El pescado con etiquetas de denominación de origen valenciano puede tener los días contados. Así lo quiere la Unión Europea, aunque el Consell, a petición de las cofradías del sector en la Comunitat Valenciana, ha iniciado los trámites para crear una marca colectiva que identifique los productos procedentes de las costas de la Comunitat Valenciana. El sector pesquero valenciano, que da empleo directo a 3.500 personas y su producto en primera venta mueve más de 100 millones de euros anuales, se ha encontrado con una ingrata sorpresa que podría afectar de lleno su negocio. La Comisión Europea impide introducir en la modificación de la Ley de Pesca Marítima y Acuicultura que prepara el Consell la inclusión obligatoria del puerto del desembarque y de la fecha de captura del pescado en el etiquetado.
«El Ejecutivo de Bruselas, bajo el influjo de un sector importante de la distribución europea, nos ha instado a que eliminemos la referencia al nombre del puerto de desembarco, así como la fecha de captura, con el objeto de mantener la organización común y la unidad de mercado», lamenta el director general de Agricultura y Pesca. Roger Llanes.
De este modo, el sector pesquero asegura que pierde una valor añadido a su producto, con lo que se pierden las denominaciones autóctonas y tendrán que competir con productos procedentes de otras áreas. Los precios, por tanto, también podrían tender a la baja y el sector, perdería rentabilidad.
A la vista de este profundo plan que impone la UE, «la pretensión del Consell, al incluir estas referencias —que ha elaborado a través del denominado expediente «Pilot» de la Comisión Europea— es ayudar a la discriminación positiva de nuestra producción, además de tener clara la diferenciación y la trazabilidad del pescado que desembarca en nuestros puertos y asegurar a los consumidores una perfecta información de acuerdo con la normativa comunitaria», explica Llanes.
Un sector tradicional
La actividad pesquera en la Comunitat Valenciana es un sector tradicional que cuenta mantiene su negocio a pesar del desembarco de importaciones. Con todo, los mercados mayoristas y grandes firmas de distribución como Mercadona son algunos de sus principales clientes. Entre sus principales inquietudes se encuentran las laborales. En ese sentido y tras una reunión entre las cofradías y el delegado del Cobierno en la Comunitat Valenciana, Juan Carlos Moragues, la administración central ha atendido una de las demandas del sector: contemplar la figura del trabajadores fijo-discontinuo, muy habitual por ejemplo en el sector citrícola y otros ámbitos agrarios. Eso evitaría expedientes de regulación de empleo (ERE) en momentos de paralización de la actividad, es decir a partir del próximo 1 de junio, con la pesca del arrastre, que parará para realizar la veda biológica.
Los datos que maneja la Comisión Europea apuntan que en la actualidad el 93 % de las poblaciones de peces evaluadas en el Mediterráneo se encuentran sobrexplotadas, un mar donde se ha alcanzado un punto crítico y es previsible que la tendencia siga en declive si no se toman las medidas correctas.
De hecho, España ha comenzado a depender del pescado de otros países desde la semana pasada, cuando se agotaron sus propios recursos, incluido el pescado obtenido con acuicultura, según el informe anual elaborado por New Economics Foundation, que señala que en 2016 las reservas de pescado durarán un día más que el ejercicio anterior. El citado estudio revela que la esta situación se debe, principalmente a la sobrepesca. Los países más afectados son España y el vecino Portugal.
