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Pilar: «No es un paraíso, pero sarna con gusto no pica»

Cuando se acercaba a los 40 años sin pareja, esta maestra de Quart de Poblet decidió inseminarse y ser madre

Ahora o nunca. Eso pensó Pilar a los 39 años. La itinerancia propia de su situación laboral „maestra interina desde 2003„ le había dificultado tener una pareja estable. Pero, tras meditarlo e imponer las tripas a la razón, decidió que quería ser madre. Acudió a una clínica de reproducción asistida y la inseminación salió bien a la primera. A los 40 se quedó embarazada. Hoy tiene 44 y Diego, lo mejor que le ha pasado en su vida, tiene tres años.

Ella es directa y didáctica: «No lo pintes como un paraíso, porque hay dificultades. ¡Aunque sarna con gusto no pique! Y no insistas en lo de recomendar la maternidad, porque no hay que obligar a mujeres a ser madres, como pretende el machismo de esta sociedad. No por no ser madre se es menos mujer. Eso es una decisión personal de cada una. Porque luego hay que apechugar con ello y no te puedes volver atrás», precisa.

Del salón a la ducha. Las contingencias diarias comparten un mismo patrón: ser madre en todo y para todo. «Si te has de duchar, te duchas con el crío. Si tienes que ir al baño, el crío va detrás. Nunca estás sola», cuenta Pilar, afincada en Quart de Poblet. Ha tenido que echar mano de familiares y canguros muchas veces. «Cuando más echas de menos a alguien que esté a tu lado es cuando tienes que tomar decisiones médicas. Te preguntas si lo estás haciendo bien», suspira

Pilar lanza una última reflexión: «En las familias tradicionales hay quien tiene una relación durante mucho tiempo y, porque toca, se casa. Y luego, porque toca, tiene hijos». Que se dejan llevar por la corriente y quizá no tienen tanta vocación como la que demostró Pilar. Primero, madre. Y la pareja, si ha de venir, ya vendrá.

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