Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Opinión | Desde el campo

Manos a la obra

Los intentos, siempre loables, de equilibrar las relaciones de fuerza entre los diferentes actores que conforman el mercado agroalimentario a fin de conseguir un reparto más justo y equitativo de los resultados económicos que se generan a lo largo del proceso comercial no terminan de ofrecer los frutos deseados. La aprobación de la ley de la cadena alimentaria en 2013, el excelente trabajo que al abrigo de esa ley está llevando a cabo la Agencia de Información y Control Agroalimentarios (AICA) o la reciente investigación emprendida por la Generalitat „a través de la dirección general de Comercio„ tras la denuncia presentada por las organizaciones agrarias contra nueve cadenas de supermercados por vender cítricos a precios de ganga, son pasos importante en la buena dirección, si bien sus resultados siguen siendo insuficientes a la vista de un panorama que todavía resulta desalentador en muchos aspectos.

Precisamente esta semana, los dirigentes de las organizaciones agrarias nos reunimos con los directores generales de Comercio y Agricultura, „Natxo Costa y Roger Llanes, respectivamente„ quienes nos informaron de que las pesquisas efectuadas hasta el momento no permiten establecer que las empresas de distribución investigadas hayan incurrido en la práctica ilegal de la llamada venta a pérdida. Es posible, los supermercados no son tontos y saben cubrirse las espaldas, pero no es menos cierto que sus estrategias de venta de cítricos, o de otros productos del campo, a precios reventados provoca un perjuicio enorme de cuyas nefastas consecuencia los agricultores son los principales damnificados.

Costa y Llanes, a los que hay que reconocer su implicación en la búsqueda de soluciones que pongan freno a estos manejos abusivos y desleales, anunciaron también la puesta en marcha de una mesa agroalimentaria valenciana que acogerá a comerciantes, agricultores, distribuidores y, en suma, a todos aquellos que forman el conglomerado de la agroalimentación. Bienvenida sea. Ese foro de encuentro debe servir para profundizar en la materia y articular acuerdos que permitan desterrar las actitudes caciquiles que tanto abundan en la cadena alimentaria. La mesa será, además, un escenario perfecto para pasar la prueba del algodón, para ver quién es quién; quiénes son aquellos que verdaderamente acuden con voluntad de sellar acuerdos favorables para todos y basados en principios de elemental justicia retributiva y quiénes son los lobos que acuden con piel de cordero. Y es que, por nuestra parte, tenemos muy claro que esa mesa agroalimentaria valenciana no puede convertirse, en ningún caso, en una tertulia de café para calentar las sillas y pasar el rato. Su combustible debe ser, forzosamente y por el contrario, el trabajo riguroso y el compromiso firme. Así, que manos a la obra. Por nosotros, por los agricultores, les aseguro que no va a quedar.

Compartir el artículo

stats