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El informe

El «brexit» siembra el pánico en la Unión Europea

La salida del Reino Unido perjudicaría especialmente a este país, pero podría dar un jaque mate a la UE La salida de gran bretaña de la UE, que celebra un referéndum el 26 de junio, afectará de lleno a los principales sectores exportadores valencianos

El «brexit» siembra el pánico en la Unión Europea

Falta apenas un mes para que los británicos decidan si cortan amarras con el resto de Europa „«El continente, aislado», titularon una vez los rotativos londinenses durante una fuerte tormenta en el Canal de la Mancha„, es decir, si abandonan la Unión Europea. Si el 26 de junio dicen que se quedan, las capitales mundiales podrán beberse un whiskey doble y relajarse. El huracán no llegó a tocar tierra. Pero si votan que se van, necesitarán más de una botella para hacer frente al shock del peor día de la construcción europea. El director adjunto del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), Joaquín Maudos, considera que, al margen de los innumerables costes que el denominado «brexit» tendría tanto para el Reino Unido como para la Unión Europea, «lo más preocupante es la imagen que se trasladará al mundo de la no unión europea». Tan es así que la salida «podría afectar a la inversión extranjera en Europa y esto, a su vez, podría elevar las primas de riesgo, lo que afectaría especialmente a España, ya que encarecería su abultada deuda y generaría problemas en la banca». El profesor de Análisis Económico de la Universitat de València, Vicente Pallardó, coincide en que «el coste político para la integración europea sería tremendo» y recuerda que, en ese caso, Escocia pedirá otro referéndum para escindirse del Reino Unido y mantenerse en la UE.

Las consecuencias económicas serían también de calado, singularmente para el Reino Unido. Para la UE serían menores e incluso podrían comportar ciertos beneficios para algunos de sus integrantes: «Francia o Irlanda pondrían alfombras para que se instalaran en su territorio muchas multinacionales ahora radicadas en Londres y Alemania trataría de que Fráncfort se convirtiera en el centro financiero y bursátil del continente en detrimento de la City», apunta Pallardó.

Ricardo Miralles, director del departamento de estudios de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV), considera que «las consecuencias del «brexit» serían especialmente negativas para la economía británica, sus empresas y sus familias, porque los costes estimados superarían los beneficios esperados».

Además de la «inestabilidad que generaría sobre las inversiones „en parte, ya la está generando„, el «brexit» tendría claras consecuencias negativas sobre el comercio „las exportaciones„ y, con ello, sobre sus perspectivas de crecimiento real y el empleo. Para calibrar la importancia del comercio exterior, cabe recordar que el 44 % de las exportaciones del Reino Unido tiene como destino la Unión Europea, que es su principal socio comercial; no los EE UU». A este respecto, Maudos recuerda que «habrá que reformular todos los tratados comerciales internacionales», lo que podría implicar la vuelta a los aranceles entre las dos zonas. Además, como apunta Miralles, si el Reino Unido «piensa compensar la pérdida del mercado europeo continental con el estadounidense, desde EE UU, que está negociado precisamente el TTIP con la UE, se ha asegurado que no concederán un trato preferencial a Londres a la hora de negociar un futuro acuerdo comercial bilateral».

Por su parte, en los mercados financieros, la salida del Reino Unido «provocaría la devaluación de la libra esterlina (algunos la cifran en una horquilla entre el 15 % y el 20 %) y un repunte paralelo en sus niveles de inflación. Esto, a su vez, tendría adversos efectos de segunda ronda sobre toda la economía real. Por su parte, la calificación crediticia en los mercados también se vería perjudicada».

La patronal valenciana apunta que el coste estimado del «brexit» rondaría entre los 3.000 euros por familia británica hasta el año 2020, según la OCDE, y los 5.000/5.400 euros por familia en un periodo de 15 años, según el Premier británico, David Cameron. De esta forma, «frente a un crecimiento de un 4 % en los próximos 15 años, caso de que el Reino Unido continúe en la UE tras las nuevas condiciones que logró Cameron en las últimas negociaciones con la UE, los británicos podrían sumirse en una caída de su PIB del 4 % al 7,5 % en 15 años, para el caso de optar por su salida de la Unión».

Desde esta orilla del Canal de la Mancha, la opción del «brexit» podría reducir el PIB de la Unión Europea en un 1 %. Miralles añade que, «para España y, sobre todo, para la Comunitat Valenciana, las consecuencias serían incluso más negativas, debido a los fuertes lazos comerciales y los miles de residentes y veraneantes británicos que mantienen nuestro enclave económico como destino preferente o permanente».

Si el Reino Unido abandonara la UE se encarecerá el comercio exterior con destino u origen en el Reino Unido por la reaparición de tasas arancelarias, lo que perjudicaría gravemente a los principales sectores industriales. La combinación de dicho factor, junto con la caída de la libra ponen en riesgo unas exportaciones que, en el caso de la Comunitat Valenciana, se elevaron a 2.952 millones de euros en 2015, lo que supone un incremento del 33 % respecto al año anterior. Industrias manufactureras tradicionales como el calzado, juguetes, plástico, mármol, aluminio y textil-hogar serían las más afectadas, además del automóvil, que capitaliza el 48 % del total. Y es que el 10,3 % de las ventas valencianas al exterior se dirigen al Reino Unido, con una balanza comercial favorable en 1.585 millones de euros, que, según la CEV, podría desaparecer.

El 10,5 % de los británicos que eligen alojamientos turísticos en España viene a la Comunitat Valenciana. Estos visitantes acaparan el 31,5 % de la ocupación hotelera y el 52,2 % de la de apartamentos. Ahí es nada. Las empresas no contemplan el escenario del «brexit» y, según aseguran las patronales turísticas del sector, están más pendientes de la evolución de la libra. De este modo, la depreciación de la moneda británica puede retraer el flujo de turistas por la incertidumbre que generaría en este mercado emisor.El principal foco de atención es Benidorm, ya que en la capital turística de la Costa Banca se alojaron el año pasado más de 4,7 millones de ingleses. El Reino Unido es el primer mercado turístico, con unos dos millones de visitantes al año, principalmente en Alicante, con un gasto medio diario de 82 euros por turista que acude a este modelo de sol y playa. Benidorm concentra el 80 % de las pernoctaciones hoteleras. Uno de los factores que más influye en los británicos para venir a las costas valencianas, al igual que otros puntos de España, es la calidad de la sanidad pública. Si se consuma la salida de la UE, ese acceso universal se perdería. Reino Unido tendría que renegociar un nuevo convenio con el Gobierno de España para establecer mecanismos de compensación ante el elevado gasto que generan esos viajeros.

El sector agrario valenciano pone el grito en el cielo ante la posible salida del Reino Unido de la Unión Europea. En el aire está un negocio exportador valorado en casi 400 millones de euros anuales. Reino Unido es el cuarto destino de las exportaciones valencianas tras Alemania (1.181 millones de euros), Francia (1.179 millones) e Italia (504 millones). Además, la organización agraria destaca que, sólo en cítricos, las compras adquiridas por los británicos representaron 156 millones, que supone un 8 % de las exportaciones totales del sector. Además, el mercado del vino está creciendo tras alcanzar los 7,1 millones, un 4,5 % más que en 2014. En plantas vivas y flores, el valor de las exportaciones fue de 2 millones, según constatan los informes el Instituto Valenciano de la Exportación (IVEX). Reino Unido es el segundo destino de los vinos de España y el primero del aceite de oliva y del conjunto de las exportaciones agroalimentarias.

El principal sector exportador de la Comunitat Valenciana hacia Gran Bretaña es el automóvil (Ford Almussafes), cuya comercio exterior en este mercado se elevó a 1.484 millones de euros, lo que supone un incremento del 61,7 % en comparación con el año anterior. Si el Reino Unido no logra alcanzar un acuerdo de libre comercio con la UE, podría recurrir a normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y los aranceles en sectores clave como automóviles, productos químicos y alimentos seguirían siendo relativamente altos.

A cierre de 2015, estaban registrados 79.365 británicos en la Comunitat Valenciana, es decir el 27,7 % del total de España y el 18,11 % del total de extranjeros en la autonomía. El 88,5 % de estos británicos reside en la provincia de Alicante, que sería la más afectada por la más que posible bajada en turismo y residencia, según los datos que maneja la patronal provincial de Valencia.

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