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Entrevista | Marcos j. Lacruz

"La Generalitat debería rescatar los planes eólicos que no se ejecutan"

Dirige una empresa pionera, la que puso en marcha en 1999 el primer parque eólico de la Comunitat Valenciana en Buñol. El Consejero delegado de Zurcal sostiene que hoy hay inversores interesados en desarrollar nuevos parques si el Consell libera las concesiones bloqueadas

Marcos J. Lacruz, en su oficina en Valencia. Germán Caballero

El desarrollo de la energía eólica en la Comunitat Valenciana no puede entenderse sin Zurcal, la primera empresa que detectó las potencialidades de las laderas y sierras valencianas como lugares idóneos en los que convertir la fuerza del viento en electricidad. El primer parque eólico nació en Buñol. Después llegaron el resto, cuando la Generalitat de Eduardo Zaplana decidió tomar el control y determinar zonas para la instalación de molinos entregadas por concurso público a través de concesiones. A día de hoy, son varios los parques ya adjudicados sin ejecutar paralizados como consecuencia de los cambios normativos derivados de las sucesivas reformas eléctricas. El consejero delegado de Zurcal, Marcos J. Lacruz, es también presidente de Avaesen, la combativa patronal de pequeños y medianos empresarios valencianos del sector de la energía, una de la más críticas con el hachazo y las trabas gubernamentales al desarrollo de las renovables.

¿Qué ha cambiado en materia de renovables desde que en 1999 se inauguró el parque eólico de Buñol?

En 1999 las renovables eran la gran promesa de futuro y hoy están integradas en el día a día. La primera vez que fuimos a visitar Gamesa en 1997 era un despacho pequeño; ahora es una multinacional que vende a medio mundo. Todo ha cambiado y el papel de las renovables está integrado en el sistema.

¿Tuvieron ayudas en ese momento?

Fue una iniciativa absolutamente privada. Fuimos unos locos que decidimos hacer esto y además en Buñol, que es nuestra tierra. Cuando empezamos a planificar, tres años antes, solo había en Tarifa unas instalaciones pequeñas.

¿No había primas?

Sí. Pero no eran muy conocidas. Mucho más artesanal.

Tras la apertura de Buñol, la Generalitat decidió tomar el control sobre el desarrollo eólico. ¿Qué balance hace de los planes eólicos en la Comunitat Valenciana?

Como experiencia personal puedo decir que iniciamos el primer plan eólico y optamos como grupo valenciano a desarrollar la zona que habíamos estudiado. Reforzamos el capital con una gran empresa. Optamos y no nos llevamos el concurso. Seguimos sin entender como un grupo valenciano preparado no fue adjudicatario. A día de hoy tengo cierta desazón porque que esa zona, la de Requena-Utiel, aún no se ha desarrollado. El concesionario fue Renomar, que ha ido dando muchas vueltas. Mi valoración como ciudadano es que me da mucha pensar que la comunidad que tenía un potencial eólico reconocido y también empresas con interés finalmente no ha desarrollado ese potencial.

Hay otros parques también sin ejecutar. ¿Cree que será así de forma permanente?

Me gustaría que se tomará una decisión a ese respecto y que se liberasen las concesiones para que cualquier empresa que quiera desarrollar un parque eólico pudiera hacerlo. Hoy sólo los concesionarios pueden hacerlo. Pero hay empresas que tienen un derecho que ejercen e impiden que otros lo hagan. Hay muchos municipios que estarían encantados que se instalaran molinos en sus términos municipales.

¿Ve más parques eólicos promovidos en el futuro?

Creo que sí. Que lo abran y vamos a estudiarlo. Lo que no tiene sentido es que estén parados. Hay concesiones que ya tienen tres años y que no han sido ejecutadas. Es tiempo suficiente para adoptar decisiones y abrir el abanico a nuevos inversores.

¿Debería la Generalitat rescatar las concesiones no ejecutadas y volver a licitarlas?

Claro. La obligación de la Administración es optimizar aquellos planes que ella misma ha hecho. Si se determinan zonas y no se aprovechan lo lógico es que pongan en valor su propios activos. Hay estudios y trabajos han costado dinero.

¿Tiene asumido el sector fotovoltaico que no volverán los tiempos de las subvenciones y las rentabilidades garantizadas?

Son dos cosas distintas. Ahora mismo el sector fotovoltaico está reclamando libertad para poder instalar y que el consumidor final decida qué fuente de energía quiere. Si no hay un sistema de ayudas, da igual, pero que les dejen competir en la red. Nos da pena a los empresarios que con todo el dinero gastado en desarrollar la fotovoltaica a través de primas y ayudas no se pueda ver el beneficio de esa inversión. No tiene sentido. ¿Ahora que el ciudadano se puede beneficiar de algo que ha pagado se lo están quitando? Desde el sector fotovoltaico sólo pedimos libertad.

¿A qué atribuyen las trabas del Gobierno al desarrollo del autoconsumo?

Dos cosas. Primero a una mala interpretación y un mal cálculo de la Administración Central de los costes eléctricos. El llamado déficit de tarifa está mal calculado. Es un sistema de cálculo opaco y perverso. Y también hay intereses de grandes compañías de que el autoconsumo no se desarrolle con todo su potencial.

¿Cuándo podrá ser rentable el autoconsumo sin necesidad de volcar energía a la red?

La realidad es tozuda y la tecnología va por delante. Tesla ha inventado tecnología que guarda la energía que generas. Por supuesto que es rentable. Pero esa tecnología es de imposible aplicación en nuestro país. La legislación impide conectar una batería con la red. Por tener placas en una casa conectada a la red, si no cumples en los requisitos te arriesgas a un multa de sesenta millones de euros. Nosotros tenemos la razón, pero Unesa tiene el BOE.

¿Qué puede hacer el próximo gobierno de la Generalitat?

Murcia y Extremadura, gobernadas por el PP, tienen un reglamento de autoconsumo que se está cumpliendo. Es restrictivo y no es lo que queremos pero es la prueba de que las autonomías pueden desarrollarlo. La Generalitat debería establecer un reglamento de autoconsumo desde el punto de vista técnico y legislativo, que cumpliendo la muy restrictiva ley nacional permita que se legalicen instalaciones de autoconsumo. En Valencia, no hay un reglamento que lo ordena y no hay agilidad en la tramitación.

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