El año 2015 está resultando un año «complejo» para el ahorrador. Hay diferentes razones, pero la principal es la inexistente remuneración que hoy ofrecen los bancos en sus depósitos. En 2011 el Banco Central Europeo (BCE) inicia una política monetaria expansiva que deja el dinero muy barato. Se trata de un dinero que no llega a la economía real, ya que esta masa monetaria se queda en la financiación de la deuda pública. Por tanto, el negocio en esos momentos para los bancos era sencillo: pedir prestado al BCE a tipos muy bajos e invertir en deuda pública a tipos más altos, dado que la deuda de gobiernos según normativa del BCE no consume capital, mientras que financiar a empresarios y familias sí. A todo esto se añade que el BCE ha obligado a la banca a elevar sus ratios de capital. De tal manera que todas las indicaciones no escritas han invitado al sistema financiero a apostar por la financiación pública y no privada.

Hoy la situación continúa en esta misma tónica, con la diferencia de que la deuda de gobiernos ha dejado de tener retornos elevados y los bancos se han visto «obligados» a volver a su negocio tradicional que es prestar a las familias.

Y en este contexto, nos encontramos hoy con un ahorrador que necesita elegir dónde invertir sus depósitos vencidos y bien remunerados hasta hace poco. Y lo cierto es que no encuentra alternativas de inversión similares. Su asesor bancario, que antes le aconsejaba depósitos, ahora le redirige hacia fondos mixtos, que, como consecuencia, son los que más han crecido en volumen en los últimos doce meses. Pero ahora este cliente ha comenzado a sufrir la volatilidad de los activos de renta variable en los que invierten estos fondos.

El perfil de riesgo del cliente no cambia, el que es conservador lo sigue siendo en unas circunstancias y en otras. En España, el foco de la prensa y de los bancos ha estado centrado en la renta variable, y no tanto en la gestión de la renta fija, donde hoy existe una gran demanda por parte de los inversores que se encuentra desatendida por su tradicional banco o proveedor.