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Entrevista

Vicent Soler: "No podemos hacer políticas industriales o de infraestructuras"

El conseller de Hacienda y Modelo Económico lleva dos meses en el cargo pero ya ha fijado la posición del nuevo Consell en materia de financiación autonómica frente a Madrid. Admite que la ausencia de recursos limita la capacidad del Gobierno de Ximo Puig en el corto y medio plazo

Soler, en uno de los balcones de su despacho en la Conselleria de Hacienda. fernando bustamante

Queda apenas un trimestre de legislatura en España. Las encuestas no arrojan mayorías claras. ¿Con ese escenario político que se avecina la posición del conseller de Hacienda es optimista de cara a un cambio en el modelo de financiación autonómica?

Es optimista porque cualquier partido o coalición que gane tiene el compromiso con la ciudadanía de cambiar el sistema de financiación, incluso el Partido Popular. Mejor dicho, el PP se comprometió a cambiar el sistema en esta legislatura, en la que estamos, y ha ido dilatando el tema. Soy optimista. Por supuesto, si hay un cambio de gobierno, habrá cambio. Pero incluso en el supuesto difícil de que continuase el actual Ejecutivo también lo tendría que hacer.

Hay una falta de visibilidad del problema valenciano. Existe un debate intenso en la Comunitat Valenciana pero no termina de calar en la opinión pública española. ¿Tiene una estrategia para sortear esa barrera?

En principio, hablar en el Consejo de Política Fiscal y Financiera, cosa que ningún conseller de Hacienda lo había hecho anteriormente. En las dos últimas sesiones el señor ministro tuvo que dedicar bastante atención a la representación valenciana. Tenemos que lanzar mensajes claros. Esto no es el «Levante Feliz», esto es un problema de cinco millones de personas que tienen derecho a ser tratados desde la lógica constitucional, desde la equidad y desde la solidaridad. Es un tema singular. Es el único caso de toda España y en Europa Occidental que teniendo una renta per capita doce puntos inferior a la media somos contribuyentes netos. Eso no hay por donde cogerlo. Otra cosa importante es que no se puede pasar de Contreras y cambiar de discurso, como hacían otros. Hemos entrado en una fase histórica diferente. Este es un problema histórico. En 1972 ya hicimos un estudio y había déficit de financiación.

Ximo Puig ha denunciado la diferencia de recursos de casi 10.000 millones que hay entre la Comunitat Valenciana y el País Vasco y Navarra. ¿Se están cuestionando los conciertos?

El presidente lo que ha hecho es informar, no que haya que cuestionar nada. Dentro del régimen común las diferencias también son abismales, por ejemplo con Cantabria, La Rioja o Extremadura. Hay unas asimetrías brutales. Lo que también reivindica este gobierno es que hemos de hablar de todo el pastel. No se trata de darnos codazos entre las autonomías, sino de cómo repartimos lo que recaudan las Administraciones Públicas. Las comunidades autónomas son las responsables de las columnas básicas del Estado del Bienestar, que son inflexibles a la baja con la crisis: Los niños ha de ir a la escuela haya crisis o no; los enfermos tienen que ser atendidos. Hay otros gastos del sector público que pueden ser flexibles a la baja: se pueden comprar más o menos tanques.

El PSOE tiene una propuesta de reforma de la Constitución federalizante. ¿Cabría incluir en esa reforma un modelo de financiación que fuese más equitativo en el reparto de recursos?

Sin autonomía financiera no hay autonomía política. El modelo federal ha de tener el tema de la financiación como un capítulo fundamental. El miedo que ha tenido siempre el Gobierno central a ceder responsabilidades fiscales hace que haya una asimetría incluso dentro de la lógica presupuestaria. Podemos gestionar el gasto pero sobre los ingresos tenemos muy poca libertad. Y como el sistema no se pone a punto viene el gran engaño del FLA. Nos dicen: Como no te doy suficientes ingresos voy a darte créditos blandos. ¡Vamos a ver! Estamos hablando de autonomía política, no de qué manera graciosa un ministro te da unos créditos sólo si cumples lo que él te dice.

¿El incumplimiento del déficit que ya ha anunciado el Consell puede tener consecuencias con respecto al respaldo financiero del Gobierno?

El ministro Montoro ya ha dicho que sí. Nos ha llamado frívolos. Pero yo pregunto: ¿Qué es más frívolo, decir que no puedes cumplir o que el Consell del PP en el mes de mayo ya había traspasado la frontera del 0,7 % del déficit?

¿En qué situación está ahora la Generalitat?

Por la ingeniería financiera contable que ha hecho mi antecesor y que habrá que depurar, porque es el mandato que tenemos de nuestros electores, es posible que nos pasemos al 2,2 % o 2,3 % del PIB. Detrás de todo eso hay 1.500 millones ficticios de ingresos que pactó el señor (Juan Carlos) Moragues con el señor Montoro en el último Consejo de Política Fiscal y Financiera. Esto no es serio. Además hay 400 millones de gastos que no estaban anotados en los presupuestos de Sanidad, y los 200 millones de aquí y de allá que están saliéndonos de gastos no contabilizados en el presupuesto. Estamos hablando de una distorsión contable pactada en diciembre de 2014 con el señor Montoro. ¿Y ahora nos pide responsabilidad?

Moragues dice que dejó las cuentas de forma correcta.

Moragues no se merece el papelón que le están obligando a hacer en su partido. Está diciendo lo contrario que decía hace dos meses. Al final es la gente, los contribuyentes, los que deben tener conocimiento de la realidad.

¿Tienen previsto hacer más recortes de gasto para gestionar esa situación?

En absoluto. Tenemos unos gastos per cápita de 155 euros por debajo de la media española. Más austeros, imposible. En los últimos cuatro años se ha hecho un recorte de más del 20 % de los gastos. Estamos tocando fondo. ¿Se trata de cerrar hospitales y escuelas? Hemos tenido que concentrar toda la financiación en los servicios básicos. No podemos hacer política de infraestructuras, no podemos hacer políticas culturales potentes, políticas industriales, para pymes. No nos llega el dinero ni para pagar la educación y la sanidad. ¿Qué broma es esta respecto a lo que es el Estado de las Autonomías?

¿Y en la agenda contemplan una subida de impuestos?

Lo mollar en los ingresos tiene que ver con los impuestos que compartimos con el Estado. La parte de ingresos propios es pequeña en nuestro presupuesto. ¿En qué se podría pensar en el medio plazo? Toda Europa tiene tasas turísticas o medioambientales. Nosotros no tenemos nada de todo eso.

¿Está en estudio?

No está en estudio. Pero estamos dentro de Europa y creo que habría que mirar el impacto que eso puede tener. Hay un parte importante de esas acciones fiscales que tiene que ver con el control de los negocios. ¿Cuántos apartamentos turísticos descontrolados existen? A través de acciones de carácter fiscal a veces se puede ordenar un poco el sector. También se pueden mirar qué acciones hay sobre el tema de los vertidos. Estamos hablando en teoría, de cosas que se pueden explorar pero que no están en la agenda inmediata del Gobierno.

Para el presupuesto de 2016 ¿Qué opciones hay de mejorar el gasto social y cumplir con las promesas que se han hecho durante la campaña electoral?

Está previsto en el PEF (Plan Económico Financiero ) bianual que presentaremos en las próximas semanas o meses, depende de si Montoro nos convoca a otra reunión del Consejo de Política Fiscal o lo deja para después de las elecciones. Lo que este Gobierno tiene claro es que hemos de ofrecer transparencia y reivindicación. Es evidente que para 2015 vamos a darle absoluto realismo de ingresos y gastos. Si limpiamos todo de ficciones y malas contabilizaciones no podemos cumplir el déficit. No haremos nuevas políticas porque no se pueden hacer. 2015 será hiperrealista. En 2016 mantendremos los gasto sociales y esperamos emprender políticas industriales y mover el tema de las infraestructuras. Vamos a intentar preservar el techo de déficit del 0,3 % previsto para 2016 en base a reivindicar ingresos provenientes de un nuevo sistema de financiación.

¿Se incluirá en el capítulo de ingresos?

Naturalmente. Y además los tribunales nos lo permiten hacer porque es una reivindicación factible.

Pero si luego no se produce el cambio, el dinero realmente no se va tener...

Es que sí que se va a producir porque es un compromiso de todos los partidos que van a las elecciones generales. Hay quien nos ha comparado con Grecia. Pero el caso valenciano es exactamente el contrario al de Grecia, que es un problema de gastos. Nuestro problema es de ingresos. Vamos a llegar a 40.000 millones de deuda y los gastos financieros ya son casi la segunda conselleria. Eso es una losa de menos camas de hospitales, menos pupitres en las escuelas y menos dotación para la asistencia y programas de inclusión social.

¿Qué opciones hay de lograr la quita de la deuda con el Estado que se reivindica desde la Generalitat?

Reivindicamos que de lo que somos responsables nos hacemos cargo: el despilfarro, la corrupción, etc. cometida por gente que votamos los valencianos. Los expertos calculan que esto se mueve entre el 10 % y el 15 % de la deuda. Pero el restante 85 % o % 90 % del déficit que genera esa voluminosa deuda viene dado por la insuficiencia de ingresos. Los valencianos no son responsables de eso. Es un sistema impuesto en un foro (el CPFF) en el que hay un juez y parte que es el ministro. Si es así que asuma la responsabilidad. Nosotros no podemos tener una losa de deuda que no hemos generado, la ha generado la otra parte y es normal que se le diga que se haga cargo de ella.

¿Está calculada la quita?

No hay una cifra porque todo eso es negociable.

¿Por qué se ha tensionado tanto la negociación para que el IVF recupere las competencias en concesión de créditos?

Porque era complicado. En el modelo anterior no había un modelo de nada. Se trocearon los aspectos financieros en base a crear áreas de influencia de lo diversos consellers, algunos de los cuales no se hablaban entre ellos. Había problemas funcionales terribles. Todo eso era muy complicado de volver a coser para conseguir cosas implícitas en el Acuerdo de Gobierno, como es formular una tronco financiero sólido al seno de la Generalitat en base al Instituto Valenciano de Finanzas y por otra parte tener una política activa empresarial. Para eso había que descoser y volver a coser lo que se había hecho sin criterio. Eso es lo que ha sido muy difícil.

¿Se ha resuelto bien o ha quedado una cicatriz?

En absoluto. Mi relaciones con el conseller Climent son óptimas. Estamos en continuo contacto y somos conscientes de que si hay dos consellers que se necesitan mútuamente somos nosotros.

¿A la vista de los roces que han surgido cómo diría que está funcionando el gobierno bipartito?

Me sorprende que hayamos sabido encajar muchas piezas de una experiencia gubernamental que no tenía tradición. Podemos llegar a hacer una gestión superior a la que había con un gobierno monocolor.

¿Qué papel va a jugar la Sociedad de Garantía Recíproca (SGR) en el banco público?

La SGR es una buena idea. Para un mundo de pymes y microempresas juega un papel muy importante. El problema es su desnaturalización con una gestión que ha tenido que poco que ver con el sistema productivo y más con la especulación inmobiliaria. Todo eso se ha de revertir a la lógica inicial. Con la presencia del IVF los criterios serán mucho más estrictos. Que sepan los contribuyentes que ahí hay un problemón.

¿Van a hacer públicas las operaciones fallidas?

Vamos a hacer pública la situación que hay, distinguiendo muy bien lo que son operaciones delictivas de las de riesgo.

¿Se han detectado operaciones delictivas?

No. Por ahora estamos haciendo el vademecum de todo y lo que observamos es que ha habido operaciones de riego.

¿Pero se harán públicos los fallidos?

Sí, claro, por qué no. Es el dinero de todos.

Hay una subasta de inmuebles adjudicados de la SGR prevista para septiembre con la que se pretende sanear. La idea de captar 130 millones ¿no es un objetivo demasiado optimista?

Totalmente optimista.

¿Excesivamente optimista?

Excesivamente optimista. El mercado está como está. Vamos a trabajar para que se haga de la mejor manera posible.

Esa revisión del optimismo vale también para los planes de enajenación de inmuebles que han heredado del anterior Consell.

Naturalmente. Forma parte de los 1.500 millones de ingresos ficticios. No nos podemos autoengañar.

¿Qué opina de las declaraciones del conseller Rafael Climent en las que dio a entender que el Consell no está para apoyar a las grandes empresas?

Tanto el conseller Climent como yo estamos a favor de cualquier operación que tenga vocación de incrementar la base productiva valenciana. Las grandes inversiones internacionales son bienvenidas. Pero pueden traer riqueza o no. Hay que ser muy casuístico porque el dinero es escaso. Las ayudas industriales han de estar referencias para las microempresas sin olvidar que la gran empresa puede de manera indirecta favorecer el tejido productivo de la pequeña empresa valenciana.

Feria Valencia sigue necesitando de oxígeno financiero de la Generalitat para subsistir. Los actuales gestores han presentado un plan para separar patrimonio y deuda de la gestión y dar entrada a socios privados. ¿Qué opina del plan?

La política ferial se instrumenta a través de la Conselleria de Economía. El conseller de Economía ha pedido tiempo. Llevamos aquí cuatro días y el tema del modelo lleva así dos años. Los tiempos son importantes y no es un tema menor.

Pero el IVF libera los avales; la que paga es la Conselleria de Hacienda. Tendrá que haber una opinión compartida

Una vez formulada la política ferial, el conseller de Economía tendrá que hablar conmigo para ver cómo se puede instrumentar de la manera más adecuada posible. Pero es necesario que previamente tenga una primera opinión al respecto para que yo pueda intervenir.

Sector público. ¿Tiene previsto retomar la subasta de la Ciudad de la Luz como exige la Unión Europea o hay plan alternativo?

Acaba de tomar posesión la directora general de Proyectos Temáticos. Durante estos dos meses le hemos dado vueltas al tema y hay una idea que compartimos con el sector audiovisual y es que lo peor sería que esas magníficas instalaciones de Alicante perdiesen el sentido para lo que fueron creadas. La presión en Bruselas de los «lobbys» privados del sector, sobre todo ingleses, es muy fuerte. Tengo el compromiso personal ante los valencianos y con el presidente Ximo Puig de que vamos a hacer lo imposible para eso no pase. Tenemos necesidad de hacerle ver a Bruselas que puede haber negociación, una vez visto el resultado de la primera subasta. El presidente quiere ir a Bruselas para hablar con la comisaria de la Competencia. Podemos hacer un último esfuerzo para salvar el complejo para lo que fue creado.

­¿Se ha configurado ya el plan de usos de Ágora? ¿Hay un plan para finalizar las obras?

Por encima de todo está la seguridad de las personas.

¿Se ha avanzado en este aspecto?

No se ha avanzado porque estamos en un paréntesis. Se acaba de nombrar el consejo de administración de Cacsa que debe designar a un director general. Yo como responsable del Patrimonio de la Generalitat no pondré en peligro ni una sola vida dentro del complejo. Cuando se me asegure que no hay peligro, que se haga lo que se quiera. Lo que me parece inadecuado es que se haya firmado semanas antes del cambio de Gobierno un contrato con una empresa que incluía el Ágora. Todo el mundo sabía lo que había excepto los que entramos. Tuvimos que ir a remolque de la situación. Había incluso más eventos contratados previstos para estos días y estas semanas. Me parece una situación irresponsable. El Ágora no podía haberse utilizado hasta resolverse los problemas de seguridad.

¿Alguien ha hablado con Calatrava?

Yo no he hablado con Calatrava. Los gestores inmediatos tendrán que hablar.

Como guardián de la caja pública, ¿qué opina del debate de la reapertura de RTVV? ¿Han calculado cuánto costaría deshacer el ERE, volver a la situación de partida y rehacer todo el proceso de redimensionamiento de la tele?

No. Esta conselleria ha asesorado contínuamente desde la Dirección General de Sistema de Información al comisionado sobre el tema de las dificultades técnicas y tecnológicas de la reapertura. Todo lo demás tiene que ver la posible sentencia de la Audiencia Nacional.

¿Comparte la posición de no abrir RTVV tal como estaba?

Solamente para poner en funcionamiento lo que hay deben hacerse unas inversiones. De todas formas no entro porque no me corresponde a mí ni está en mis competencias.

Ximo Puig y Mónica Oltra han tenido que poner el pie para evitar que el debate soberanista de Cataluña salpique la política valenciana. ¿Cómo concibe la relación con Cataluña?

Creo que el anticatalanismo ha hecho mucho mal a los intereses valencianos. Ha roto por la mitad la sociedad valenciana y nos ha debilitado. Y ha desviado la atención respecto al foco de nuestros problemas. Porque el foco de nuestros problemas está en Madrid. ¿Quién tiene decisiones sobre nosotros? Las decisiones de Barcelona no pasan de Alcanar y todo lo demás son elucubraciones. Mientras haya democracia el futuro de los valencianos depende de los valencianos y de nadie más. Cataluña es nuestro primer socio. Es por donde nos comunicamos con Europa, con quien podríamos participar de estrategias portuarias conjuntas. ¿Por qué los puertos del Atlántico Norte continuan siendo las puertas entrada a Europa y no los del Mediterráneo? Porque no hay políticas conjuntas. Valencia y Barcelona podrían hacer políticas de rivalidad cooperativa, junto al de Marsella, Génova o Livorno. Todo eso no se hace por estos veinte años que ha habido de barbaridad contra los intereses valencianos por no hablar con Cataluña.

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