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Los 'lobbies' frenan el desarrollo del 'azúcar verde'

Un cultivo de stevias en el Mareny de Barraquetes. Eduardo Ripoll

La comercialización del llamado «azúcar verde» y sus derivados son habas contadas en España. El desarrollo de esta materia prima destinada a la elaboración del edulcorantes obtenido a partir la stevia ha experimentado un creciente interés en España „sobre todo en Andalucía, Comunitat Valenciana y Murcia„durante este último lustro. Sin embargo, los productores se están encontrando con demasiadas trabas legales y también con prácticas monopolísticas ejercidas desde multinacionales del ámbito agroalimentario y farmacéutico, con potentes lobbies instalados en Bruselas, para poder plantar y comercializar esta planta originaria de Paraguay, aún poco conocida en el Viejo Continente. De ella se extrae el glicósido de esteviol, cuyo consumo como aditivo alimentario (E-940) fue autorizado en noviembre de 2011 por la Unión Europea. En estos últimos tiempos se está trabajando para su aclimatación en la cuenca mediterránea, principalmente en Almería, así como en algunas localidades valencianas situadas en la comarcas de La Ribera, l'Horta y la Marina.

Según Regina Monsalve, ingeniera técnica agrónoma, presidenta del Colegio de Valencia y Castelló y promotora de la cooperativa El Rebolloso, un edulcorante «cero calorías» , como la stevia, se presenta en los mercados como una «planta revolucionaria y conforma un sector que podría ser muy dinámico e influyente en la economía agraria y la tecnología alimentaria si no fuese por la presión ejercida desde grandes multinacionales y legisladores de la Unión Europea». No existen restricciones al cultivo no ecológico de stevia en la UE. Sin embargo, las plantas y hojas secas no pueden comercializarse como alimento ni como ingrediente alimentario en el territorio europeo (Decisión 2000/196/CE, de 22 de febrero de 2000). Esta planta genera un edulcorante que es alternativa natural al azúcar que sí pueden consumir los diabéticos. Hay muchas intereses en juego.

Control de las patentes

El proceso de obtención del glicósido de estaviol está patentado y una de las empresas que más recursos económicos ha invertido en este asunto es Coca-Cola, con lo que el gigante de las bebidas refrescantes con cuartel general en Atlanta (EE UU) controlada una buena parte del mercado.

En España, el proyecto promovido por la Junta de Andalucía y la Universidad de Granada dio origen a Stevigran S.L. constituida como mercantil dedicada a la producción y comercialización de una línea de edulcorantes de origen natural. Intenta abrirse un nicho de negocio, aunque a muy pequeña escala. Vende a través de internet. Según Monsalve, «si se quiere vender en España el producto hay que hablar con los escasos canales existentes en el país: Steviagran, Deprimera y Agristevia. Estos dos últimos son intermediarios que lo venden a la industria química», explica la ingeniera agrónoma y pionera en el cultivo de stevia en la Comunitat Valenciana.

La stevia producida en Paraguay „importada desde España„se vende a 1,50 euros por kilogramo de hojas secas, mientras que la producida en territorio español se comercializa en el mercado a 6 euros. Con todo, esa cantidad ni siquiera cubre los gastos de producción (alrededor de 8 euros). El edulcorante final, una vez elaborado, se comercializa en el mercado a unos 300 euros por kilogramo.

A la vista de estos precios, países con menores costes laborales que España, como Vietnam o Marruecos, también han comenzado a producir a gran escala. El citado reino alauita, según las estimaciones del sector, ya cuenta con unas 75.000 hectáreas de este cultivos en su territorio agrario. «El productor español apenas puede competir por la falta de ayudas y las trabas legales y monopolísticas», lamenta Monsalve.

Andalucía ya es la autonomía española que más ha desarrollado este cultivo, que puede contar con unos 5.000 productores, frente a la veintena de la Comunitat Valenciana. «El cuello de botella „explica Monsalve„está en que no nos dejan vender la hoja seca debido a la normativa europea, que impide venderse como alimento o ingrediente alimentario». Y sostiene que los agricultores españoles se podrían defender bien con la venta en herboristerías, centros comerciales o establecimientos de complementos alimentarios. «La stevia tiene futuro», agrega Monsalve.

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