Os sigo contando los aprendizajes que vamos extrayendo en el día a día de Lanzadera.

6º Define las expectativas y los compromisos por adelantado. Como decía Peter Drucker «haz las cosas correctas y ten la habilidad para hacerlas correctamente». La determinación de las metas y objetivos básicos a largo plazo en un proyecto, junto con la adopción de acciones y la distribución de compromisos para lograr esos propósitos, son una de las claves del éxito.

7º Aprende de los fracasos. Se aprende más del fracaso que del éxito. Un emprendedor debe ser capaz de medir las consecuencias de sus acciones, recoger feedback y extraer las conclusiones adecuadas. Pero debe hacerlo de forma ágil. Si hay que fallar, falla rápido, poco y barato, y, en la medida de lo posible, convierte el fracaso en éxito. Y lo digo como algo positivo porque ganar es rentable, perder es una inversión.

8º Primero sé fuerte en tu país/ciudad y luego da el salto internacional. No puedes salir al exterior si no eres fuerte en tu país. Se trata de una decisión muy importante y que no se puede tomar a la ligera, ya que supone una inversión. Si no conoces bien el mercado nacional y das el salto internacional porque eso es lo que hacen todos, es más «trendy», posiblemente planifiques mal y eso te llevará al desembarco en un mercado que no sea el adecuado o en una forma de entrada poco efectiva.

9º Mantén los pies en la tierra. En el camino emprendedor se atraviesa por numerosas etapas y se superan muchos obstáculos. Por eso, es importante que desde el principio seas realista y autocrítico, aunque creas que tus ideas son muy brillantes. Observa, trabaja duro, estudia a tu competencia y ten paciencia. Estos ingredientes serán necesarios para que tu emprendimiento sea concreto y realista.

10º Aprende a decir NO. Aprender a establecer prioridades y tenerlas siempre presentes te permite ir directamente hacia tus objetivos y saber decir que no a otras cosas. Enfócate y elimina lo innecesario. Un emprendedor debe ser radical y tener seguridad en sí mismo.

11º Cuenta tu proyecto y escucha los consejos. Sentir que no estás solo, conseguir apoyo es vital para tu proyecto.

Compartir tu proyecto con terceras personas te permite tener una visión objetiva externa del mismo y te hará darte cuenta de sus debilidades e ir afinándolo.

Puedes aprender de las experiencias y errores ajenos. Puedes presentar tu proyecto en eventos o concursos. Eso te proporcionará difusión, feedback y validación. Además, en los eventos y concursos aprendes a «vender» tu proyecto, a negociar, a hablar con clientes y posibles inversores, hablar de cifras económicas?

Todos nos enamoramos de nuestra idea, abrirse a las opiniones y consejos de otros es imprescindible. Compartir lo que tienes y lo que sabes puede generarte sinergias y colaboraciones inesperadas.