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El informe

La revolución digital transforma el mundo laboral

La industria 4.0 y las «smart cities» van a transformar el mundo del empleo. Los trabajos cada vez estarán más robotizados y las profesiones con más futuro son las ingenierías con una visión global para el análisis de los megadatos o «big data».

La revolución digital transforma el mundo laboral

El mundo laboral está ante una cambio radical por la revolución digital en ciudades y empresas. Las grandes ciudades están inmersas en su transformación en smart cities y la industria se enfrenta al reto de las smart factories (industria 4.0 o ciberindustria), lo que implicará una revolución en el empleo. El término anglosajón smart city hace referencia a las ciudades que utilizan las tecnologías de la información y las comunicaciones para ser mucho más eficientes y sostenibles. El concepto industria 4.0 (que los expertos definen como la cuarta revolución industrial) implica una nueva manera de organizar los medios de producción que en Valencia ya han comenzado a adoptar algunas firmas como Sesderma y empresas auxiliares de Ford.

Expertos como el director de la Escuela de Organización Industrial (EOI), Fernando Bayón, están convencidos de que «el 70 % de los bebés trabajarán en profesiones que todavía no existen». En los próximos diez años, según un análisis de la agencia de empleo Randstad, se prevé que las formas y métodos de trabajo se transformen, dando lugar a estas nuevas profesiones. Un cambio que vendrá impulsado por la incorporación al mercado laboral de los millennials, los jóvenes nacidos aproximadamente en las décadas de los ochenta y los noventa. Aristóteles Cañero, director de Peaks Business School de Valencia, advierte de que la auténtica trasformación va a estar en «la industria 4.0, que es donde se va a generar empleo».

El futuro en la industria estará marcado por la gestión de tecnologías como el big data (la retahíla de datos que van conformando nuestros avatares digitales y que dejamos a golpe de click), el machine learning (aprendizaje automático de las máquinas) y el internet de las cosas (la interconexión digital de objetos cotidianos con internet) que permitirán a los trabajadores interactuar con los robots. «La industria 4.0 es un concepto parecido al de las smart cities al que se le añade la robótica. Esto provocará un aluvión de oportunidades para ingenieros industriales, de telecomunicaciones e informáticos que tengan una visión global», explicó Cañero.

El director de Peaks, que fue decano del colegio de Telecomunicaciones de Valencia hasta marzo, añadió que la industria se dirige hacia la robotización para ser económicamente más competitiva y los nuevos profesionales van a tener que ser expertos en el manejo de las máquinas. «Un parón en la planta de Ford por un fallo mecánico es una barbaridad. En el futuro este tipo de plantas tendrán sensores que predicirán las averías para que se pueda intervenir antes», añadió Cañero. Este tipo de tecnologías de futuro están basadas en el análisis de la información del big data.

A grandes rasgos, la evolución del empleo en las conocidas como ciudades inteligentes estará enfocada a atender las necesidades básicas de aquellos que las habitan. Esto se consigue ofreciendo un aumento de la calidad de vida y un buen aprovechamiento del tiempo.

Las ciudades inteligentes deben recopilar todos los datos que se generan en ellas, analizarlos y procesarlos para afrontar los retos que se plantean. Para cumplir este objetivo necesitan generar nuevas profesiones. Este tipo de localidades, dependientes en gran medida de la tecnología, demandarán perfiles profesionales totalmente novedosos que requerirán de una formación adaptada y específica.

A medida que las ciudades crezcan por los movimientos migratorios, surgirán grandes desafíos para la gestión de personal y es ahí donde los departamentos de recursos humanos encontrarán un gran reto: adaptarse a la smart people (perfiles profesionales propios de las smart cities); y hacer uso de las plataformas de datos abiertos (open data) para conseguir una mayor eficiencia, ahorrar costes, mejorar las prestaciones e impulsar el crecimiento económico.

Estas ciudades inteligentes destacarán, en gran parte, por recurrir a la economía del conocimiento, haciendo uso de las tecnologías y la investigación para desarrollar avances en sectores como la ciencia, industria y comercio.

Tal y como indican las previsiones de contratación de la agencia Randstad que coinciden con las de Aristóteles Cañero, la búsqueda de talento en los próximos años se centrará cada vez más en los perfiles denominados STEM (Science, Technology, Engineering & Mathematics) o, lo que es lo mismo, aquellos que cuentan con formación en ingenierías como informática o de telecomunicaciones (electrónica o apliaciones de móvil); carreras relacionadas con ciencias de la salud como Medicina y Farmacia; o aquellas vinculadas a la Física o las Matemáticas.

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