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«Micromateriales» para grandes proyectos

«Micromateriales» para grandes proyectos Las instalaciones de Bioinicia se encuentran en el Parque Tecnológico de Paterna.

La empresa valenciana Bioinicia ha dado un impulso a sectores como la biomedicina y farmacia con la nueva «técnica electrohidrodinámica». Su base tecnológica perfecciona materiales a escala microscópica y consigue, por ejemplo, reducir la porosidad de una prótesis de cadera para que esté firmemente «pegada» al hueso.

La novedosa técnica es capaz de fabricar productos de valor añadido mediante unas máquinas a elevada potencia, que funcionan entre los 30.000 y los 60.000 voltios. Los profesionales mezclan polímeros plásticos con diversos componentes, variando sus porcentajes hasta conseguir las propiedades que buscan. «Por ejemplo, en el recubrimiento de implantes quirúrgicos y prótesis de cadera para mejorar la adhesión. Disolvemos los materiales hasta que estén líquidos y mediante este proceso conseguimos hacer micro o nanopartículas de forma controlada», cuenta Hipólito Montejano, gerente de la compañía. Con estos minúsculos componentes, el equipo de investigadores mejora el tratamiento de los productos desde su creación y los fabrica a la medida de sus necesidades.

Una vez comprobada la versatilidad de los materiales, los trabajadores los mezclan y varían la potencia de la corriente eléctrica según la textura del producto que desean conseguir. Además de las prótesis, la firma se encuentra inmersa en varios proyectos, pero protege celosamente su confidencialidad. «Un ejemplo de la efectividad de la técnica es en el tratamiento de aguas. Podemos mejorar el material de los filtros para que no los atraviesen ciertos componentes. También sirve para el sector textil con tejidos de alto valor añadido que tienen una textura específica como la ropa interior», avanza el gerente. Además, en el sector farmacia, los equipos de alto voltaje pueden fabricar «algún ingrediente de medicamentos».

Líneas de negocio

La empresa comenzaba en 2009 como una consultoría de I+D cuyos profesionales estudiaban la «electrohidrodinámica», pero sin llegar a aplicar sus investigaciones. Su fundador, José María Lagarón, relanzó la compañía en 2012 al darse cuenta de la utilidad de los equipos y crea Fluidnatek, una marca que construye máquinas de alto voltaje. Así nacen tres gamas de maquinaria. La primera de ellas, para laboratorios de universidad y destinadas a pequeñas investigaciones, fabrican como máximo un gramo de «nanopartículas» al día. «Por ejemplo, tenemos un cliente que quiere mejorar la eficiencia de unas baterías. Si el resultado es bueno, nos encargará equipos más grandes», cuenta Montejano. Para ello, Bioinicia tiene una segunda gama de plantas pilotos más grandes y una tercera para fabricar cantidades de material a niveles industriales. De esta forma, la compañía presenta dos «grandes» líneas de negocio, cuenta el gerente de la firma. Por un lado, investiga y mejora diversos productos en las instalaciones del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), «y, además, vendemos nuestros propios equipos a universidades o empresas».

Los investigadores ayudan y acompañan en los proyectos, «al contrario de la competencia, que sólo vende equipos y no invierte en I+D», añade Montejano. La joven compañía obtuvo una facturación de 250.000 euros el pasado ejercicio, y espera duplicar la cifra al cierre de 2014. Con todo, el 70 % de sus beneficios se ubica en el extranjero, sobre todo en América.

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