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Premios Talento Joven

La generación de Maya: preparados y talentosos

Cada año el número de emprendedores crece exponencialmente. El negocio de las startup movió inversiones por valor de 600 millones en España en 2015

Maya Callejo e Isaac Saneleuterio, socios de Kibi Toys. daniel tortajada

El emprendimiento se ha convertido en una de las religiones que buscan fortuna en el nuevo siglo. Las generaciones de jóvenes sobradamente preparados como para permanecer en el paro, y descaradamente motivados como para agachar la cabeza ante la dictadura del precariado, han visto en las startup una válvula de escape para su talento.

La Comunitat Valenciana se está convirtiendo en una de las punteras de este modelo de negocio. El reciente congreso español de business angels (inversores) celebrado en Valencia hace un mes, constató que el número de empresas emergentes ha crecido un 32% en este territorio y ya son el 14% del total estatal. Plataformas como Lanzadera, apadrinada por Juan Roig, Demium, Startupxplore, Bbooster, Plug and Play, de Silicon Valley, o los viveros de ideas de las universidades o las administraciones se han convertido en el soporte económico que está acelerando cientos de proyectos de todo tipo.

El negocio de las nuevas ideas está disparado y quién sabe si ha tocado techo. El 2015 recién terminado cerró con 596 millones de euros en inversión de fondos de capital riesgo en startup en España, un 83% más que el año anterior.

Maya es uno de los rostros de su generación. Con 31 años, esta valenciana acaba de ganar la III edición del Premio Talento Joven de Levante-EMV y Bankia en su modalidad de Empresa, concedido en una gala que se celebró esta semana en Valencia. Con una licenciatura en Comunicación Audiovisual y un máster en Artes Visuales, Maya Callejo ha decidido tirar por su cuenta junto a su socio, Isaac Saneleuterio, explica la ganadora del premio camino de la feria internacional del turismo Fitur, donde intenta posicionar su producto recién estrenado de la mano del Hotel del Juguete de Ibi (Alicante). Tras 3 años en el extranjero, madrugando más que el sol y después de haber trabajado la mayor parte del tiempo para terceras personas, inició su camino.

El proyecto Kibi Toys acaba de cumplir un año y lleva unas pocas semanas de comercialización. «Nos dedicamos al diseño, desarrollo y fabricación de juego educativo para niños de hasta 6 años», explica Callejo. Se trata de un juguete físico, pero con una base tecnológica. La idea, que ya están exhibiendo en colegios y guarderías de la Comunitat Valenciana y Madrid, combina el juego tradicional de reconocimiento sensorial y emparejar texturas, sonidos o aromas, con una app para utilizar en la tablet. Mediante la lectura de un código, aparecen imágenes 3D en la pantalla, que ofrecen retos y otras actividades. Los mismos jóvenes han desarrollado la tecnología inalámbrica en la Universitat Politècnica de Valencia (UPV), donde han ubicado su primera sede.

La empresa valenciana trabaja en nuevos diseños, y ha encontrado la inspiración en pedagogías como Montessori, que fomentan la independencia en el aprendizaje, donde «el niño descubre y aprende en base a sus propios errores». «Pero no apartamos al padre de juego y la formación de los hijos», aclara.

Con la combinación del juego tradicional y tablet, «conseguimos devolver al niño a la participación del juego tradicional», para alegría de los padres, que ya no ven en la tecnología un enemigo a la socialización.

Por lo demás, los socios de Kibi Toys topan con los problemas comunes, como la financiación. «El premio de Levante-EMV [dotado con 6.000 euros] es una buena noticia. Básicamente estamos tirando de ahorros y de calcular bien los gastos: comparar entre proveedores y comenzar con una pequeña tirada. Nos resistimos a entrar en los bancos», apunta. De momento siguen por libre, buscando seducir en Madrid a su mercado para potenciar un producto que les permita continuar su propio camino.

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