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«Me pidieron 500 euros tras el secuestro»

El farmacéutico Fernando Roques y la Cámara de Valencia han sido víctimas de los ataques de los ciberdelincuentes

El infierno en solo 24 horas. Ese fue el tiempo que tardaron los dueños y empleados de la farmacia del Centro Comercial El Saler en sufrir casi en sus propias carnes el ataque de un craker. El copropietario Fernando Roques lo recuerda así: «Alguno de nosotros abrió un correo electrónico y al poco empezamos a ver que nos costaba entrar en el sistema operativo y también pronto ya no pudimos entrar en el servidor ni en el programa de uno de los ordenadores. Llamamos a un técnico informático y nos dijo que teníamos dentro un troyano que nos pedía 500 euros a abonar en bitcoins para desbloquear el acceso a los archivos». El ataque, que, según Roques, han padecido otras muchas farmacias, podría haber tenido serias consecuencias porque «no nos dejaba despachar las recetas electrónicas; te matan la actividad; si es durante media hora no pasa nada pero más de un día es imposible y además, ¿cómo se lo explicas a tus clientes?».Por suerte, los informáticos «vieron que se trataba de archivos que se podían eliminar e instalar otros nuevos sin que quedara perjudicado el programa de gestión, así que los cambiaron y no tuvimos que pagar». Desde entonces „hace un año„ no han vuelto a ser víctimas de ataques, entre otros motivos por las medidas de seguridad que han implantado, como hacer copias diarias de la base de datos del programa de gestión y acceder a una nube de la compañía de ciberseguridad donde los datos se graban cada hora.

La Cámara de Valencia ha padecido dos ataques de ciberdelincuentes. En los dos fueron secuestrados sus ordenadores y en ambos casos les pidieron más de mil euros por la liberación, según recuerda Carlos de Cózar, coordinador del departamento TIC de la corporación. Los «malos» aprovechan cualquier oportunidad para entrar, siempre a través del correo. En el caso de mayo de 2015 lo consiguieron porque una empleada esperaba un envío de Correos y en el falso mail camuflaron el virus. De Cózar asegura que la Cámara pudo restaurar los archivos sin pagar, pero añade que «hay mucha gente que paga, porque si no tenía copia se quedaba sin nada».

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