Divergencias estratégicas y tal vez el protagonismo de su hermano Javier en el grupo Nefinsa provocaron la salida, en el año 2007, de varios herederos de la familia Serratosa de aquel imperio empresarial generado sobre todo con los recursos obtenidos tras la venta de Valenciana de Cementos a la multinacional Cemex. En la actualidad, Grupo Zriser „brazo inversor de Ana y Pablo Serratosa Luján „ suma y sigue. La compañía constituida en los difíciles años del inicio de la crisis económica, tras su fallida operación en el sector de las fotovoltaicas a través de Siliken, continúa ahora con un ambicioso programas de diversificación de su cartera de negocios industriales, tecnológicos, inmobiliarios y financieros a través de nuevas adquisiciones.
Zriser acaba de comprar la firma de fabricación de platos de ducha y accesorios para baño Moldcom Compositives, lo que supone la segunda adquisición de 2015. La división industrial del grupo se ha hecho mayor y en poco tiempo consolida su posición como socio mayoritario en THU Perfil, Auditmedia, Punt Mobles y Tyris. Además, participa en el 10 % de Clínica Baviera. «Lo importante no es apostar por un sector en concreto, sino por una empresa singular aunque sea de actividades auxiliares relacionadas con el ámbito de las construcción». En ese sentido, considera que «hay que mirar mucho en toda España para encontrar un proyecto donde sea interesante invertir».
«Hay que potenciar la industria»
Pablo Serratosa, en declaraciones a EL MERCANTIL VALENCIANO tras su última aventura empresarial, sostiene sin ambages que «la industria tiene futuro». En su opinión, «existen empresas, grandes o pequeñas, entre las que incluyo las relacionadas con actividades relacionadas con el difamado ´ladrillo´ donde existen oportunidades de negocio en España, un país que ya ha tocado fondo y en el que se está empezando a recuperar la confianza de inversores nacionales y internacionales. Nuestro objetivo „apunta„ es diversificar en actividades en las que se pueda hacer caja. La gran pega de muchas empresas es no tener liquidez, sobre todo después de que las entidades financieras hayan cerrado el grifo del crédito. Zriser aporta recursos y hace viables proyectos empresariales. Hay que potenciar la industria y las administraciones públicas deberían apostar por estos sectores productivos», agrega.
«El sector inmobiliario tiene futuro»
El grupo de Ana y Pablo Serratosa está interesado además en negocios relacionados con firmas tecnológicas y activos inmobiliarios. «Las tecnológicas son un sector con futuro aunque con mucho riesgo. Por eso invertimos cantidades no mayoritarias en compañías y tendemos a la diversificación», explica el principal ejecutivo del family office valenciano. «No gestionamos directamente estas sociedades. En las tecnológicas puede haber muchas alegrías aunque existen sorpresas tal como hemos visto años atrás con los estallidos de burbujas en Estados Unidos y en Europa. En este ámbito hay que ser muy prudente», puntualiza.
Zriser, con importantes inversiones financieras, tiene previsto mantener su apuesta por los activos inmobiliarios. En Valencia ya gestiona grandes edificios. «El sector inmobiliario genera oportunidades en tiempos de crisis y si se gestiona bien puede generar ingresos. Es una actividad que comienza a salir deL letargo. Lo más importante es aguantar el tirón porque es una caja recurrente para los intereses de la compañía. Los inmuebles de mejor calidad „explica„ han alcanzado precios atractivos y por eso hemos entrado en estos últimos años». Además, «las inversores financieras de Zriser, en renta variable, fija e inversión alternativa continúan tirando del carro de la compañía». Mientras tanto, Grattarola Inversiones „ sicav de Pablo y Ana Serratosa„ cuenta ya con un patrimonio que supera los 55,55 millones de euros y una rentabilidad acumulada del 9,38 % al finalizar el primer trimestre de 2015.
«En crisis, cambiar las prioridades»
También recuerda que es bueno «aprender de errores cometidos en el pasado», explica en referencia al fallido desembarco en Siliken, fabricante de placas fotovoltaicas desmantelado hace más de un lustro tras sus insostenibles pérdidas. La sociedad participada por esta rama de los Serratosa se vio obliga a asumir las pérdidas de su participada de energía solar, que entró en liquidación hace dos años y arrojó unas pérdidas de 79,4 millones de euros.
«En momentos de crisis hay que cambiar de prioridades. Las energías renovables eran una opción para los gobiernos y ahora han dejado de serlo. Son un sector regulado y no se apoyó suficientemente a pesar de ser una actividad que necesitaba subvenciones para la explotación a través las primas con las que poder generar economías de escala. Se cortaron antes de tiempo y las inversiones no se han podido consolidar. España era el segundo productor de módulos después de Alemania pero ahora todo se ha ido al traste», lamenta.
Estrategias distintas
Desde la proximidad familiar, Pablo Serratosa prefiere mantenerse al margen de la situación que atraviesa Grupo Nefinsa „controlado por su padre y hermanos Javier y Gonzalo„ tras su salida de Air Nostrum y, más recientemente, de la pérdida de poder y de control en Uralita. «Me fui en 2007. Cada caminante siga su camino. Vendimos las participaciones por estrategias distintas. No sé si acerté pero es lo que hay», añade.
«Queremos estabilidad»
Respecto a la situación política , el principal dirigente de esta firma patrimonial de la saga valenciana sostiene que «las largas y tensas negociaciones para constituir ayuntamientos y gobiernos autónomos ha generado una incertidumbre muy grande en toda España, incluida la Comunitat Valenciana. Espero que se pongan a gobernar lo antes posibles y que sean estables».
En su opinión, «la incertidumbre es lo peor que existe para tomar decisiones económicas. Los empresarios queremos estabilidad política tras el 24M; es decir saber con qué cartas juegas y cuáles son las políticas que van a seguir», agrega. «Los próximos partidos que gobiernen la Generalitat tienen que espabilar después de los pactos. Teóricamente hemos visto otras alianzas años atrás en Andalucía o Cataluña que no han funcionado. Lo que quiero es estabilidad para que funcionen bien las cosas», puntualiza.
