Los últimos datos de paro presentados por el Ministerio de Empleo indican que el año pasado no sólo disminuyó a la mitad el número de empresas que recurrieron a Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) en 2014 respecto a 2013, sino que también se redujo a la mitad los trabajadores despedidos por esta causa hasta los 34.277, la mejor cifra desde el inicio de la crisis en 2007. Las empresas que aplican los ERE están obligadas a contratar planes de recolocación de personal cuando los ajustes afectan a más de medio centenar de personas, de acuerdo con la reforma laboral.
Para que la recolocación sea efectiva, afirman los expertos, es necesario conocer las fortalezas y debilidades de cada trabajador, para que así sea más sencillo buscar el sector en el que encaja. Un informe elaborado por la consultora Lee Hecht Harrison, del grupo Adecco, desvela que los servicios de recolocación consiguieron una tasa de éxito del 84 % con el personal despedido a causa de los ERE. De dicho porcentaje, el 85 % fue contratado por cuenta ajena y el 15 % restante optó por el autoempleo. El informe indica que aquellos que no consiguieron recolocarse «decidieron emprender estudios de larga duración o dieron prioridad a temas personales».
Resulta curioso cómo las mujeres, colectivo considerado por el Gobierno «de difícil inserción», destaca por representar el 60 % de todos los que consiguieron un nuevo empleo gracias a los programas de recolocación el año pasado. Otro grupo que destaca en la recuperación del trabajo ha sido el de los que tienen entre 35 y 45 años de edad, franja en la que se situaba la mitad de los candidatos que han conseguido un nuevo empleo.
Destaca como dato positivo que los contratos, tanto indefinidos como temporales, fueran a tiempo completo en el 96 % de los casos, y que casi la mitad de los candidatos consiguieran firmar una relación laboral indefinida. Además, el informe destaca que es habitual que haya un primer contrato temporal y, a continuación se produzca la incorporación a la empresa de forma indefinida.
Por otra parte, en contra de lo que cabría esperar con la situación actual, más de la mitad de los candidatos que consiguieron un nuevo empleo mantuvieron o mejoraron el salario respecto al empleo anterior. En concreto, el 32 % aumentó su salario y el 20 % lo mantuvo. En el lado contrario, el 48 % de los contratados disminuyó sus ingresos, pero aún así se trata de una evolución favorable, ya que en 2013 el porcentaje estaba en el 54 %.
La media de tiempo para encontrar un nuevo empleo a través de un plan de recolocación se sitúa en alrededor del medio año, un dato muy distinto al de aquellos que buscan empleo de forma ajena, que rondan los dieciocho meses. Tres de cada diez recolocados consiguen encontrar trabajo en menos de tres meses, y el 36 % entre los tres y los seis meses. Esto supone una perspectiva positiva, porque ambas cifras muestran que más de la mitad de aquellos que son reubicados vuelven a tener empleo en un período de medio año.
El empleo por cuenta ajena es la salida más común, y el sector servicios es el que más reubicaciones recibió, seguido del sector químico-farmacéutico y del sector del gran consumo. Las áreas donde hubo menos recolocados, a causa de su situación en la economía, fueron el sector turístico, la construcción y el sector financiero.
Resulta curioso que uno de los grupos que más reubicados recibió, el químico-farmacéutico, sea a la vez el que más expedientes de regulación realizó, y por tanto, el que más candidatos aportó para el servicio de recolocación, junto al de «information Technology». De los afectados por los ERE el 32 % provenían de estos dos sectores, un 16 % de cada uno de ellos. En cambio, a penas el 5 % de los desempleados procedían del sector turismo, una cifra muy baja que lo sitúa como poco emisor y receptor de reubicaciones.
