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«No necesito mucho dinero para vivir; hay que ser discreto y sencillo»

Salvador Navarro dice que es «maduro para unas cosas, pero para la velocidad lo soy menos». Por responsabilidad, cambió la moto por un coche nada más nacer su hija hace 35 años. Sus socios en la empresa, «todos motoristas», le inocularon de nuevo el virus de esta pasión y a los 40 años se sacó el carnet de moto y se compró la primera. Con la que tiene ahora, siempre acompañado por su mujer, se ha recorrido media Europa durante los veranos. También es el medio de transporte diario por Valencia de este empresario que se define como muy casero y «muy chiquero». A la espera en octubre de su primera nieta, tiene cuatro ahijadas en la familia. Los fines de semana dice que los dedica a la familia, concretamente a sus padres y su suegra. No tiene segunda residencia: «No necesito mucho dinero para vivir». Si puede, evita la playa, a no ser que su mujer quiera broncearse. Le gusta el paddle y acostumbra a realizar largas caminatas por el antiguo cauce del Turia «para reflexionar». Está estudiando inglés. Si echa la vista atrás y repasa su trayectoria desde que empezó a trabajar afirma que el éxito personal de haber llegado a presidir la patronal valenciana «depende del trabajo y un poco de la suerte». Asegura que «no hay que creérselo» y tener muy claro que los cargos que ocupa «son temporales».

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