Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La mosca blanca pone en jaque la campaña del caqui

Las larvas de la mosca blanca desprenden una melaza que provoca la aparición de un hongo que puede llegar a cubrir toda la planta. El hongo dificulta la fotosíntesis y mancha los frutos, provocando su depreciación en el mercado.

La expansión de la plaga de la mosca blanca entre las plantaciones de caqui de la Ribera ha alarmado a los agricultores porque no tienen claro cómo combatir el insecto. La Administración solo autoriza de momento los tratamientos con Aradiractin y Spirotetramat y los resultados no están siendo positivos. La Asociació Valenciana d'Agricultors (AVA-Asaja) ha instado a la Conselleria de Agricultura a que acelere los trámites para que se pueda combatir a la mosca blanca de manera más eficaz. Tanto los productores de la Ribera como los servicios técnicos del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) han constatado que al menos tres especies de mosca blanca se han adaptando a la perfección al cultivo del caqui y han empezado a colonizarlo en una amplitud que comienza a adquirir «proporciones preocupantes».

La mosca blanca identificada como Dialeurodes citri es la que se ha implantado y se está extendiendo de forma «más mayoritaria» en las plantaciones de caqui, aunque también se ha observado la presencia, en menor medida, de otras dos moscas blancas denominadas Paraleyrodes minei y Aleurothrixus flocossus.

Los ataques de estos insectos se manifiestan a través de la puesta de huevos en las hojas del arbolado. La larva que allí va creciendo se alimenta de la savia y, con ello, «debilita considerablemente al árbol en cuestión, al tiempo que durante este proceso va segregando una melaza azucarada que cae sobre los frutos y causa la aparición del hongo llamado negrilla».

Bernardo Ferrer, vicepresidente tercero de AVA-Asaja y productor de caquis, explicó que el año pasado ya comenzaron a detectar la presencia del insecto en diferentes zonas de la Ribera, pero ha sido esta campaña cuando se ha expandido con fuerza. «En los últimos veinte días hemos notado que está propagándose de forma agresiva», lamentó. La consecuencia directa es la depreciación comercial de los caquis afectados.

Precedente de los cítricos

Hasta hace unos años, la mosca blanca solo afectaba a los cítricos. El insecto ha dado el salto a los caquis porque los tratamientos autorizados son menos agresivos, y las hojas son muy carnosas y tienen mucha agua. El problema más grave es la savia del arbol segregan una melaza que cae sobre el fruto y provoca la aparición de un hongo que lo mancha y le hace perder valor comercial.

José Francisco Sales, responsable de los servicios técnicos de AVA-Asaja, destacó que «como es una plaga nueva no hay una estrategia de control clara. A la Administración le ha cogido con el pie cambiado. No sabe cómo controlar a situación». Sales insistió en que el problema es que solo solo están autorizados los fitosanitarios Azadiractin y Spirotetramat. «Tenemos la incertidumbre de si los tratamientos son realmente efectivos», añadió Sales. En zonas como Alzira los tratamientos no están dando buenos resultados.

La asociación de agricultores ha pedido esta semana a la Administración que adopte de forma urgente medidas para atajar la plaga. El vicepresidente de AVA-Asaja precisó que el lunes se reunieron con la conselleria y ya se han puesto a trabajar. «No pueden dar soluciones inmediatas porque la legislación europea es muy restrictiva», apuntó Bernardo Ferrer.

La cosecha del caqui comienza en octubre. El fruto se encuentra ahora en fase de crecimiento y es cuando se ha detectado la virulencia de la plaga en los campos de caqui. Un problema añadido es que la rentabilidad del caqui puede estar en peligro debido al incremento de los costes de producción. «Esta situación ha generado una gran preocupación entre los productores porque el caqui es de los pocos cultivos rentables. Los agricultores están asustados porque han hecho los tratamientos y no han tenido efecto», lamentó el vicepresidente de AVA-Asaja. Los productores de caqui ya tuvieron hace cinco años problemas con la micofarela, pero insisten en que el problema es ahora mucho más grave. «La sequía ha acabado con los depredadores naturales de la mosca blanca y se está expandiendo sin control. Aquí no se habla de otra cosa», destacó Bernardo Ferrer.

Análisis de la situación

El responsable de servicios técnicos de AVA-Asaja señaló que ahora a la Conselleria de Agricultura está haciendo pruebas para tratar de atajar el problema, en una comarca que genera el noventa por ciento de la producción de caqui de toda España. «Tenemos la incertidumbre de cómo estará la situación en el momento de la recolección por la melaza que generan algunas variedades de mosca blanca y que mancha los frutos», aseguró José Francisco Sales.

Compartir el artículo

stats