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Foro de opinión Aedipe

El talento ni se crea ni se destruye, solo cambia de empresa

Hace poco he tenido una conversación con un amigo de la profesión, y tras varios razonamientos, no se hasta qué punto acertados o no, hemos llegado a la conclusión de que, en algunas empresas, la directora o director de recursos humanos no tiene el poder dentro del consejo de administración que debería tener, dada la tremenda importancia de su cargo en el resultado final de una empresa.

Nos encontramos, en muchas ocasiones, con directivos con un alto nivel de formación y experiencia, motivados, creativos y con unas ganas tremendas de desarrollar políticas de atracción y retención de talento, y de aplicar programas de formación y desarrollo de competencias a todos los niveles de la empresa, pero que no pueden, porque sus responsables deciden priorizar las inversiones en otras áreas.

Y la pregunta lógica que surge tras estas reflexiones es ¿por qué pasa esto?

En un foro celebrado recientemente en Valencia se hizo la misma pregunta a los responsables y directores de RR HH que habían acudido, un centenar más o menos, y su respuesta mayoritaria fue que posiblemente carecen de las habilidades de negociación y comerciales, necesarias para poder «vender» con seguridad y firmeza la importancia crítica de su trabajo, y la necesidad de implementar los programas y proyectos necesarios para conseguir que ese talento, que tanto deseamos todos para nuestras empresas, en primer lugar decida venir, luego desarrollarse y por último quedarse con nosotros, y convertir nuestra empresa en altamente productiva.

En cuanto a la atracción de talento, lo que antes llamábamos «selección de personal», hay que hacer conscientes a los directivos de que su importancia es tal, que si la hacemos bien, podemos hasta romper la teoría de la relatividad de Einstein, y solucionar muchos problemas antes de que estos se produzcan, es decir, a una velocidad superior a la de la luz.

Esto se resume en la reflexión definitiva de aquel ilustre pensador, no recuerdo ahora su nombre, que dice que «Si quieres volar como un águila, no te rodees de pavos».

Y en cuanto a la retención de ese talento, una vez lo hemos localizado y atraído, recordemos esa gran máxima que dice que «El talento atrae el talento» y permitamos que nuestro director de RRHH tenga todas las herramientas necesarias para poder hacer este trabajo de retención con la máxima eficacia, ya que de su éxito dependerá, en gran medida, el éxito en la cuenta de resultados.

En otro foro celebrado hace unos días por la consultora Hays, y tras analizar el mercado de trabajo actual, tanto nacional, como en nuestra comunidad, las responsables de esta consultora nos explicaron, con gran cantidad de datos y estudios, que estamos en un momento en el que los profesionales con talento, y que están trabajando a pesar de los años difíciles que hemos pasado, están en estos momentos, en más de un 59 % (página 29 del estudio publicado), buscando nuevos proyectos, porque sus empresas actuales no son capaces de ofrecerles retos que les motiven a seguir desarrollándose en ellas.

La conexión entre estas dos conclusiones es casi inevitable. Queda muy claro que estamos en un momento crítico, en el que las empresas que quieran seguir creciendo y volando como un águila en el cielo de los buenos resultados, han de priorizar a las personas en sus inversiones, y dejar que la directora o director de RRHH pueda hacer su trabajo, y tenga a su disposición todas las herramientas necesarias para poder detectar ese talento, potencialmente huidizo, y aplicar todas las herramientas, que las hay y muy buenas, para detener esa hemorragia antes de que sea demasiado tarde.

Siempre será mucho más rentable retener el talento que tenemos en nuestras empresas, que tener que salir a buscarlo fuera.

Porque, al fin y al cabo, el talento ni se crea ni se destruye, solo cambia de empresa.

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