Llevamos varios meses en los que el sector inmobiliario español es objeto de deseo por parte de inversores internacionales, y no es para menos a tenor del comportamiento experimentado en el primer semestre del año. Según Flash Inmobiliario de BBVA Research, son varios los indicadores económicos que hacen referencia expresa a la situación del sector inmobiliario, y la mayoría de ellos ofrece una evolución positiva respecto a 2014.

Las operaciones de compraventa de viviendas se han incrementado un 7,9% en la primera parte del año respecto al mismo periodo de 2014 según datos del Consejo General del Notariado, lo que ha llevado a un aumento del 19,4% en términos interanuales. Este comportamiento viene apoyado en la confianza de los consumidores para los próximos 12 meses que continúa estando en niveles máximos. También debe hacerse referencia a la estabilidad que ofrece la principal referencia en las hipotecas, Euríbor, pues se sitúa en niveles mínimos históricos en 0.167% (julio 2015) y no se prevé un crecimiento considerable en el corto plazo. Además, la generación de negocio hipotecario por parte de las entidades financieras ha presionado a la baja en los diferenciales que éstas aplican en sus productos, y de esto modo hemos pasado de un tipo medio en las nuevas operaciones del 2.93 (Agosto 2014) al 2,20 (Junio 2015).

En cuanto al empleo del sector inmobiliario, también añade una lectura positiva con una variación internanual de 11,6%, aunque más moderado en el 2º trimestre. Este incremento también se ve reflejado en las cuentas de afiliación a la Seguridad Social, próximo al 5% internanual. La construcción es una actividad que requiere de bastante mano de obra, cualificada o no, para alcanzar sus objetivos. Si la tendencia en la actividad edificadora continua siendo alcista (28,2% en tasas interanuales de los visados de vivienda de nueva construcción) puede esperarse un mayor incremento en el empleo. Aquí se plantearía un dilema, ya que la economía española vuelve a apoyarse en la construcción como modelo económico para el crecimiento.

Comentados algunos de los principales indicadores inmobiliarios se llega a la conclusión de que el sector evoluciona favorablemente desde el estallido de su burbuja, permitiendo mantener el optimismo en el corto plazo. Pero al mismo tiempo, existen riesgos exógenos que pueden limitar su capacidad de crecimiento: España se encuentra pendiente de un proceso electoral para el gobierno central que puede afectar a la evolución económica del país; por otra lado, parte de las compras (17%) las están realizado extranjeros (Alemania y Reino Unido), por lo que su situación económica también afectará al sector; y, por último, la depreciación del euro juega a favor de la competitividad en el exterior como destino de segunda residencia.