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El informe

Oportunidades y temores a orillas del Malecón

Oportunidades y temores a orillas del Malecón

Cuba se ha convertido en una de las esperanzas del mercado exterior para España desde que a finales de 2014 Estados Unidos anunciara el fin de la Guerra Fría en su patio trasero. La economía cubana remontó en 2015 con un crecimiento del 4 %. Pero más aún se han hinchado las expectativas sobre un mercado del que se espera un importante crecimiento del sector turístico, inmobiliario y agroalimentario, todos ellos nichos de oportunidad para la economía valenciana.

En estos momentos, las miradas sobre Cuba, sin embargo, se dividen entre las expectativas de oportunidad y las reservas que genera el contexto político español e internacional. Un empresario valenciano ligado a la automoción prefiere poner en cuarentena el optimismo desatado y ofrece tres claves: «Ese mercado no va a despegar tan rápido como parece. Hay que esperar, primero, a que los acuerdos sean efectivos; segundo, hay un condicionante fundamental que es quién entra en la Casa Blanca en noviembre porque Donald Trump puede congelar el acercamiento; y tres, mientras Francia e Italia se están moviendo a nivel político, en España estamos con un Gobierno en funciones».

«Coincido en lo fundamental», reflexionaba esta semana el empresario Juan Cámara, de la contratista de obra pública Torrescámara, recién llegado de un país donde se ha desplazado para conocer de primera mano el nuevo escenario. Cámara apunta al crecimiento aparejado al sector turístico: «Confían en pasar de 4 a 10 millones de turistas en los próximos años». «El proceso no tiene vuelta atrás: Obama va a dejar firmado todo lo que pueda sin pasar por el Senado y los cubanos de Miami ya están comprando casas».

En este contexto, la industria auxiliar de la construcción es uno de los sectores que puede verse beneficiados del despertar turístico. Lo sabe Joaquín Requena, presidente de la empresa El Alterón, con sede en Massalavés. Esta empresa dedicada a la escayola ha encontrado en Cuba una tabla de salvación. En lo que va de 2016, casi el 40 % de todas sus ventas procede de la exportación a Cuba. «Es un país lento y difícil, pero cuando te acostumbras a su manera de trabajar va bien», explica Requena, que lleva desde 2010 explorando ese mercado.

La construcción va a encontrar un filón en la isla. Hasta 2020 se ha fijado como objetivo construir 36.000 habitaciones hoteleras. En el caso de El Alterón, además, cuenta con un producto que le ha abierto las puertas. La firma ha patentado el ATT, un producto de yeso para tabiques y techos de hoteles y hospitales que, según defiende, mejora las prestaciones del pladur, al no contener papel y evitar el moho que provoca la humedad isleña.

La empresa valenciana, con una facturación de en torno a 8,5 millones y 32 trabajadores, se ha adaptado al mercado: ha tejido una red con importadores cubanos, cuenta con una oficina propia y ha pasado las pruebas de laboratorio exigidas por el Estado para homologar su producto. «No es un país tercermundista: exigen primera calidad», señala.

El ATT se ha convertido en un producto estratégico para la firma hasta el punto de plantearse el siguiente paso: valoran montar una planta para producir allí, con el gobierno cubano como socio.

La economía valenciana, en todo caso, no parte de cero en el país caribeño. Cárnicas Serrano, por ejemplo, tiene desde hace años una planta en ese país. Según la Cámara de Comercio, tres empresas valencianas tienen implantación en Cuba, y otras 300 mercantiles venden productos a la isla. En 2015, la exportación creció un 15 % hasta los 80 millones. Baleària también negocia una ruta con EE UU.

Reclaman mayor implicación política

Son cifras modestas que tienen perspectivas de crecimiento. En un par de semanas, Cuba acoge la feria de la construcción Fecons, que recibirá a varias empresas valencianas. Entre ellas, Plásticos Vidal, otro de los ejemplos de implantación exitosa en este mercado. Su gerente, Juan Vicente Álvarez, invita de nuevo al realismo. «Allí va Obama y va el Papá, pero la realidad del día a día es otra. Todo va más lento», explican en la firma de l'Olleria.

Plásticos Vidal, pese a echar de menos una mayor implicación política al primer nivel (ni Zapatero cuando fue presidente ni Rajoy han ido), se ha situado como distribuidor de materiales propios y de otros productores españoles. Es el fruto del trabajo desde 2010, con una oficina sobre el terreno, «presencia activa durante todo el año» y el trabajo con comerciales locales. Hoy Cuba representa el 15% de la facturación de una firma que cerró 2015 en torno a los 40 millones en ventas.

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