Sigue tus sueños, no te hundas, mantén a tu gente unida, cuida los detalles... Han pasado casi treinta años de «El viaje imposible» a África: una expedición emprendida por un grupo de jóvenes en 1988 tan epopéyica que su eco aún perdura entre sus protagonistas, en forma de lecciones de vida y, por qué no, de enseñanzas que aplicar a cualquier aventura de emprendimiento empresarial.
Esa es la lectura que ha hecho tanto tiempo después Juan Manuel Baixauli (Valencia, 1963), presidente de Grupo Geisha y del Club de Márketing del Mediterráneo, el joven que estaba al frente de aquella expedición. El resultado es el libro El viaje imposible (Planeta), que acaba de ver la luz y está prologado por Manuel Palma (EDEM), Juan Roig (Mercadona) y Manuel Bermejo (IE Business School). En 1988, un grupo de 30 universitarios puso en marcha la que sería posiblemente la primera expedición solidaria española rumbo a África. El objetivo, en una época en que la cooperación estaba en mantillas en estas latitudes, era transportar material humanitario cruzando todo el continente. Fue un viaje duro, en el que se perdió la mitad de la flota; la mitad de los expedicionarios también se rindió.
Sin embargo, de aquellos casi 20.000 kilómetros de polvo, atravesando ocho países camino de Dakar, Baixauli obtuvo algo más que satisfacción: una hoja de ruta de management y emprendimiento en forma de decálogo. «Realmente habría que decir diez lecciones con las que nos retó África, para abordarla y superarla. La idea de las lecciones fue una consecuencia cuando estaba terminando el libro, al darme cuenta de lo que había sido clave para que aquel proyecto saliera adelante», explica el empresario.
«26 años después de aquella experiencia, me di cuenta de que los problemas o desafíos con los que me encontré son los mismos con los que te encuentras a la hora de emprender cualquier proyecto; y en un momento como el actual, donde emprender se ha puesto de moda, las lecciones que aquel proyecto nos dio son posiblemente las mismas que nos vamos a encontrar en esos retos profesionales a los que nos enfrentamos hoy en día», añade. Juan Manuel Baixauli, tres décadas después, resume aquel Valencia-Dakar 88 en diez lecciones:
1. Si tienes claro tu sueño, el desánimo no es una opción. El primer paso es soñar y soñar con algo, sin ese aspecto, no tienes claro ni el objetivo ni el camino dónde dirigirte.
2. Muchas veces somos nosotros mismos el principal embudo para crecer. Piensa a lo grande y serás grande. Al dejar volar nuestra imaginación no debemos ponerle límites, ni censuras, porque todo eso constriñe lo que podemos desear, alcanzar, así que hay que dejarse llevar, la realidad ya nos ira marcando. Este es el motivo de las dos primeras lecciones.
3. Contagia con tu ilusión a los demás, crea equipo, comparte, y consigue que todos vayan en la misma dirección.
4. ¿Cómo te enfrentas a los problemas? Puedes verlos como un reto estimulante o como un imposible y hundirte. Es cuestión de enfoque.
5. Creer es recrearte en las soluciones, no en los problemas.
6. Mantén al equipo unido. No olvides que la suma de las partes es mayor que cada una actuando independientemente.
7. Como en las ollas, cuando un grupo recibe mucha presión hay que generar mecanismo de salida para que no estalle. Hay que procurar que todo esto no actúe negativamente sobre el equipo. Asumir que no todo el mundo lo va a vivir igual.
8. Hasta las pequeñas cosas pueden desestabilizar una gran organización. No infravalores los detalles, cuídalos, vigílalos.
9. Cuando piensas que está todo perdido, aparece una solución... si la buscas. No te justifiques, no te quejes. Busca. Si la mente mira hacia atrás, no mira hacia delante.
10. El placer de culminar tus objetivos, del trabajo bien hecho, de cumplir con tus compromisos, no tiene comparación. Un segundo de gloria recompensa años de esfuerzo. Un instante puede hacerte inmensamente feliz.
