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Opinión

El efecto Gowex

o existe mayor peligro que un inversor poniendo sus ahorros en una empresa cuyo modelo de negocio no logra llegar a comprender. Cuando alguien compra acciones sin contar con un criterio propio, por imitación de otros, es muy probable que termine perdiendo todo su dinero.

Un brutal desplome de las acciones de Gowex, que llegó a ser del 60%, provocó el pasado 3 de julio su suspensión de cotización en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB).

Todo comenzó tras conocerse el demoledor informe que emitía Gotham City Research, LLC. Esta compañía tomaba en esta ocasión como objetivo a Gowex tras haber emulado la secuencia anteriormente con compañías como Ebix, Tile Shop Holdings, Blucora o Quindell, asistiendo a caídas en sus valores de cotización de hasta un 50%.

Los informes de Gotham acostumbran a provocar desplomes en el valor de la acción que son aprovechados en escenarios bajistas cuando es la propia compañía la que se pone a tomar posiciones en corto.

El informe sobre Gowex, de carácter duro, técnicamente no parecía suficientemente avalado y no resultaba muy trabajado. Manifestaba opiniones poco argumentadas.

Pero Gotham dio en el clavo. Horas después de haber negado las acusaciones, el CEO y consejero delegado de la compañía, Jenaro García, pedía perdón por haber falseado la contabilidad en su cuenta de twitter, dimitía y anunciaba que había acudido voluntariamente a los juzgados para declarar.

Entre tanto, el Consejo de Gowex anunciaba su acuerdo para presentar concurso de acreedores al no poder atender sus compromisos de pago.

Pasados los días, y a la vista de sus consecuencias, debemos atribuirle al autor del informe de Gotham una potente bola mágica o, mejor, un chivatazo proveniente de las entrañas de Gowex.

Sea como fuere, Gowex no es un caso aislado. La realidad económica y financiera no es propia del mundo de los Teletubies. Demasiados inversores ansían rentabilidades que sólo existen en el país de las gominolas.

Recordemos que Gowex llegó a alcanzar un valor de capitalización bursátil que rozó los 2.000 millones de euros, apoyándose en unas ventas de apenas 183 millones de euros en 2013, dato que hoy intuimos sensiblemente hinchado.

Si terminan produciéndose casos como el de Gowex, fuera y dentro del parqué, es en cierta medida porque entre el colectivo de inversores existe demanda suficiente para generarlos. Y no hay mayor burbuja hoy en día que la del ecosistema emprendedor.

La mayor parte de las Start Up se venden a si mismas como geniales, magníficas y descubridoras de la piedra filosofal. Pero son pocas las compañías que pueden garantizar retornos sostenibles en el tiempo. Por eso merece la pena seguir descubriéndolas.

Cuando me encargan la valoración financiera de un proyecto de inversión acostumbro a desconfiar de los modelos de negocio opacos y de las hojas de Excel que todo lo soportan mientras dibujan con bonitos colores los gráficos del éxito.

El Mercado Alternativo Bursátil está tocado de muerte. El primer día de cotización tras el escándalo Gowex el MAB registraba desplomes superiores al 20%.

El efecto estampida está servido. Otras compañías como Ibercom, Carbures, Ebioss y Eurona han anunciado su intención de salir del MAB para pasar al Mercado Continuo y muchas de ellas tratan de dejar meridianamente claro que su auditoría de cuentas la firma una de las Big Four.

El MAB es un mecanismo de financiación necesario „imprescindible„ para nuestras Pymes y Start Up pero su reputación debe ser restablecida. Medidas claras y rápidas acompañadas de procesos de investigación y de los ceses correspondientes. Acciones que puedan devolver a los inversores la percepción de una situación bajo control.

Si existiesen más Gotham sufriríamos menos Gowex. Pero uno en este punto se pregunta si ese mismo no fue, hace tiempo, el verdadero papel del periodismo.

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