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Una pérdida de privacidad

El análisis y, sobre todo, el almacenamiento masivo de los datos que generan los ciudadanos con el uso de las nuevas tecnologías, que son la base del big data, han abierto también un importante debate sobre la pérdida de privacidad que suponen estas prácticas. ¿Tiene derecho una compañía a guardar información sobre las preferencias literarias o los gustos a la hora de vestir de cualquier persona? «Hay una cierta exageración en este tema. Los datos que se almacenan son anónimos: saben cuánto tiempo estás en una web, lo que compras, etc pero no quién eres. No lo relacionan con un nombre que te pueda identificar», explica Fernando Guerrero, de SolidQ. «Ciertamente es uno de los problemas que tienen las nuevas tecnologías y eso es un handicap. Pero es que a veces la gente no es consciente de lo que hace. Cuando publicas algo en Facebook, ya lo dice la palabra, lo haces público», explica, por su parte, Alejandro Rabasa, que, en cualquier caso, recomienda no aceptar las «cookies» de las páginas web para evitar que se guarden nuestros datos. «Lo que ocurre es que a veces no tienes más remedio, si quieres seguir navegando», concluye.

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