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Nueva presidenta de la Asociación de Empresarias.

Una ciudadana del mundo al frente de las empresarias

Eva Blasco es una de las mujeres más influyentes en la touroperación. Lleva una vida a caballo entre Valencia y el mundo, primero en el IVEX y luego como agente de viajes. Llega a EVAP para «empoderar» a las mujeres: «La igualdad no es real pese a los avances. Queda mucho por hacer»

Eva Blasco

Con tres meses de vida, Eva escuchó el rugido de un avión y ya nunca más volvió a bajarse. «En casa los viajes eran una prioridad, por encima de un coche nuevo. A los siete años mi padre nos llevó a Londres. Fue como un sueño». La hija de Vicente Blasco Infante, el agente de viajes más conocido de la Comunitat Valenciana, estaba condenada a ser una ciudadana del mundo. Tal vez por eso su vida se ha guiado por la vocación internacional.

Antes de ser una de las personas más influyentes del mundo de la organización de viajes y la touroperación, esta licenciada en Derecho con premio extraordinario fin de carrera empezó en la Dirección General de Comercio, en tiempos de Isabel Palafox, hasta que en 1993 pasó al Instituto Valenciano de la Exportación (IVEX) de la mano de Joan Mir. Son dos de las personas que más le han influido, confiesa. Aquel trabajo la mantendría once años a caballo entre Valencia y medio mundo. Fue responsable de Extremo Oriente y Oceanía hasta 1998, cuando pasó a dirigir la Oficina de Nueva York.

El once de septiembre, ella estaba allí. «No suelo hablar mucho de ello. Es de lo que más me ha marcado, de las experiencias que te hacen relativizar. El día 12 Manhattan parecía una tumba, como un sueño, una peli de ciencia ficción, con aviones militares por la noche. Te das cuenta de lo vulnerables que somos, de que nadie es infalible».

Los giros inesperados de la geopolítica mundial, las quiebras de seguridad en los aeropuertos, las consecuencias en las fronteras, la digestión de aquel drama que hizo Occidente... Las lecciones de aquellos días le servirían en el futuro. Poco después del shock, en el verano de 2012, Blasco regresaba a España y en 2004 daba el salto a la empresa privada, a Europa Travel, la agencia que montó su padre en 1978.

«Mi padre me plantea una oferta profesional. Eso tiene innumerables ventajas y también dificultades. Te integras en un equipo consolidado con un estilo consolidado. Aprendes mucho, pero tienes el componente de que al fin y al cabo eres la hija. Eso genera complicaciones en el día a día», reflexiona sobre el relevo en el ámbito de la empresa familiar.

Con el regreso a Valencia, Blasco sería madre (hoy su hijo tiene diez años) y también comenzaría una frenética carrera en el mundo asociativo: «La experiencia en EE UU me hace ver el lobby en sentido positivo. Trasladar inquietudes a los gobiernos es bueno».

El listado de entidades en cuya dirección hoy participa Blasco es como para buscarle más horas al día. Es vicepresidenta de la Confederación Valenciana de Agencias de Viajes; pertenece a la española como vicepresidenta de relaciones internacionales; es número dos de la Asociación Europea de Agencias de Viaje y tour operadores (ECTAA); participa en el consejo rector de la Alianza Mundial de Agencia de Viajes. También está involucrada en el Instituto Valenciano para el Estudio de la Empresa Familiar, con los comerciantes del centro histórico de Valencia, en la Cámara de Comercio, en el lobby empresarial AVE, en la patronal CEV, el Club de Encuentro Manuel Broseta y hasta en el consejo escolar del colegio de su hijo, explica desde el tren, inevitablemente, camino de una reunión en Madrid. «No soy de tomarme las cosas con calma. Soy muy activa», ratifica, por si su currículo no fuera suficientemente elocuente. «Quiero hacerlo todo deprisa. Soy muy resolutiva y a veces corro el riesgo de equivocarme», confiesa.

Con esa agenda, últimamente al final del día tiene el ánimo más para novela que para ensayo. Cita con devoción a Dostoievski, García Márquez o Simone de Beauvoir, aunque ahora le ha dado por la policiaca. También venera a Woody Allen, Éric Rohmer, Visconti, Polansky y Clint Eastwood.

Inquietudes y viajes. «Mi padre me ha marcado. En los años 70 tuvimos la oportunidad de viajar y no era lo habitual. Era muy importante el concepto de viajar y que los hijos tuvieran estudios. Mi madre hizo Químicas y mi padre, Derecho. El primer viaje me causó impresión. Era como vivir un sueño. Me lo imprimió mi padre y he seguido en la línea». ¿Y dónde se perdería una persona que ya cuenta los sitios donde no ha estado, más que los ya conoce? «Soy más de pisar asfalto que de pura naturaleza. Prefiero el viaje urbano, de conocimiento de cultura», apunta, mientra relata la fascinación por junglas como Ciudad del Cabo, San Francisco, Nueva York o Tokio.

Su nueva aventura, sin embargo, la va a atar más a Valencia que al mundo. A su currículo se suma desde esta semana la Presidencia de la Asociación de Empresarias y Profesionales de Valencia (EVAP), en sustitución de Empar Navarro, que ha sido nombrada directora general del sector público de la Generalitat.

«Quiero consolidar los logros de los últimos años», dice, pero reconoce que aún queda trabajo. Mañana lunes, de hecho, es el Equal Pay Day y las mujeres siguen padeciendo una brecha salarial del 24%, denuncia. «Parto de que la igualdad no es real pese a los avances. En el mundo de la administración pública y político se avanza más que en el empresarial privado. Hay mucho que hacer desde EVAP para empoderar a las mujeres y darles visibilidad». Una organización «peculiar», concluye, cuyo «objetivo último sería desaparecer» tras conseguir la igualdad y «carecer de sentido». «Queda mucho por recorrer».

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