Ya ha pasado un siglo desde que se constituyó la firma Docks Comerciales de Valencia, un nombre que ha ido ligado desde siempre al edificio protegido de hormigón armado diseñado por Demetrio Ribes, y en torno al cual comienza a vislumbrarse hoy un polo de innovación y atracción turística, en la dársena del Puerto, tras años de languidez y resaca de la era de los fastos. La empresa, reflotada hace dos décadas, es hoy una división de peso dentro del Grupo Romeu dedicado a la logística.
«Nuestro principio fue de casualidad. Docks era una empresa que pertenecía al Banco Central y en un momento determinado, hace 20 años, decide vender parte de su cartera industrial. Fue una negociación rápida. Compramos el 90 y pico por ciento de la sociedad. Era el edificio y las naves adjuntas», explica Francisco Romeu, catalán afincado en Valencia y tercera generación del Grupo Romeu.
Docks es una de las empresas logísticas más antiguas de España, tanto en el campo logístico como en la gestión de depósitos aduaneros. El primitivo almacén de productos comercializados, levantado a imagen de los puertos ingleses, es hoy una compañía logística de primer nivel y con proyección internacional.
La firma, básicamente, se dedica a la logística de almacenaje y distribución, pero tiene actividades anexas, como el transporte terrestre y depósito de contenedores. «Somos gestores de puntos de inspección fronteriza en Algeciras y Tenerife», añade Romeu. Docks ha crecido paulatinamente desde la incorporación al grupo. Cuando la Copa América y la Fórmula 1 tomaron la zona, el Puerto cedió al Ayuntamiento de Valencia la mayoría de terrenos de la dársena.
Eso hizo que el edificio de los Docks, teóricamente de logística, almacenaje y distribución, quedara desubicado para estas actividades y entrara en valor para otros usos, como el que se le ha dado en los últimos años, cuando el grupo Las Ánimas ha tenido allí una discoteca. Romeu llegó a un acuerdo con el Puerto y el consorcio de la Copa América y se cedieron las naves antiguas.
En ese momento se produjo el traslado a Riba-roja, justo en el momento más duro de la crisis. Desde ahí arranca la expansión de la compañía. A punto de cumplir los cien años, cuenta con plataformas logísticas en Barcelona, Madrid, Puerto de Valencia, Ontinyent y el Parque Logístico de Valencia. Además es concesionaria de los PIF (Puesto de Inspección Fronterizo) tanto del Puerto de Algeciras como del Puerto de Tenerife.
Docks, con cerca de 600 clientes y 15 millones de facturación en 2015, tiene planes de expansión. «En Barcelona tenemos que estar un poco más presentes de lo que estamos. Es un poco la asignatura pendiente», reconoce Romeu. «Pero luego vamos a dar el salto fuera de España, en línea con el resto de las empresas del grupo. Hay un proyecto adelantado en Marruecos, en Tánger, y es posible que Docks se instale para el depósito de contenedores y de transporte terrestre. Seguramente nos iremos a Tánger Med, el gran puerto de contenedores, a 40 km de la ciudad. Se está produciendo un gran establecimiento de empresas logísticas y el Grupo está invirtiendo allí», explica Francisco Romeu. Portugal también está en el punto de mira de la firma.
«Hemos superado la crisis», sentencia Romeu, que valora el carácter emprendedor de los valencianos y las espectaculares cifras de exportación que arroja la Comunitat Valenciana en los últimos años. Al calor de ese comercio creciente, Docks afronta su segundo siglo.
Un edificio histórico a la espera de uso y propietario
La construcción de Docks fue un hito en la Valencia de hace ahora un siglo. En el diseño de la obra estaba Demetrio Ribes, que había dejado su huella en la Estación de Norte. Hoy Valencia vuelve a mirar a Docks, a la espera de conocer su futuro. El edificio es propiedad del ayuntamiento pero el Grupo Romeu tiene la concesión hasta 2021. Tras la frustrada inversión singapurense para montar un hotel casino, Romeu se muestra abierto a negociar una salida: «No es nuestro negocio. Me gustaría que pudiera existir algo que hiciese de efecto llamada para revitalizar la dársena».
