El puerto de Valencia es una máquina de hacer dinero. En términos de Valor Añadido Bruto (VAB), la entidad contribuye a la economía autonómica en 894 millones de euros, lo que representa un 1,74 % del total regional. Y si se mide el empleo (directo, indirecto e inducido), genera 19.800 puestos de trabajo, asegura un reciente informe de la Fundación Valenciaport y del Instituto de Economía Internacional-Universitat de València. Estas magnitudes macroeconómicas son tan grandes que el recinto del Grao, en términos de renta, contribuya más que otros ámbitos de actividad de vital importancia para la autonomía y se acerca a otros como el calzado (1,61 %) o el automóvil (2,28 %). Además, la ocupación producida por la actividad del puerto de Valencia supone un 6,80 % del total de la ciudad de Valencia y si extendemos el análisis a toda la comarca de l'Horta el puerto alcanza una participación de casi el 3,5 %.
«Comparado con otros emplazamientos marítimos de su entorno, el de Valencia tiene un peso muy significo en términos de contribución a la renta regional, que se explica entre otros factores por el importante valor añadido que genera el tráfico de contenedores sobre la industria logístico-portuaria», asegura el citado estudio. Más allá del consejo de administración de la Autoridad Portuaria de Valencia presidido por Aurelio Martínez „nombrado por la Generalitat con el visto bueno del Ministerio de Fomento„ y del que forman parte representantes (políticos, empresarios y sindicatos) nombrados por las administraciones central, autonómica y local, el control económico de los muelles está manejado por los sectores directamente relacionados con la actividad portuaria: navieras, empresas consignatarias, transitarias, sociedades de estiba y desestiba, amarradores, prácticos, remolcadores, aduanas y agentes de aduanas o transportistas. Además, hay efectos indirectos, resultantes del impacto de los puertos sobre el sector de actividades industriales en el área de influencia o hinterland de Valencia.
¿Quién maneja los hilos?
La patronal de los navieros, que agrupa a firmas consignatarias (representantes de navieras en los puertos) y estibadoras, está presidido por Vicente Boluda, a la sazón consejero de la APV y propietario del Grupo Boluda, con negocios en el ámbito de los remolcadores y otros servicios marítimos. Esta organización patronal, encargada de las relaciones laborales con la sociedad de estibadores del puerto de Valencia Sevasa-Sagep (1.400 fijos y unos 300, eventuales), también está controlada por representantes de grandes terminales de contenedores (Noatum, MSC y TCV), así como de las principales firmas valencianas que operan en los muelles.
El director gerente de la Asociación Naviera Valenciana, Antonio Crespo, en declaraciones a El Mercantil Valenciano, destaca que las empresas del sector generan algo más de un millar de puestos de trabajo y se están produciendo procesos de concentración e integración debido a los planes de los armadores y las alianzas entre navieras. «La implantación del nuevo Código Aduanero de la Unión Europea que garantiza el libre comercio. También el cumplimiento del convenio "Solas" para garantizar la seguridad a los buques mediante la instalación de básculas que verifiquen el control de las mercancía es un reto para las empresas», explica Crespo.
La patronal naviera aglutina a medio centenar de sociedades y siete son compañías estibadoras. Según Crespo, las mercantiles mantienen su cifra de negocio por el tirón de la actividad en el puerto durante estos últimos años, si bien advierte de la caída de contenedores en transbordo dada la competencia de puertos como Tanger o Sines.
El control de las cargas
Los transitarios consiguen volumen de cargas que son transportados desde el puerto de Valencia y están controlados por grandes mutinacionales, aunque también por pymes. Luis Rosa preside la asociación de transitarios ATEIA, que aglutina a 160 operadores de transporte. Un transitario pequeño factura unos 6 millones de euros, aunque las grandes corporaciones como Tiba, Oper Inter, Raminatrans o IFS, entre otras, superan con creces esas cifras de facturación.
«El reto que tenemos por delante es ver cómo afrontamos el Código Aduanero de la Unión Europea. Ese procedimiento debe conseguir que los costes se abaraten porque todos los puertos tengan los mismos tratos. Además, tendrá más vigilancia y seguridad por posibles fraudes y establece más controles fitosanitarios», explica Luis Rosa. En su opinión, la competitividad del puerto de Valencia mejorará en función de sus mejoras en infraestructuras logísticas. «El puerto de Valencia debe ser un puerto de referencia del sur y urge el corredor meditarráneo, así como terminal ZAL. Los buques que vienen de Asia deben poder descargar mercancías para que estén en el centro de Europa», explica el dirigente de ATEIA.
Transporte terrestre
Otros colectivos con peso específico en las terminales son las empresas con flotas de camiones y los autónomos que prestan los servicios de transporte de mercancías por carretera. ELTC, Asociación de Empresas de Logística y Transporte de Contenedores, es una agrupación de empresas de contenedores que operan en el puerto de Valencia y aglutina a unas 82 firmas. Forma para de la Federación Valenciana de Empresas de Transporte que preside Francisco Corell, a la sazón también miembro del consejo de administración de la APV en representación de la Cámara de Comercio.
El negocio que aporta el puerto para los camiones que pisan sus terminales „una media de entre 4.000 y 5.000 vehículos diarios, según fuentes de la APV„ también queda en manos de los autónomos del volante. La organización profesional Transcont, presidida por Víctor González, cuenta con la mayor representación de los trabajadores que transitan por las terminales de contenedores.
Y otro colectivo con poder en el puerto de Valencia es la corporación de prácticos. Esta agrupación es la encargada de gestionar el servicio de practicaje e información a buques prestado por profesionales cualificados y que tienen por objetivo velar por la seguridad y protección marítima, así como la seguridad de la vida humana en la mar y la protección del medioambiente marino en el ámbito marítimo-portuario. Está compuesta por tan solo una docena de técnicos, encargados de asesorar a los capitanes de los buques que se encuentran en las aguas portuarias y realizan escalas en aguas abrigadas del recinto del Grao.
