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El informe

Luces y sombras del hundimiento del petróleo

El precio del barril de petróleo Brent ha bajado esta semana de los 30 dólares y hay expertos que apuntan que todavía la espiral de descensos puede hundir el coste de la unidad de crudo a los 20 dólares e, incluso, a los 16. Esta caída ha puesto patas arriba la economía mundial. En la Comunitat Valenciana el impacto será mayoritariamente positivo, ya que España es un país eminentemente importador aunque los sectores dependiente de las petroquímicas ya vaticinan un descenso de la inversiones y, por extensión, la aplicación de recortes. El consumidor de a pie tendrá más dinero en el bolsillo que se traducirá en un incremento de la demanda interna, mientras que los empresarios del transporte por tierra, mar y aire ven la situación con un optimismo moderado. Sus compras de combustible son a largo plazo y en todos los casos las adquisiciones se realizaron con un valor muy superior al actual.

Vicente Pallardó, del Instituto de Economía Internacional de la Universitat de València; Adolfo Utor, presidente de Baleària; Vicente Soler, director de Planificación y Control de Gestión de Air Nostrum; y Federico Martín, miembro de la junta directiva de la Federación Valenciana de Empresarios Transportistas (FVET) y presidente de la Asociación de Transporte Especializado, coinciden en que para el conjunto de la economía valenciana «es positivo» que el precio del barril Brent esté por los suelos. Eso sí, con diferencias y matices.

Adolfo Utor asegura que para las navieras los costes se reducen, lo que provoca un aumento de la oferta de plazas para viajar y transportar mercancías, tanto en barco como en avión. «Este incremento de competencia genera una bajada de precios para los viajeros y las empresas aunque con el tiempo se frenará por el ajuste del mercado», explica el presidente de Baleària. Para Pallardó, la situación que vivimos «aumenta el poder adquisitivo de los consumidores y por extensión la demanda interna», algo fundamental para la economía valenciana, que en 2015 ha salido de la atonía en la que se sumió el consumo interior durante la crisis.

Vicente Soler apunta que «en general a los que somos compradores de combustible que baje el precio, a priori, son buenas noticias». Pero tampoco es para tirar cohetes. El director de Planificación y Control de Gestión de Air Nostrum argumenta que pese a que el crudo ha caído mucho el efecto no es tan pronunciado porque el dólar se ha apreciado y esa es la moneda con la que se compra el petróleo. «En general en el corto plazo el descenso del precio puede tener un efecto en los márgenes muy leve. Hay que entender que el petróleo afecta al combustible pero el billete verde lo condiciona todo, contratos de flota, piezas... Tu exposición al dólar es bastante mayor. En este caso no cabe esperar en el corto plazo un impacto de esta bajada», explica.

Federico Martín es más pesimista. «Estos precios y la inestabilidad están provocando grandes pérdidas a las petroleras y las químicas y genera falta de liquidez. Esto a su vez motiva una reducción de las inversiones. En el mercado del químico hemos notado una bajada», afirma. Pallardó confirma este punto: «Es cierto que la caída del crudo está siendo devastadora para el sector petrolero. Se han pospuesto 400.000 millones de dólares de inversiones en todo el mundo. Todo aquel que trabaje con el sector petroquímico, petrolero y minero está pagando colateralmente esta situación». Pero reitera que para un país importador como España este precio del oro negro es muy beneficioso.

Compras a futuro y coberturas

Estos vaivenes en el precio del petróleo se compensan por los grandes usuarios con coberturas o la compra a largo plazo, que evita pérdidas en caso de que su valor se dispare, pero que en la situación actual les perjudica. El presidente de Baleària es claro: «Ahora hemos perdido dinero porque el petróleo estaba muy alto cuando compramos. Si el crudo hubiera subido hubiéramos ganado». Pero Utor se resigna porque es la única manera de cuadrar los presupuestos del año y de garantizarse una mínima estabilidad en un mercado tan competitivo. En la empresa con sede en Dénia adquieren la mitad del combustible a futuro y la otra a precio de mercado. En su caso la última gran compra la realizaron acuando el barril de crudo estaba a 50 dólares. Ahora está menos de 30 y bajando.

Marín también asegura que en el transporte por carretera tampoco hay excesivas fluctuaciones. En su caso cierran contratos con el cliente para repercutir los costes ante posibles subidas del precio de combustible o para reducir el precio en caso de bajadas, como ahora. Una fluctuación del precio del gasoil del 5 % se repercute en la factura para el cliente un 1,5 %. Por su parte, apunta, los camioneros autónomos ante estas bajadas del precio del gasóleo se ven obligados por la competencia a reducir el precio del viaje. «No veo una oportunidad», añade. Desde Air Nostrum, Vicente Soler, afirma que «la política de coberturas te permite no tener grandes fluctuaciones. Cuando sube mucho no pierdes tanto y ahora tampoco incrementas los ingresos extremadamente».

Pese a los matices, en general la opinión es que la situación del petróleo favorecerá a la economía valenciana. «En un escenario de precios bajos estás más cómodo. Puedes iniciar más proyectos», mantiene Adolfo Utor, que confirma que ha puesto en funcionamiento un barco desde Valencia a Ibiza y Palma de Mallorca y ofrece servicio diario desde Barcelona cuando en invierno sólo lo hace de manera alterna.

Pallardó concluye que como país dependiente que somos del petróleo la actual situación «es una excelente noticia». Eso sí, no para todos: «Las energías alternativas ahora no son rentables».

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