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El perfil | Salvador Navarro

El empleado que llegó a jefe de los empresarios

El presidente de la CEV empezó archivando albaranes en la empresa en la que su padre era camionero y acabó siendo copropietario de la misma - Tres décadas después de iniciar su vida laboral, se convirtió en líder de la patronal

El empleado que llegó a jefe de los empresarios

Si no se sale de la trazada, este empresario del transporte aficionado a las motos se perfila como el líder patronal autonómico del futuro. Una proeza sin parangón para alguien nacido en una familia de trabajadores que al poco de cruzar la puberta había dejado los estudios y se había tenido que casar con su novia tras un penalty en toda regla. El sueño americano hecho realidad en Valencia. A los 18 años, nadie, ni él en sus mejores ensoñaciones, podía imaginar que aquel joven mal estudiante, ya convertido en padre de una hija que ahora lo va a hacer abuelo y casi aprendiz en la misma agencia de transportes donde trabajaba su padre, se convertiría tres décadas después en el presidente de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV). Pero así ha sido.

Salvador Navarro nació en Valencia en 1963 hijo de un ama de casa oriunda de Fuentesclaras (Teruel), de donde dice que le viene su «sangre cabezona y la constancia», y de un torrentino que se dedicó toda su vida a conducir un camión de reparto. Segundo entre dos hermanas, estudió la EGB en los Escolapios. Era un «estudiante medio tirando a malo», según propia confesión. Así que siguió la misma ruta que tantos jóvenes al terminar la Educación General Básica. Se fue a Formación Profesional. Su primera inclinación era la de electricista, pero como no había plazas acabó apuntándose a la rama de administrativo.

Hay decisiones, más bien azares, con efectos insospechados que transforman una vida. Como quien dice de la noche a la mañana, a Navarro la FP le cambió la «actitud», tal vez porque de pronto descubrió cuánto le gustaba el cálculo mercantil y la contabilidad. Tanto, que empezó a sacar sobresalientes y matrículas de honor. Pero la aventura solo duró un curso. Cuenta Navarro que de pequeño le atraía la empresa para la que trabajaba su padre „Cave Logística„ y que era frecuente que los viernes por la tarde de su infancia, libre del colegio, le acompañara en la cabina del camión durante los repartos. Aquel verano posterior a su primer curso como administrativo, Cave buscaba un joven para archivar albaranes y, con el único propósito de ganarse un dinero, inició una relación con esa empresa que le llevaría de empleado a copropietario. Tras seis meses de prueba, el 1 de enero de 1980 es contratado formalmente. En esa década Salvador Navarro fue progresando desde auxiliar administrativo, oficial de segunda y oficial de primera hasta convertirse en director administrativo de la agencia de transportes. Laborioso y persistente, de aquellos años en los que si era necesario trabajaba sábados y domingos se reprocha no haber disfrutado de la infancia de su hija, nacida cuando él tenía 18 años y su mujer 17. Casi unos críos.

En 1994, ascendió a director general. Por entonces, las cuatro hijas del fundador de Cave, Francisco Mas, tenían la propiedad en la firma, cuyo consejero delegado era el marido de una de ellas en aquel momento, Pedro Coca, quien con el tiempo acabaría siendo secretario general de la CEV entre 1997 y 2003. Otra de las sucesoras se retiró del negocio y Mas les ofreció su participación a Navarro y al director comercial de la firma, Jaime Agramunt, hermano del político del PP y expresidente de la CEV, Pedro Agramunt. En 2002, el grupo, con implantación nacional, atraviesa dificultades y nombran presidente a Navarro. Sin embargo, el negocio no se endereza y dos años más tarde entra en el capital un grupo catalán especializado en gestión de mercancías. Navarro siguió vinculado a la firma, desde la presidencia, hasta que en 2011 preparó su saltó al liderazgo de la patronal provincial.

Aunque en aquel momento algunos oponentes hicieron circular que en realidad no era empresario para minar su candidatura a presidir la CEV, lo cierto es que desde 1998 había promovido otras aventuras mercantiles al margen de Cave. En ese año, junto a Agramunt y otros dos socios, creó AdE Logística, una mercantil especializada en el transporte de productos del sector químico y fitosanitario. En 2010, pusieron en marcha Cade Logístics, dedicada a la distribución domiciliaria, en especial de electrodomésticos y productos alimentarios. Con unas instalaciones de 4.000 metros cuadrados en el polígono Fuente del Jarro, la firma dispone de una flota de 50 vehículos que distribuyen artículos especialmente en la Comunitat Valenciana aunque ofrece cobertura en toda España. Además, preside Excelitas Global, una firma dedicada al desarrollo organizacional y coaching de la que es consejero delegado su yerno César Piqueras y directora de programas su hija Belén.

1998 fue un año clave en la incipiente vida pública de Salvador Navarro. Era vocal en la Asociación de Carga Fraccionada cuando el entonces presidente de la Cámara de Valencia, Arturo Virosque, dejó el liderazgo en la patronal del transporte. Francisco Corell le sucedió y pidió a Navarro que fuera el tesorero de la federación. Un año más tarde, cuando la CEV crea cuatro vicepresidencias en su organización de pymes Cepymev, Navarro es nombrado para ocupar una de ellas. En 2005, el entonces presidente del metal, José Vicente González, es elegido máximo responsable de la CEV y recurre a Navarro para que vigile las cuentas como tesorero del comité ejecutivo.

Seis años más tarde, González da el salto a la presidencia de la autonómica Cierval y se abre una batalla interna por su sucesión en la CEV. Navarro asegura que no aspiraba a sucederle y que fueron varias federaciones las que se lo propusieron en vista del interés del líder de la construcción, Juan Eloy Durá, y la convicción general de que al frente de la patronal no debía haber un constructor. Tras consultarlo con su mujer, Navarro se lanzó a una campaña que a finales de año le aupó al liderazgo de la CEV tras ganar en la asamblea a un hombre de paja de Durá. Sus seis años en la presidencia han transformado la patronal Además de absorber a Cepymev, ha impulsado una política de captación de empresas directamente asociadas para elevar los ingresos privados y depender cada vez menos de los presupuestos públicos, al tiempo que ha suprimido la prestación de cursos desde la cúpula, que tantos problemas causaron a la CEV en otras épocas. El resultado es que esta es la única provincial saneada ahora que la autonómica se ve en la necesidad de refundarse por los impagos de sus otras dos socias: la alicantina Coepa, en concurso, y la castellonense CEC, investigada judicialmente por la formación.

Ahí radica el último salto mortal de este empresario que se autodefine como introvertido y perseverante. Está dispuesto a que la CEV sea absorbida por Cierval para crear una nueva autonómica fuerte y única, fundada en sectoriales y empresas y donde Alicante y Castelló queden solo con estructuras mínimas. El premio personal será la herencia de González si el también vicepresidente de la CEOE no renueva en 2019. Con 53 años, Navarro afirma que se jubilará pronto: «A los 65 no estoy aquí».

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