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El perfil | Rosa Lladró Sala

La primogénita vuelve a tomar las riendas

La batalla familiar en el imperio de la porcelana se prolonga desde hace una década y frena el proceso de renovación tras la caída de ventas y abultadas pérdidas que les ha obligado a aprobar un ERE

La primogénita vuelve a tomar las riendas

Rosa Lladró Sala, la hija mayor de Juan, cofundador de la histórica empresa valenciana, vuelve a tomar el mando de la Ciudad de la Porcelana de Tavernes Blanques en medio de su largo y complejo proceso de reestructuración. Tras años de desplomes de ventas, abultadas pérdidas y conflictos familiares por la sucesión de este imperio fundado en el año 1953 Rosa Lladró „presidenta de la mercantil durante la última década„asume de nuevo la presidencia. Vuelve tras la reciente dimisión de su hermana Mari Luz, que apenas ha aguantado seis meses como máxima responsable en un consejo de administración que parece una jaula de grillos, con constantes desavenencias entre sus propietarios y sin un guión claro sobre el futuro de la firma. Además de Mari Luz, han abonado el órgano de dirección su esposo, Ignacio Jara, y su primo, David Lladró. Todos ellos mantienen, entretanto, sus participaciones accionariales. Sin duda, la batalla continúa.

La timonel Rosa Lladró, quien estudió en la Facultad de Bellas Artes de San Carlos de Valencia y ha realizado diversos cursos sobre gestión empresarial el IESE y otras escuelas de negocios, apuesta por impulsar las ventas en el exterior, sobre todo en Estados Unidos. En 2014, la Asociación Nacional para la Defensa de la Marca (Andema), adscrita a las Cámaras de Comercio, nombró nueva presidenta a Rosa Lladró. Entonces sucedió en este puesto al dirigente de Freixenet, José Luis Bonet.

Aniversario, lejos de Valencia

Símbolo del clasicismo decorativo, la conocida marca de cerámica decorativa optó por celebrar en Nueva York el 60 º aniversario de su fundación con una muestra de sus figuras más representativas y que mostraban su evolución. «A pesar del difícil momento que atraviesa la firma y de las duras decisiones que se deben tomar hasta que las ventas se recuperen, la dirección tiene fe en el futuro y sigue apostando por la continuidad del proyecto empresarial», asegura la empresa que vuelve a presidir Rosa Lladró.

Pero ahora se ha quedado sóla y sin el apoyo de los otros herederos de la saga familiar. Apoyado por su fiel escudero, Juan Vicente Sanchis, director general, la mandataria que recupera el control y asegura que «deslocalizar no es modelo que sirva» para la empresa. A finales de 2015 ha tenido que poner en marcha otro expediente de regulación de empleo (ERE ) para reducir casi trescientos puestos de trabajo durante este ejercicio y el próximo. La compañía que superó los 2.000 trabajadores en su época dorada ahora queda con tan sólo 700.

El reparto de la propiedad entre las tres ramas de la familia no ha funcionado. Aquel reparto tras la jubilación de los tres confundidores de Lladró no ha funcionado.Como tampoco el control mayoritario de la familia de Juan. La firma cerámica, controlada por la familia de Juan Lladró Dolz (70 %), frente al 15 % en manos de las familias de los otros dos hermanos, distribuyó recursos en especie a cuenta de 2015 y sigue recortando las reservas. Ahora debe afrontar un plan de viabilidad para intentar impulsar las ventas. Descarta la entrada de un nuevo inversor y asegura que no tiene previsto vender la mercantil. Veremos.

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