A poco más de dos meses para que se celebren en España las elecciones generales, la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos ha remitido un catalogo de propuestas a los partidos políticos para que las tengan en cuenta en sus programas electorales. La corrección de los desequilibrios de la cadena agroalimentaria y el apoyo al relevo generacional son, según nuestra organización, los grandes retos del mundo rural español en los próximos años. UPA ha vuelto a demandar a las fuerzas políticas que den al campo la importancia que merece.
De las doce propuestas de UPA todas son desarrollables si hay voluntad política, factibles para desarrollarlas. El apoyo y fomento de la agricultura familiar: UPA pide la aprobación de una «ley de agricultura familiar». Esta política deberá contemplar medidas de apoyo, prioridad y preferencia a la agricultura familiar y la remuneración de los bienes públicos aportados (especialmente por las funciones medioambiental es que ejerce), entendiendo como agricultura familiar la que gestiona de manera directa la explotación y que esté vinculada al territorio.
En dicho marco legislativo se debe establecer un estatuto de la agricultura familiar y unas ayudas específicas para las explotaciones de agricultores profesionales, vinculadas al territorio. Igualmente se debe crear un Observatorio de la situación y evolución de la agricultura familiar. Necesitamos una Ley de la cadena más fuerte que asegure contratos para todos los sectores agrícolas y ganaderos. Uno de los mayores avances en la legislatura pasada fue la aprobación de la Ley de la Mejora de la Cadena.
Después de casi dos años de aplicación de la misma, hemos detectado una lista de deficiencias que no permiten un funcionamiento correcto, como es la necesidad de introducir un mediador, regular la venta a pérdidas, introducir un régimen sancionador de hacer públicas las sanciones con carácter ejemplarizante. Revisión del modelo de aplicación de la PAC (Política Agraria Común) para reorientar los apoyos a la agricultura y la ganadería productivas. Dicha apuesta necesita una profunda revisión de la figura del beneficiario de las ayudas, ahora conocido como «agricultor activo». El criterio histórico de reparto de las ayudas ha generado, según UPA, diferentes desigualdades, que deben corregirse teniendo en cuenta un criterio productivo y en función del tamaño de las explotaciones. Necesitamos unos mecanismos adecuados dentro de la OCM única, «ya que hemos comprobado cómo los existentes naufragan en el momento en que se producen alteraciones en los mercados agrícolas». Y pedimos el desarrollo sostenible del medio rural, así como el control del precio, planificación de los recursos hídricos. Estas, junto con otras propuestas, son las que entendemos como prioritarias para el sector primario.
