La empresa castellonense Baños 10 es la demostración de que si la crisis no te mata te hace más fuerte. La firma, que pertenece al grupo Suñer, ha sobrevivido al cierre de sus competidores directos y este año va a crecer un 25 %. La compañía decidió en 2007 apostar por los platos de ducha y el tiempo le ha dado la razón. Todas las empresas nacionales que solo fabricaban bañeras han cerrado. Baños 10 acaba de firmar un gran contrato con un distribuidor francés que multiplica sus ventas. Para terminar de redondear su imparable crecimiento, la devaluación del euro frente al dólar le ha permitido volver a Sudamérica.
Baños 10, que tiene la fábrica en la carretera que une Onda con Vila-real, prevé cerrar el año con una facturación de 8,1 millón de euros frente a los 6,4 millones del año pasado. La empresa facturaba antes de la crisis 12,6 millones al año, pero en el momento más duro de la recesión los pedidos cayeron a la mitad. La rápida recuperación que está experimentando le permite tener una plantilla de 82 trabajadores, aunque en su mejor momento llegó a disponer de 132 empleados.
La firma fue fundada en 1992, en un momento en el que el país sufrió otra gran crisis económica, y emitió su primera factura en diciembre de 1993. La empresa nació como fabrica de bañeras de gama alta y con el crecimiento económico de mediados de los años noventa basado en la construcción se consolidó con rapidez. El grupo Suñer entró en el accionariado en el año 1997, garantizando su fortaleza.
Baños 10 se especializó en un primer momento en bañeras con hidromasaje y a partir de 2000 comenzó a producir platos de ducha acrílicos. En el año 2007, la empresa fabricaba 25.000 bañeras y 4.000 platos de ducha. El director comercial de Baños 10, Fernando Mata, explicó que ese año se produjo el punto de inflexión. Los responsables de la fábrica comprobaron que en Europa se estaban dejando de comprar bañeras y apostaron por la producción de platos de ducha a medida.
La compañía castellonense fue pionera en España en la producción de platos de ducha de resina, que permiten ajustar el tamaño al espacio que dispone el cliente en su cuarto de baño. La estrategia funcionó. «Gracias a eso hemos conseguido salvar la crisis. Hasta ese momento los consumidores se tenían que adaptar a las medidas estándar de los fabricantes», subrayó Fernando Mata.
Poco prácticas
El director comercial de Baños 10 apuntó que en toda Europa los consumidores han dejado de comprar bañeras por la incomodidad que supone entrar en ellas para ducharse. «La gente no tiene tiempo para bañarse y entrar en una bañera supone superar un escalón de 55 centímetros. Eso es incómodo. Nosotros continuamos produciendo bañeras para grupos hoteleros. Han puesto nuestras bañeras en el hotel Hard Rock de Ibiza y ahora en el nuevo de Tenerife. La cadena Fiesta, que es del grupo de Abel Matutes, también las instala. En los hoteles sí que tienen más sentido porque los clientes disponen de tiempo para disfrutar. En los países árabes también se siguen utilizando. Eso otra cultura y otra concepción del tiempo», apuntó el director comercial.
La empresa castellonense fabrica anualmente 5.000 bañeras. «Somos los únicos que fabricamos en España el 100 % de la producción de bañeras. El resto de fábricas de bañeras ha cerrado. No queda ninguna. Esto también nos ha dado una fortaleza importante porque las bañeras se siguen vendiendo. No es como antes, que llegamos a producir 30.000 bañeras al año, pero sí que hemos recuperado ventas con la ventaja añadida de que no nos quedan competidores», apuntó Fernando Mata.
El espaldarazo definitivo que ha recibido la empresa es la firma en las últimas semanas de un contrato con un gran grupo de distribución francés. Baños 10 se ha comprometido a entregar 25.000 platos de ducha para los mercados español y portugués en 2016 y 52.000 el siguiente año al ampliar el acuerdo a Italia y Francia.
