¿En un mundo tan avanzado como el de las telecomunicaciones, queda margen aún para nuevas revoluciones?
Estamos inmersos en un momento de transformación provocado por la concentración de tecnologías que son un avance significativo frente a tecnologías anteriores, como el big data o el internet de las cosas. Es un momento importante por todo lo que se ha concentrado para explotar y porque, en segundo lugar, todo está al alcance de todos. Se ha democratizado el uso de la tecnología. Mientras en avances como la radio o la televisión la aproximación ha sido paulatina, hoy el 90% de la población tiene un smartphone con una capacidad de procesamiento superior a la del cohete que fue a la luna.
Parece que Vodafone está centrada ahora en la expansión geográfica, en extender las máximas velocidades.
Nosotros queremos diferenciarnos por tener la mejor experiencia de cliente, porque allá donde esté siempre tenga la mejor conexión. En la C. Valenciana y en verano tenemos una gran afluencia y por eso hemos reforzado la red 4G en los municipios turísticos y las playas, para que accedan igual que en su despacho o ciudad. La gente quiere acceder a información a la misma velocidad esté donde esté.
Están apostando por el 4G. ¿Da por superada la tecnología de la fibra óptica?
No. Nosotros en 4G seguimos evolucionando. Ya estamos en más de 100 municipios en 4G plus. Y en fibra estamos creciendo a mayores velocidades de subida y bajada y menores latencias. Hay una tendencia fuerte en el gaming, los juegos en red. Al principio jugábamos con maquinitas, luego, con el ordenador y las consolas. Ahora los nativos digitales juegan en red contra personas en toda el mundo. Para eso es necesario redes de velocidad de subida y bajada muy importantes y latencias muy pequeñas, que la capacidad de respuesta del juego a la orden sea inapreciable. El gran reto es hacerlo inapreciable cuando juegues con alguien en Japón. Esa tendencia puede parecer friki pero es una comunidad de millones de personas en España, juegan en red en tiempo real. La fibra óptica ha sido un gran avance y va a seguir mejorando.
¿Qué hay de la exclusión tecnológica, de las pequeñas poblaciones?
Estamos desplegándonos por todo el territorio. Hemos empezado en zonas de mayor población. Ya llegamos al 80% de municipios de entre 5.000 y 15.000 habitantes; y al 65% de entre 1.000 y 5000 habitantes. Hay diferencia con respecto a grandes ciudades, pero hacemos un esfuerzo para llegar.
Ahora están también conquistando el subsuelo, con la red de metro.
Tenemos dos piezas clave en nuestro adn: ofrecer la mejor experiencia al cliente e innovar llegando antes a todos los clientes. Fuimos los primeros en llevar el 3G al metro; los primeros en introducir el 4G en España y ahora los primeros en el metro de Valencia. ¿Por qué el metro? Queremos dar la mejor experiencia de navegación y el metro es un espacio donde la gente aprovecha para conectarse.
Con su experiencia en la C. Valenciana, ¿cómo valora la penetración de las pymes en el ámbito tecnológico?
La C. Valenciana tiene un tejido pyme muy representativo, aunque cada vez menos. Este es un territorio muy emprendedor y la empresa gana tamaño. Las dificultades de acceso a telecomunicaciones son cada vez menores. España se ha posicionado como una de las mayores redes de banda ancha en Europa. La pyme tiene una oportunidad con las nuevas tecnologías: la tiene al alcance para tener las mismas herramientas que una multinacional gracias a la tecnología en la nube y la banda ancha. Puede acceder a herramientas corporativas a las que no tenían acceso a través de un modelo de pago por uso. Es un cambio del pago por una máquina al pago por uso. Es mucho más barato para la pyme y más flexible. Puedo crecer sin infraestructura en mi propia casa. Igual que la democratización de aplicaciones y servicios que permiten a la pyme competir de tú a tú con la gran empresa. Está ocurriendo. Vemos a pymes que compiten con grandes corporaciones porque son capaces de acceder a soluciones tecnológicas que les dan ventaja competitiva.
Aprovecho para preguntarle por el brexit. Su compañía está especialmente preocupada por esta situación.
No puedo más que repetir palabras del consejero delegado. Una vez que los electores han decidido que Reino Unido no debe pertenecer a la UE a otros les corresponde valorar las consecuencias políticas y económicas de esta situación. Vodafone opera de manera autónoma en cada país y mantenemos el compromiso con los clientes del Reino Unido independientemente del referéndum.
¿En qué situación se encuentra el conflicto por la rescisión del contrato con Indra para la atención al cliente? ¿Se mantendrán los 415 empleos en Valencia?
Vodafone tenía un contrato con Indra. Ya finalizó y optamos por ir a un concurso y adjudicamos a Marktel. Hemos conseguido mantener el empleo de Valencia. Quisimos que Marktel absorbiera todo el empleo de Indra. Ahora Indra tiene que llegar a un acuerdo con sus empleados y a medida que salgan Marktel tiene el objetivo de incorporarlos.
¿Cómo funciona el nuevo 'call center'?
Hemos hecho una plataforma de venta telefónica para el sur de Europa, a pymes y grandes corporaciones de España, Italia, Portugal... Está funcionando muy bien y queremos incorporar a más gente. Es una forma de venta que nos permite llega a clientes que no quiere venta presencial. Tenemos en torno a cien personas. Empezamos este servicio hace unos años en Irlanda y decidieron que para el sur de Europa estuviera en Valencia. Ya lleva unos seis meses a pleno rendimiento.
¿Cómo ve el sector tras la compra de Yoigo? ¿Hay margen para más actores?
Los últimos movimientos de consolidación del sector con la compra de Yoigo dejan un escenario más racional de lo que había. Hay empresas invirtiendo fuertemente y compitiendo cada una con sus estrategias para ganar cuota. Hay muchos actores diferentes con los que también se compite. Mira lo que paso con Whatsapp y SMS: es una industria muy viva en que los operadores tradicionales invierten mucho dinero y hay que estar pendiente de la transformación digital.
