En la sociedad low cost en la que vivimos el precio modifica los hábitos de los consumidores a gran velocidad. Utilizando la terminología de Zygmunt Bauman, tan manida últimamente, podríamos asegurar que ahora tenemos unas «costumbres líquidas». En el sector de las TIC los cambios son todavía más vertiginosos y demoledores. Que nos lo pregunten a los periodistas, y las empresas periodísticas, a quienes el todo gratis de internet ha puesto contra las cuerdas.
Los SMS, que antaño eran la manera más barata y rápida de felicitar a nuestros contactos la Navidad y el Año Nuevo, son ahora una reliquia. Pleistoceno para los menores de veinte años, que nunca han oído hablar de esta manera de comunicarse y que ya entraron en el mundo de los móviles tecleando en sus pantallas táctiles de 4,7 pulgadas miles de mensajes a través del Whatsapp.
Y es la proliferación de este programa sumado a la generalización de redes wifi lo que pone en serio peligro las tradicionales llamadas telefónicas y por extensión las cuentas de resultados de las compañías, que aunque habían disparado sus ingresos por las tarifas de datos todavía reciben gran parte de su facturación a través de las llamadas de voz.
Es evidente que las personas no vamos a dejar de hablar por teléfono. La novedad es que ahora conversamos y lo haremos cada vez más vía Whatsapp, en otros países mediante Facebook, Messenger o Skype. Esto no genera ni un solo euro a la compañías telefónicas porque estos programas se pueden utilizar de manera gratuita a través de una red inalámbrica. En las grandes compañías ya se estrujan el cerebro para ver cómo salvar un negocio al que internet también obliga a cambiar. Parafraseando a los marxistas cubanos, evolución o muerte.
Los «habitos líquidos» provocan que en la actualidad el 73,6 % de los usuarios de smartphone nos conectemos a redes wifi en casa, en el trabajo o incluso en edificios públicos, y únicamente un 8,3 % lo haga a través de la banda ancha de su móvil. Es decir, la tarifa de datos. Primera puñalada a los resultados de las compañías.
En segundo lugar, el 75,7 % de los españoles utiliza ya Whatsapp frente a sólo el 33,6 % de los consumidores que usan diariamente las llamadas de voz. Este programa ha generado que el 45,5 % de los que hacen servir la mensajería on line haya reducido sus llamadas de móviles a menos de la mitad o que el 6,7 haya dejado de hacer llamadas. Las cifras se disparan entre los menores de 30 años.
Repercusión: el gasto medio mensual de telefonía en los hogares españoles cayó en el último año un 4,2 %.
Las telecos están aterrorizadas y ya tienen a sus desarrolladores en busaca de nuevas aplicaciones con las que ganar dinero. También de crearnos nuevos hábitos. Esas costumbres líquidas.
