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Los edificios del futuro llegan a Valencia

La empresa Medgón construye en Loriguilla el primer inmueble de eficiencia extrema que ahorra un noventa por ciento del consumo energético

Los edificios del futuro llegan a Valencia

La empresa Medgón Passivhaus ha construido en Loriguilla el primer edificio de eficiencia energética extrema. El inmueble, unas oficinas de 850 metros cuadrados que se han terminado en tres meses, permite reducir un noventa por ciento el consumo de energía a pesar de las olas de calor y los grandes índices de humedad que sufre Valencia. Toda la estructura es de madera de pino y las vigas de haya microlaminada. Los muros son de dieciocho centímetros y las ventanas de triple cristal con gas argón en medio para evitar al máximo la pérdida de calor en invierno y de frío en verano. Pedro Arconada, responsable de Medgón Passivhaus, explicó que el inmueble es prácticamente estancó y destacó que el coste de construcción es similar al de un edificio normal porque el sobrecoste que requieren elementos como las ventanas de triple cristal se compensa con la «eliminación de sistemas de refrigeración carísimos o de suelo radiante. Son edificios que ahorran dinero».

Las oficinas de Valencia son la nueva sede de la empresas Innovafoto, dedicada a la distribución de material fotográfico de alta calidad. Pedro Arconada destacó que es el proyecto de eficiencia energética extrema más grande construido totalmente con estructura de madera en España. El edificio, que tiene nueve metros de altura, alberga los estudios de la empresa, un almacén y un plató fotográfico.

La firma utiliza el método alemán «passivhaus», que busca que los edificios estén bien aislados y que sean casi tan estancos como un termo de café. «El objetivo es que en invierno retengan el calor y en verano el frío con lo que tienen muy poco gasto energético. Los edificios normales pierden eficiencia energética porque no están bien aislados. Es como si tuvieran una puerta al exterior constantemente abierta. En el caso del edificio de Loriguilla, ese agujero imaginario tiene el tamaño de un móvil».

El portavoz de la firma incidió en que la gran ventaja de este tipo de edificios es que con ellos puedes predecir el consumo energético porque mantienen la temperatura constante. «Es como cuando vas a comprar un coche y sabes que va a consumir cinco litros. El problema es que nadie se pregunta cuando se compra una casa cuánto va a consumir energética», apuntó.

Pedro Arconada subrayó que la clave para conseguir un «superaislamiento es contar con unas buenas carpinterías. Tienen que ser de doble o de triple cristal con gas argón en medio. Además, es esencial la ventilación interior para que todas las habitaciones tengan un clima homogéneo».

Arconada indicó que trabajan con la madera frente al hormigón porque «es un material muy agradecido. Es capaz de absorber la humedad y de liberarla después lentamente». El técnico de la firma aseguró que la vida de este tipo de inmuebles puede ser similar a los que están construidos con hormigón. «Las casas se echan a perder en el momento en el hay condensaciones. Lo que repercute en el deterioro del hierro, el hormigón o el adobe es la humedad. Si las casas están superaisladas van a mantener la estructura siempre igual», señaló.

Superaislamiento

El portavoz de la compañía precisó que este tipo de inmuebles en Valencia son capaces de mantener la temperatura interior a veinticinco grados cuando en el exterior está a treinta. «Los propietarios solo van a necesitar la refrigeración para pasar de veinticinco grados a veintitrés. La gente piensa que las energías renovables son el futuro. No es así. La solución es construir bien para reducir al máximo el consumo energético. Este tipo de casas son muy buenas para el clima mediterráneo por el calor y la humedad». La empresa trabaja ahora en la construcción de dieciséis chalés en Madrid y prepara nuevos proyectos en Valencia.

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