¿Son seguros los alimentos que consumimos?
Son seguras las normas que rigen la alimentación de hoy en día. El que se cumplan o no es ya responsabilidad del agricultor y del ganadero. Ese es el problema. Las normas son muy específicas y claras. Si que es verdad que son un poco lentas. Desde que nosotros detectamos un problema hasta que se legisla pueden pasar cuatro años. Si el problema es importante, porque ha salido en prensa o supone una amenaza para la salud, la Administración actúa rápido. Pero si simplemente presentamos una alerta, las respuestas son lentas.
¿Qué tipo de alertas suelen presentar y son de respuesta lenta?
De respuesta muy lenta ha sido la regulación del calendario de vacunación y plaguicidas. Antes te obligaban a poner prácticamente un calendario de tratamientos sin necesidad. Es como si a una persona que no está enferma le diera el médico antibióticos para la gripe. Las plantas y los animales estaban expuestos a un calendario de productos químicos que lo que han generado es que ahora haya muchas alergias. No es de extrañar. Nos han expuesto a una gran cantidad de antibióticos que hemos acabado asimilando de forma indirecta. Estamos trabajando en el estudio de esos residuos en la alimentación humana. Crea alarma social, pero como no es un problema que se demuestre que mate y hay intereses comerciales muy importantes pues nos hacen caso lentamente y cuando la empresa comercial ya tiene un sustituto que puede enviar al mercado.
¿Sigue sobretratada la agricultura?
La agricultura convencional sí, aunque cada vez menos. Ahora hemos dado un paso de gigante porque la Unión Europea ha obligado a España a que toda la agricultura esté vigilada. El problema es que nosotros lo tenemos, pero Marruecos no y consumimos producto marroquí. La queja de nuestros agricultores es que no trabajan en igualdad de condiciones porque los productos marroquíes sí que tienen esos restos tóxicos. El control de aduanas pilla a uno de cada cien. Con los animales ocurre lo mismo. Nadie tiene programa zoosanitario fuera de la Unión Europea
¿Están sobremedicados los animales que importamos?
Al contrario. El problema que tenemos con países como Marruecos o China es que carecen de programas zoosanitarios. No tienen ningún calendario de vacunación. En la Unión Europea está prohibido combinar el ovino con aves o un rumiante con cerdos porque son especies que entre ellas pueden generar transmisiones peligrosas. Ese control fuera de aquí no existe. No les ponen ni una misera vacuna y los animales conviven con personas sin control. ¿Qué hacen para solucionarlo en el último momento? Pues a los pollos los limpian con cloro y no quedan los restos infecciosos que pueden tener en las patas. En los países orientales tienen a los animales sin controles veterinarios ni nada.
¿Tan grave es el problema?
Yo soy experta en economía alimentaria y por desgracia se están creando dos mercados. Uno de productos garantizados, más caro, y otro en el que viene todo importado y sin casi control.
¿No toma medidas la Administración?
No puede. Ahí ya entramos en política comunitaria. La Unión Europea tiene que importar una serie de productos y nosotros exportamos tecnología. Nosotros les compramos comida, que es lo que producen barato.
¿Son peligrosos los transgénicos?
Es peligroso el uso que se les puede dar a los transgénicos. Las modificaciones genéticas no son peligrosas cuando se realizan entre dos plantas o dos animales de la misma especie. El problema es cuando a una planta la modificas genéticamente con una bacteria, que es lo que se ha hecho. O a una planta la modificas con un gen humano, que también se está haciendo. Algunas personas pueden pensar que es falso, pero no. Cuando el interés económico es importante se hace y se lleva a cabo en lugares inimaginables como ocurre en Islandia, donde se siembra cebada en invernaderos. ¿Por qué allí? Porque lo que están haciendo es tal burrada... Lo que se produce vale mucho dinero.
¿Qué se está produciendo?
Una proteína que rejuvenece. Las plantas se pueden manipular genéticamente mientras no sea para consumo humano. Claro no te vas a comer la crema para rejuvenecer, pero ponértela... no sé. Lo importante es trabajar con ética.
¿Qué le pide al nuevo Consell en ordenación del territorio?
Que sea más práctico y realista. Tenemos un grave problema con la ordenación del suelo. Nos deben dejar opinar a los técnicos porque ahora solo consultan a arquitectos y abogados. Nos encontramos con problemas tan absurdos como que hay términos municipales enteros donde no se puede poner una sola granja porque han considerado que el polígono ganadero tiene que ser una porción del pueblo. Todas las granjas tienen que ir en esa zona porque la gente se queja de los olores. El problema es que la normativa obliga a que entre granja y granja haya un kilómetro de distancia. Por otra parte, el cinturón de la huerta es una idea genial, pero debe tener una motivación económica. Los agricultores que aguantan las huertas son personas mayores que lo hacen por tradición. Todo ese patrimonio se debe conservar. También hay que cambiar la normativa de agricultura ecológica. ¿Por qué todos estos agricultores no puede tener el sello de agricultura ecológica? La razón es que los de Europa han dicho que las parcelas tienen que tener como mínimo 3.000 metros cuadrados, que son seis fanegadas. Eso no lo tiene nadie.
¿Cómo serán los alimentos en el futuro?
Por desgracia, hemos cambiado las pautas de alimentación en muy poco tiempo. El productor de hortalizas ya no vende la lechuga al por mayor. Vende el plástico con la lechuga cortada, trozos de pollo y salsa. Esa comida sí tiene las garantías sanitarias, pero ofrece menos valor nutricional. Va a cámaras con ozono controlado y los paquetes están impregnados con fungicidas para evitar hongos. Todo eso al final entra en nuestro organismo. En el futuro, el consumo se dividirá entre una comida muy procesada y una pequeña porción de tradicional. Va a ser al revés que hace 30 años, cuando abrir un paquete de papas y beber una Mirinda era lo excepcional.
¿Presionan las azucareras para un consumo innecesario?
Sí. Las azucareras son uno de los elementos del PIB de Alemania. Eso lo organizan los grandes mercados donde se especulan con los alimentos. El azúcar está en toda la industria alimenticia. En Estados Unidos empieza a ser una alerta por el grado de obesidad.
