del Oeste) para convertirla en vía de doble sentido está de actualidad tras haberse registrado varios atropellos „uno de ellos mortal„ en los últimos meses. Los vecinos y comerciantes del entorno coinciden en que esta avenida, en su día un cosmopolita y dinámico eje comercial de arquitectura racionalista, debe recuperar su esplendor tras años de decadencia agravada por la degradación de la plaza de Brujas y el retraso en la apertura del aparcamiento subterráneo. Todos demandan un paseo comercial, aceras más anchas, mobiliario y arbolado. En definitiva, un espacio urbano de calidad.

Sobre la necesidad de repensar la función de esta avenida trata la tesis doctoral de César Mifsut, recientemente presentada. La investigación del arquitecto valenciano, que incluye un completo inventario de los edificios más representativos del racionalismo expresionista local construidos en este calle, con abundantes planos, bocetos y fotografías, hace un análisis de los orígenes de esta avenida, que quedó inacabada. Remarca la singularidad arquitectónica del conjunto, en el cual dejaron huella entre 1940 y 1975 muchos y eminentes arquitectos entre ellos Javier Goerlich, y plantea una propuesta de recualificación de un espacio urbano que, en palabras de Mifsut, «puede ser uno de los escenarios protagonistas de la Ciudad Vella del siglo XXI».

En su análisis, Mifsut hace una propuesta para renovar esta avenida basada en una reordenación de los flujos y circulaciones. El arquitecto de la Entidad de Infraestructuras de la Generalitat (EIGE) plantea redefinir este espacio longitudinal mediante un aumento de la plataforma peatonal y a través de la inclusión de mobiliario urbano con elementos que «dignifiquen, magnifiquen y unifiquen» este paseo. Para Mifsut la plaza de San Agustín debe ser la «antesala» del recorrido por la avenida de Barón de Cárcer que acaba en la plaza de Brujas, a las puertas del centro histórico. Mifsut plantea que se redefina la plaza de San Agustín, antigua plaza «dels Pellicers», remarcando este espacio con un hito central escultórico («L'Agulla dels Pellicers») al modo de la dublinesa O'Connell Street.

Mifsut propone, asimismo, redefinir la plaza de Brujas como un «espacio nítido» que enfatice los monumentales edificios que contiente, esto es, el Mercado Central y los Santos Juanes. También propone Mifsut incluir un «hito final» es este espacio, a modo de «cierre escénico y verdadero punto de fuga de la avenida», similar al observatorio de la plaza Am Eisernen Tor, en Austria.

El arquitecto señala como principal problema de la avenida del Oeste su desconexión del resto de la ciudad. Dignificar la avenida y convertirla en un paseo con prioridad peatonal y en un eje eje que conecte los distintos ámbitos de Ciutat Vella es, según expone Mifsut, la clave para insertar esta avenida en su entorno histórico, aprovechando su privilegiada posición central. Mifsut aboga por someter a Barón de Cárcer a una operación de mejora urbana que devuelva a este espacio «la vida urbana perdida» y lo relance como espacio de centralidad en la ciudad del siglo XXI.

La avenida del Oeste representó en su día un caso singular y extraordinario de renovación urbana. Su primer planeamiento se remonta a 1911 y fue la última gran operación de reforma urbana al modo «haussmanniano». Presenta la particularidad de erigirse, explica Mifsut en su tesis, como una apertura de corte racionalista y expresionista. En los nacientes años 30 del siglo pasado se están desarrollando en Valencia, capital republicana, unas arquitecturas que recogen el testigo de la modernidad y que se materializarán con un abanico de edificios singulares de esquina curvada.

La avenida del Oeste, pese a los tropiezos en su construcción, aprovecha esas esquinas curvadas o cubillos para remarcar su modernidad y se convertirá en el centro cosmopolita de la ciudad moderna. En la avenida del Oeste se empezaron a probar nuevos usos que entonces asombraron a propios y extraños, como fue la construcción de los primeros edificios destinados íntegramente a oficinas o la aparición de los grandes almacenes, que sucedieron a las decimonónicas galerías comerciales.

Otro elemento destacado de esta avenida, señala Mifsut en su investigación, es su unidad formal. Por el condicionante originario de su trazado toda la arquitectura moderna posterior, lejos ya del racionalismo y del expresionismo, reinterpreta el lugar y se inserta en el conjunto. El paso del tiempo confiere a la avenida del Oeste una nueva dimensión, como punto de centralidad y lugar preferente en los recorridos sociales y culturales de Valencia. Su patrimonio construido, afirma Mifsut, «adquiere la pátina unificadora que da el paso del tiempo, remarcando la singularidad del conjunto construido. Por ello, dice Mifsut, «llega el momento de retomar la renovación de este importante espacio de Ciutat Vella para su actualización y definitiva inserción en la ciudad».

Según la investigación realizada por Mifsut el interés de la avenida del Oeste radica en la «evidente modernidad» de las primeras piezas construidas y en el conjunto generado. La avenida del Oeste, enmarcada en los procesos de reformas urbanas de finales del siglo XIX y principios del XX, debía unir la plaza de San Agustín con el puente de San José, si bien la escasa implicación administrativa y la excesiva delegación en la iniciativa privada por parte del ayuntamiento hizo que el proyecto no pasara de la primera fase y se parase en el Mercado Central.

Compartir el artículo

stats