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Kilómetros que valen oro

oy Valencia vive, con permiso de las Fallas, uno de los fines de semana más rentables del año. Los hosteleros, hoteleros, restauradores y taxistas se marcan en rojo el fin de semana del maratón. Una especie de congreso, como los que antaño se celebraban en Feria Valencia, pero con deportistas y sus familias.

La ciudad recibe desde el pasado viernes a miles de turistas del running con ganas de gastar y hacer turismo y las previsiones más conservadoras vaticinan que el impacto económico será de más de 12,7 millones de euros. Un hito que ayuda a marcar el camino a la desestacionalización del turismo en Valencia, que una semana antes se había conseguido gracias al Gran Premio de Motociclismo de la Comunitat Valenciana en el que Valentino Rossi y Jorge Lorenzo se jugaron el mundial.

El maratón y las motos, dos aficiones con gran arraigo en esta tierra y que tienen suficiente masa social para justificarse como gran evento. Lejos quedan las apuestas ruinosas por la vela y la Fórmula 1, financiadas casi en su integridad por capital público y a las que no se les ha sacado ninguna rentabilidad a largo plazo. Y a corto, sólo unos amigos.

Pero el negocio del running no finalizará esta semana cuando los 16.700 valientes regresen a sus casas. Las carreras se han convertido en un verdadero oasis económico para los pequeños pueblos de interior que organizan trails o para los municipios medios que apuestan por los grandes fondos. Esos días, los restaurantes notan de una manera importante el incremento de comensales.

A muchos licenciados en Educación Física y exdeportistas de élite la fiebre de las carreras les ha sacado de las listas del paro. Los entrenadores personales y los directores de equipos de atletismo se han multiplicado en los últimos años y por un módico precio asesoran a los aficionados en un entrenamiento y vida saludables. Por entre 150 y 500 euros al año, un aficionado puede tener un «coach» personalizado y un experto un puesto de trabajo todo el año. Cabe recordar que hay clubes de este tipo con cientos de inscritos.

Que le pregunten a Dectalhon cómo ha disparado sus ventas en los últimos años en ropa y zapatillas de running. También grandes cadenas como el Corte Inglés. Eso sí, estos gigantes han hundido a las pequeñas tiendas de deporte de barrio excepto a las que se han sabido adaptar y se han sumado a la marea. Para sobrevivir en este mercado hace falta incorporar actividades, como conferencias o la asistencia a ferias.

El potente sector zapatero valenciano debería poner su ojo en este sector, que mueve miles de millones en todo el mundo. Un corredor de maratón puede utilizar cuatro pares de zapatillas al año. Entre 90 y 150 euros cada uno. Hay negocio.

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