Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La entrevista | Juan Carlos Ureta

«La gran banca internacional cobra ya a los depósitos de más de cinco millones»

El presidente de Renta 4 propone a los inversores que acudan a los bonos corporativos no financieros porque son los que más rentabilidad están generando

«La gran banca internacional cobra ya a los depósitos de más de cinco millones»

Juan Carlos Ureta, presidente de Renta 4, visitó esta semana Valencia para hablar sobre las perspectivas económicas de futuro. Este experto financiero no esconde sus opiniones y reclama un cambio en la política monetaria y en la regulación bancaria.

2016 será complicado para la banca.

Renta 4 es un banco especializado en la gestión de patrimonios y activos financieros, intermediación en los mercados y operaciones corporativas. Algunos de los factores que afectan al sector bancario tradicional nos afectan, pero no todos. La banca tiene tres desafíos: los tipos negativos, que erosionan los márgenes, la gran carga regulatoria que nos genera unos costes muy grandes y los muy bajos volúmenes de intermediación en los mercados que han caído sobre un 40 % en todo el mundo. Eso impacta en las comisiones de intermediación. En este primer trimestre, hemos tenido mucho crecimiento en el patrimonio de clientes y comisiones de gestión que ha paliado otros efectos negativos.

¿Hasta cuándo van a aguantar los tipos de interés tan bajos?

Los bajos de interés mueven a los clientes a trasladar su dinero al mercado de activos financieros antes que a un depósito o bonos del estado. Pero rentabilizar ese dinero cada vez es más complicado.

¿Cuáles son las alternativas para vuestros clientes?

Tenemos un ejemplo claro en la ampliación de capital de Banco Popular. Los bancos en Europa están pensando en nuevas reestructuraciones, operaciones de ampliación de capital... Para la banca comercial los tipos están siendo muy problemáticos y si este escenario se prolonga mucho más es inevitable, y lo han dicho los presidentes de los principales bancos, que vamos a un nuevo proceso de concentración bancaria en España.

¿Y cómo afronta Renta 4 ese panorama?

Nosotros somos una rara avis, no somos sistémicos. No vamos al modelo macro sino al nuestro propio de ganancia de cuota de mercado. Además, nuestro negocio no es prestar dinero, podemos hacerlo, pero nuestro modelo es gestionar dinero.

¿Cuál es la alternativa a los bajos tipos?

Venimos proponiendo los fondos de retorno absoluto. Fondo Pegasus, Nexus... Todos dan una rentabilidad en torno al 2,5 %. ¿Cómo se hace eso? Con la gestión flexible. Por ejemplo, en el primer trimestre del año el gran éxito de los fondos como los que he citado son la inversión en bonos corporativos no financieros. Hemos tenido bonos de Indra a tres años en torno al 8 %, bonos Repsol a cinco años en torno al 12 %...

¿Un bono Repsol con la que está cayendo en el sector petroquímico?

Precisamente por eso. Un sector en febrero muy castigado y con una calificación crediticia muy baja. También hemos apostado por FCC o Telefónica. Esta rentabilidad ha sido posible porque ha habido un momento crítico en las bolsas. Cuando hay turbulencias en los mercados financieros, a veces es más fácil encontrar buenos activos a buenos precios que cuando hay euforia. Hay que tener paciencia y seleccionar muy bien.

¿Y qué se debe evitar?

Se deben evitar productos burbuja, como los bonos soberanos. No nos interesa invertir en un bono alemán que a diez años paga un 0,13 % ni tampoco un bono del Tesoro español que a diez años paga un 1,4 %. El precio no paga el riesgo.

Descartamos los depósitos...

No dan rentabilidad. Estamos llegando incluso a que la gran banca internacional en depósitos de más de cinco millones de dólares les ha dicho a sus clientes que les va a cobrar un 0,4 %.

Van a expandirse en Chile, Perú y Colombia...

Son mercados que estamos abriendo. Estamos alcanzando un equilibrio en Chile. Chile es un mercado pequeño pero que tiene un entorno de gran seguridad jurídica. Empezamos en 2012 y hemos llegado a acuerdos con el Grupo Falabella.

¿Cómo se puede solucionar el, según usted, exceso de regulación? Venimos de una falta de control más que evidente.

Lamentablemente no tiene solución. En regulación financiera hemos pasado de un extremo a otro, como un péndulo. Y ahora estamos en la sobrecarga regulatoria.

Pero justificada por la gran crisis.

Pero una vez más, las normas que se han dictado no van a solucionar los problemas que generó la crisis de 2008. Somos partidarios de la norma de dotar de mayor capital a la banca, pero normas como la Mifid, que genera una carga enorme, no van a proteger al inversor. Son normas enormemente formalistas.

Ha citado el proceso irreversible de digitalización. ¿Les preocupan las fintech?

Son players que están compitiendo con la banca comercial tradicional. La gestión de activos no la atacan tanto. Es verdad que están los robot advisors, que asesoran con algoritmos, pero hoy por hoy el inversor quiere un asesor personal.

¿Llegará algún momento en que un ordenador sustituya a un asesor?

Está pasando ya. En EEUU casi 50.000 millones de dólares son asesorados por robots. Es una cuota pequeña pero crecerá. Eso es el equivalente al low cost o al self service. No me atrevo a decirlo cómo funcionará pero nosotros creemos en el asesoramiento personal y la inversión activa.

Una de las claves para mantener los tipos a cero era la generación de demanda, algo que no se ha motivado.

Hay demanda. Hay vida en la calle y no hay gran depresión. Pero esa demanda se ha quedado muy lejos de lo que se podía esperar. Con inyecciones monetarias en la UE de 80.000 millones al mes. Si la respuesta a todo eso es crecer al 1,6 % y rozar la deflación, francamente la respuesta no es muy satisfactoria.

Pero hasta la FED ha frenado sus previsiones de subir tipos.

El BCE es esclavo de sus propias políticas y no será fácil que cambie. La FED, que ha querido cambiar, ha visto que hacerlo en solitario es muy difícil porque hace subir al dólar y castiga a su economía. No será fácil normalizar las políticas monetarias. Si la Reserva Federal no sube los tipos en junio será muy difícil que lo haga en septiembre con unas elecciones en noviembre.

¿El plan Juncker servirá de algo con unas economías tan endeudadas?

Siempre que fallan las políticas monetarias se sacan de la chistera el otro conejo, que son las políticas fiscales. Pero ahora no es fácil acudir a estas políticas por el elevado endeudamiento. Así que, posiblemente a lo que nos tengamos que enfrentar es a la tercera pata, que son las políticas estructurales. A corto plazo, normalmente generan ajuste, como una reforma laboral, pero que funcionan a medio plazo. La encrucijada no es fácil, la economía se enfrenta unas transformaciones que no han terminado.

Ante ese nuevo escenario. ¿España seguirá creciendo sin el viento de cola que propiciaron los tipos y la bajada del precio del petróleo?

Para una economía como la española, dependiente a nivel energético y muy endeudada, esos dos factores son vientos de cola. Pero no es eterno. Ese viento favorable hay que aprovecharlo para hacer reformas. Y aquí ha seguido habiendo déficit público. Pero será difícil que la economía española mantenga crecimientos superiores al 3 %, sobre todo si la economía europea no acaba de tirar.

Tenemos déficit, pero pese a ese desfase entre ingresos y gastos el Gobierno sigue planteando bajadas de impuestos.

Estamos en campaña electoral y por lo tanto hay que tomarse esas promesas con cierto escepticismo. Si hay que tener déficit prefiero que sea por una bajada de impuestos que por aumentar el gasto público. Hace años, cuando se decidió subir impuestos en 2011 fue un error.

Cuando han visto rescates bancarios a la competencia. ¿Cómo les sentó?

Evidentemente no nos hizo mucha gracia. Pagamos unas cuotas enormes al FROB y al Fondo de Garantía de Depósitos para rescatar competidores que no tenemos muy claro si sobrevivirán. Nos parece un mal modelo. Preferimos que lo paguen los accionistas, como en el Popular.

¿Qué solución tienen los bancos rescatados con el 60 % de capital público?

Buscar una salida rápida, o venta a competidores o salida a bolsa. Lo que no puede ser es que tengamos que responder por lo que han generado otros.

Compartir el artículo

stats