Los óxidos de nitrógeno son un grupo de gases compuestos por óxido nítrico (NO) y dióxido de nitrógeno (NO2). El conocido término NOx se refiere a la combinación de ambas sustancias. Su presencia en el aire es perjudicial para el sistema respiratorio de los humanos y es el causante de las boinas de contaminación en ciudades como Madrid, Barcelona o Valencia. Según los ecologistas, la emisión de estas sustancias, principalmente provocados por la combustión del diésel, han provocado en Europa 400.000 muertos. El NOx ha puesto contra las cuerdas a la que ha sido durante medio siglo una de las empresas bandera de Alemania y Europa, la automovilística Volkswagen.
Estas cifras de fallecidos por NOx han convertido el «engaño» de Volkswagen en un escándalo de dimensión planetaria que ha forzado al Europarlamento a iniciar una investigación para aclarar la situación y poner coto a estas emisiones. El pasado miércoles 2 de marzo, se constituyó la comisión que debe indagar en el trucaje de los motores de gasóleo en la Unión Europea y que puede tener un impacto en la economía continental sin precedentes. De hecho, ya lo hace.
Vicente Franco (Castelló de la Plana, 1982), el valenciano que elaboró y firmó el informe de la ONG Internacional Council On Clean Transportation (ICCT) que descubrió la mentira de la multinacional alemana, estuvo este martes pasado en Bruselas explicando a eurodiputados de todos los partidos cómo se produjo el engaño y la situación de descontrol de las emisiones de diesel en el viejo continente. El eurodiputado de Primavera Europea (donde está integrado Compromís y Equo), Jordi Sebastià, ha solicitado que el investigador valenciano com
parezca en la comisión de investigación del Europarlamento.
Vicente Franco hizo una pormenorizada explicación en inglés del problema del diesel en su informe «On-road NOx emissions from modern diesel cars». Asistieron eurodiputados del Partido Popular, ALE-Greens (donde se integra Primavera Europea), el Partido Socialista y hasta miembros del Ukip, los ingleses que defienden el Brexit. Franco explicó que existen vehículos diésel que contaminan más que un camión o que sus emisiones son veinte veces superiores a los que marca la legislación europea. «El problema en las emisiones estaba clarísimo antes de ponernos a investigar. Lo que pasa es que nosotros pensábamos que la legislación europea era muy permisiva, más que la americana, que tienen un límite por emisión un 50 % más bajo. Estudiamos los coches americanos para que se aplicara en Europa y así demostrar que se podía reducir», explicó el ingeniero del ICCT a El Mercantil Valenciano. Pero hubo sorpresa. «Probamos tres coches, dos de ellos Volkswagen, y descubrimos que no hay sistemas de medición perfectos. Que VW había engañado a los americanos», reveló. Y ahí es cuando saltó el escándalo.
El equipo de Vicente lo forman cinco ingenieros, pero han conseguido poner contra las cuerdas a toda una industria. «El informe sobre los coches de ICCT del que soy autor analiza 12 coches europeos y tres americanos, de los que dos tenían bicho, y lo colgamos en octubre de 2014», recuerda. El Finacial Times se hizo eco, pero no fue hasta un año después que se convirtió en material fundamental de la investigación de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de Estados Unidos.
Este valenciano, que reside en Berlín y quiere seguir haciendo carrera en este sector, no está preocupado por las presiones que del sector le puedan llegar. «Me considero un científico y estoy tranquilo con los resultados del informe. No me corresponde a mí decir cuáles son las consecuencias políticas. Es evidente que hay un problema y se debe arreglar», argumentó. Este ingeniero propone mejorar las pruebas de análisis. «Que dejen analizar coches de particulares y hacer pruebas fuera de los laboratorios, porque se ha demostrado que no son fiables. Hay que incorporar elementos aleatorios», apunta.
Vicente, que se inició trabajando en el análisis de emisiones de la industria cerámica, habla claro a los usuarios de los vehículos de gasóleo. «Un diésel tan limpio como el gasolina ha de pagar un plus de consumo o reducir otras prestaciones y cuando nivelas el terreno de juego no está tan clara la superioridad del diésel sobre el gasolina», dijo. «Cuando desequilibras el terreno de juego, como ha pasado en Europa, el perjudicado es el medio ambiente», sentencia este experto, que asegura que no es culpa del precio. Los coches Euro 5 y Euro 6 llevan catalizadores para las emisiones. Pero no funcionan en carretera. Un reto para la industria.
