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Director general de Angels Capital

Jaime Esteban: «Valencia ya es reconocida a nivel internacional como polo de startups»

Jaime Esteban: «Valencia ya es reconocida a nivel internacional como polo de startups»

Jaime Esteban dirige Angels Capitals, el vehículo de inversión de Juan Roig. Angels Capital acomete las inversiones de forma muy selectiva y aplica el modelo de gestión que ha desarrollado con éxito Roig en Mercadona. La compañía invierte en empresas tradicionales como la bodega Torre Oria o disruptivas como Play Film, una startup que trabaja en un nuevo sistema de publicidad por vídeo. Angels es uno de los motores que está revolucionando la Marina. Esteban incide en la entrevista en que la Marina ya se está convirtiendo en un polo de atracción como demuestra la apuesta de Bankia e Innsomnia por montar en una de las bases de la Copa América su nueva aceleradora de fintech.

¿Qué es Angels?

Angels es una de las tres iniciativas que forman parte de Marina de Empresas. Nos dedicamos a invertir en líderes emprendedores a los que ayudamos a crear empresas sostenibles. Somos una sociedad de inversión que aplica el modelo de calidad total, que hemos aprendido durante la trayectoria de nuestro presidente en Mercadona. Esa es nuestra diferenciación, la aplicación de un modelo diferente de gestión empresarial. No somos solo un inversor financiero. Somos un inversor que se implica mucho en la gestión de las empresas.

¿Cómo es ese modelo de calidad total?

Es el modelo que Juan Roig ha desarrollado durante su trayectoria profesional. Él creó Mercadona hace 34 años y durante su trayectoria ha ido escribiendo un modelo de gestión con sus aprendizajes. Él está convencido de que ese modelo de gestión es el éxito de Mercadona. ¿Por qué lo hace? Cuando decide que quiere devolver a la sociedad parte de lo que ha recibido apuesta por crear empresas porque es lo que sabe hacer y porque está convencido de que así se genera empleo y riqueza. El modelo de calidad total es pensar siempre en el cliente a la vez de que tratas de satisfacer al resto de componentes de las empresa. Cualquier empresa tiene siempre cinco componentes: el cliente, los trabajadores, los proveedores, la sociedad y el capital. Si los atiendes en este orden secuencial es el modelo de calidad total. Primero el cliente y después todo lo demás. En cualquier escuela de negocios te dicen que la misión de la empresa es satisfacer al accionista. Nosotros lo ponemos en quinto lugar. Eso requiere creértelo y mucha disciplina. La filosofía es que si satisfaces la necesidad de un cliente seguro que después llegan las ventas y los beneficios. Si buscas primero el beneficio eso es cortoplacista y no te llegará la venta porque el cliente no estará satisfecho. Es un cambio en el orden secuencial.

¿Es una inversión a largo plazo?

Siempre. Nosotros somos un inversor temporal que piensa en el largo plazo. Nuestro objetivo es salir de las compañías cuando aplicando el modelo son capaces de volar solas.

¿En cuántas empresas están ahora?

Estamos en seis empresas. Tres están en la Marina y tres fuera. Tenemos una de 360 trabajadores.

¿Cuál es?

Grupo Sothis. Es nuestra inversión más antigua. Empezó de cero con dos emprendedores y el año pasado facturó 30 millones de euros. Tenemos la bodega Torre Oria. Ahí fue un proceso diferente. Llegamos a una bodega que estaba en dificultades y el año pasado facturó más de diez millones de euros. Tenemos otras que vienen de Lanzadera que son startups más recientes tanto online como offline. Tenemos una inversión en un hotel en Benimantell o en tecnológicas como Play Film y Codigames. Somos multisectoriales.

¿Se fijan en el proyecto o en el emprendedor?

Nosotros no pensamos en proyectos, pensamos en personas. Nuestro orden en cómo analizamos las inversiones es ese. Primero vemos a las personas y luego las ideas. Son necesarias las dos cosas. Si eres un excelente gestor pero tu proyecto no tiene ninguna viabilidad, tampoco podemos invertir en ti. Si eres un proyecto supervisable con un gestor incapaz de aplicar el modelo de calidad total y no eres un líder, tampoco. Nosotros analizamos muy bien a las personas.

¿Qué cualidades debe tener un buen emprendedor?

Un emprendedor debe saber llevar el liderazgo de su equipo y de su entorno. Tiene que ser como un director de orquesta que elige buenos músicos y es capaz de hacerlos sonar bien. Además, debe ser capaces de sacar adelante sus proyectos. Por ejemplo, Daniel Mayo estuvo en la primera edición de Lanzadera y tuvo la visión de crear un hotel en la naturaleza con suites desagregadas. Nosotros no lo creímos, pero no lo había hecho nunca. Apostamos por él porque nos pareció solvente, que cumplía lo que decía, que tenía una capacidad de ejecución brutal, y que se había rodeado de un equipo espectacular y lo había enamorado de la idea. Invertimos con ellos y hace un año abrimos el hotel. Es un proyecto que cumple el plan de negocio.

¿Hay apuestas seguras?

Nunca. El negocio de la inversión en proyectos que empiezan de cero es de altísimo riesgo. Todos lo sabemos. La tasa de mortandad de las startups es alta. No supera el tercer año más del sesenta por ciento. No hay ninguna garantía de éxito.

¿Cuál ha sido la mejor apuesta de Angels?

Yo creo que está por llegar. Hoy debería decir Sothis o Torre Oria, que era una empresa quebrada y ahora crece a doble dígito y con el 85 % de las ventas en el extranjero. Son dos apuestas de éxito para nosotros. Pero yo creo que no se puede decir que has alcanzado el éxito hasta que desinviertes. En Sothis llevamos más de ocho años.

¿Cuándo es el momento de salir de una empresa?

Nosotros no nos marcamos un momento predeterminado. Acordamos al entrar en qué circunstancias nos podemos salir, pero no hay un momento previsto de antemano. Un buen momento es cuando la compañía está madura para poder comprar nuestra participación sin que quede afectada su estabilidad y viabilidad. Cuando nosotros nos vayamos, la compañía tiene que seguir viva.

Y en general, ¿cuándo es el momento de entrar en una startup?

A nosotros nos gusta estar al comienzo. Creemos que aportamos valor como accionista es en las fases iniciales. En el sector se llama las rondas seed (semilla) o rondas a. Ahí ayudamos a estructurar al emprendedor como empresario. Cuando la empresa está asentada y con su estructura hecha aportamos menos valor. En una startup online, donde está muy protocolarizado las sucesivas rondas, yo creo que nosotros en una ronda b ya empezamos a no ser el socio no adecuado y se puede producir nuestra salida.

¿Cuáles serían esas rondas b?

Las rondas semilla y las a son las dos primeras que recibe una compañía cuando pasa de ser una idea a un proyecto que funciona, aunque todavía no genera retorno. Las rondas b son cuando la compañía genera recursos. A partir de ese momento, si hay otro jugador que lo hace mejor que nosotros y con otra dimensión pues bienvenido sea.

¿Cuál es la startup más disruptiva en la que han invertido?

Playfilm. Está creando algo de cero. Han creado un software que permite a los editores de vídeo para publicidad online introducir interactividad. Esto implica que el usuario que visiona el anuncio puede jugar con el vídeo. La ventaja para los anunciantes es que se produce un enganche del cliente muy superior. Esto es muy novedoso. En España no hay nada igual. A nivel mundial hay dos o tres operadores que están haciendo algo parecido. Es disruptivo, lo que implica generar un mercado nuevo.

Una vez que invierten en una empresa, ¿cómo intervienen en ella?

Cuando invertimos en una compañía siempre somos miembros del consejo de administración. Nos involucramos mucho. Nosotros no hacemos la gestión por ellos. Lo que hacemos es aportarles valor donde les hace falta.

¿Qué tanto por cien toman de las empresas?

Tenemos tendencia a tomar una minoría. Históricamente hemos sido más mayoritarios, pero en los últimos tres años hemos tendido a ser minoritarios. Que el emprendedor mantenga la mayoría de la compañía le hace sentirse mucho más propietario y vinculado al negocio. Además es una herramienta de gestión importante de cara a sucesivas rondas. Si el emprendedor se diluye mucho en la primera ronda, luego en las siguientes la capacidad de dilución se merma. Al final todos queremos que el empresario sea el emprendedor.

La Marina es un polo de innovación y ahora se va a montar aquí una aceleradora de fintech, pero ¿qué le falta a Valencia para consolidarse como punto de referencia de startups?

Tiempo. Yo llevo trabajando en startups desde 2007 y la evolución que ha tenido Valencia ha sido espectacular. Yo creo que Valencia ya es reconocida a nivel nacional y fuera de España como el tercer polo de startups. Cuando yo empecé tenía que irme a buscar proyectos a Barcelona y a Madrid. Ahora viene de fuera a ver proyectos. Tenemos un ecosistema consolidado y muy colaborativo, la mayor red de business angels está aquí y somos la ciudad con más aceleradoras. La startup que quiere surgir en Valencia tiene todos los mimbres. Además, el coste de vida es más barato y con los mismos euros una empresa hace más. Eso un emprendedor lo valora mucho. La Marina de empresas se está convirtiendo en una punta de lanza de este ecosistema.

¿Cómo nos ven los inversores extranjeros?

Cuando vienen a Marina de Empresas se quedan impactados porque no piensan que en España haya algo como esto. Además, a los británicos, nórdicos o a los alemanes nuestro entorno climático les llama mucho la atención. En Valencia hay mucho talento y eso es un activo que tenemos que poner en valor, y ven que hay un ecosistema que funciona. Aquí han venido inversores de Suiza, Inglaterra y Estados Unidos. Antes se quedaban en Madrid y Barcelona.

¿Ya están invirtiendo los extranjeros en proyectos de Lanzadera?

Todavía no hemos levantado ninguna ronda de financiación con extranjeros, pero sí que hay un par de proyectos de la tercera edición de Lanzadera que se están viendo con fondos e inversores norteamericanos. Nosotros solo hemos invertido en proyectos locales.

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