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Ampliación al ralentí

La macroampliación norte proyectada por el puerto de Valencia permitiría duplicar su actual capacidad de almacenamiento de contenedores

Ampliación al ralentí

El puerto de Valencia acabó el ejercicio de 2013 con una caída de tráfico de contenedores del 3 % en comparación con el ejercicio anterior, lo que supone el primer descenso interanual que anota el recinto del Grao durante estas últimas décadas. Se trata de un dato «preocupante», advertía recientemente el presidente de la Autoridad Portuaria de Valencia, Rafael Aznar, si se tiene en cuenta el imparable crecimiento de los ejercicios precedentes a pesar de la crisis económica mundial y que le han llevado a situarse como líder del Mediterráneo „aunque ahora ya superado por el de Algeciras„ debido sobre todo al tirón del sector exterior y la intensa actividad con el sudeste asiático.

En medio del estancamiento del comercio internacional y la competencia que arrecia entre los puertos por ser más barato en costes y ofrecer mejores enlaces a grandes navieras, el recinto del Grao ha tenido que ralentizar la macroampliación norte para acoplar sí sus planes de expansión a las necesidades del mercado. Finalizado el dique de abrigo, ahora debe concluir los muelles. Esta infraestructura requiere una inversión global de 734,5 millones de euros (la Autoridad Portuaria de Valencia espera 189 del sector público y 544, del ámbito privado). Sin embargo, tanto una fuente de ingresos como la otra carecen de concreción presupuestaria. ¿Se ralentizará su la ampliación?

La APV negocia con operadores privados, grandes navieras y fondos de inversión que puedan explotar estas superficies para el transporte marítimo desde que lanzó su plan estratégico 2020. Entonces espera rozar un tráfico de 6 millones de contenedores anuales. La ampliación norte, según sus previsiones, generaría más de 18.000 empleos entre directos, indirectos e inducidos, aumentaría la actual contribución del puerto al valor añadido bruto de la Comunidad Valenciana en un 1,19 % y aportará importantes ventajas competitivas para el tejido empresarial valenciano y español, indica un estudio realizado a tal efecto por el Instituto de Economía Internacional de la Universitat de València.

La primera fase del muelle de cruceros ha concluido y su nueva terminal sigue en construcción. Según las previsiones que maneja la APV, las muelles para contenedores duplicarán la actual capacidad del puerto al pasar de 4,9 a 10 millones de TEU (unidades de contenedor de veinte pies) y podrían utilizarse a partir de 2016 o 2018. Pero esa fecha está ya muy cerca y el espacio portuario valenciano permanece en los 4,3 millones de toneladas anuales; más del doble por cierto que el de Barcelona, ahora inmerso en un plan de expansión a través de su nueva terminal automatizada, con menores costes y explotada por un operador chino (Hutchinson).

El de Valencia, pendiente del Corredor Mediterráneo „en el mejor de los casos no estará concluido hasta 2016„ también se enfrenta a la paralización del ansiado acceso norte terrestre, descartado por Fomento hasta la fecha por su elevado costes. Además, infraestructuras colindantes al recinto del Grao como la zona de actividades logísticas (ZAL), así como Parc Sagunt 0 la proyectada ampliación del recinto del Camp de Morvedre parecen sobredimensionadas para las necesidades del puerto de Valencia en el corto plazo a la vista de la evolución de las mercancías.

Otra señal de alarma la ha dado estos días la multinacional Noatum Ports Valenciana, concesionaria que explota la principal terminal de contenedores del puerto del Valencia y que canaliza más de la mitad del tráfico total. La mercantil garantiza unas inversiones de 100 millones de euros para modernizar instalaciones. Sin embargo, la corporación en manos de JP Morgan no empezará a realizar la sobras hasta final de año.

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