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Opinión | Desde el campo

En clave autonómica

Los datos del último censo agrario del Instituto Nacional de Estadística respecto a la edad de los titulares de explotaciones agrarias en el campo valenciano son realmente estremecedores, pues más de la mitad de las mismas está en manos de personas ya jubiladas

Los datos del último censo agrario del Instituto Nacional de Estadística respecto a la edad de los titulares de explotaciones agrarias en el campo valenciano son realmente estremecedores, pues más de la mitad de las mismas está en manos de personas ya jubiladas. Otro a tener en cuenta es que del total de 114.000 explotaciones agropecuarias, únicamente 5.000 de sus propietarios tienen menos de 40 años. Son datos que nos deben hacer reflexionar para lograr entre todos ese ansiado relevo generacional. Se conocen además prácticamente coincidiendo con el cierre del plazo de presentación de los expedientes de ayudas para primera instalación de la Conselleria de Agricultura, tras el que se han presentado 875 solicitudes. La cifra, más del triple que la última vez, revela que hay interés por entrar en el campo tras el paréntesis habido desde 2013 en que dejaron de publicarse estos incentivos.

El Programa de Desarrollo Rural (PDR) contempla un presupuesto de 40 millones hasta 2020, casi todos provenientes de fondos europeos, una cantidad que podría resultar insuficiente a tenor de la demanda habida. ¿Estamos en disposición de dejar por el camino a futuros profesionales agrarios jóvenes que cumplen todas las condiciones? Creo sinceramente que es un lujo que no nos podemos permitir. Somos conscientes de la infrafinanciación de nuestra comunidad autónoma y de la escasez de las arcas públicas de la Generalitat pero echémosle imaginación. Si hay que detraer fondos de otros departamentos de la Generalitat menos necesarios para financiarlo, háganlo.

Políticas agrarias propias

Desde La Unió de Llauradors i Ramaders creemos que hay que apostar por políticas agrarias propias para complementar hasta dónde no llegan las políticas de la Unión Europea o del Gobierno de España. Todo viene demasiado marcado y prefijado desde allí y debemos ser capaces de hacer políticas agrarias en clave autonómica con medidas específicas para nuestro sector. Así, pensamos que la Generalitat debería disponer de entre 30 a 40 millones de euros anuales de fondos propios en su presupuesto anual de la Conselleria de Agricultura, complementarios a los de Madrid y Bruselas.

Necesitamos, entre otras cosas, poder hacer políticas para impulsar la incorporación de profesionales agrarios jóvenes, pero también para modernizar las explotaciones y el regadío, cambiar el modelo productivo hacia otro más sostenible y competitivo, apostar por la investigación, la mejora varietal y su correcta transferencia al sector y aumentar las partidas de sanidad vegetal para prevenir antes que curar. Mientras no dispongamos de una cantidad de fondos agrarios propios en la Conselleria, difícil será nuestro futuro. O ahora o nunca.

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