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Opinión | Tribuna

Socimis: alternativa de inversión

En un entorno convulso y de elevada volatilidad como estr, conseguir una buena rentabilidad en las carteras es misión imposible. Las estrategias de diversificación son una herramienta eficaz

En un entorno convulso y de elevada volatilidad como estr, conseguir una buena rentabilidad en las carteras es misión imposible. Las estrategias de diversificación son una herramienta eficaz. Tras varios años, el sector inmobiliario vuelve a ser atractivo y con él se han puesto de moda las Socimis, Sociedades Anónimas Cotizadas de Inversión Inmobiliaria.

Durante el último año y medio han sido las que han animado el panorama bursátil español. Actualmente, hay 22 Socimis cotizando en el MAB (Mercado Alternativo Bursátil). Además, por primera vez, una Socimi (Merlin) forma parte del índice bursátil Íbex 35. Las cuatro pioneras y más grandes del mercado español son: Merlin, Hispania (participada por George Soros), Lar y Axiare. Estas sociedades debutaron en el parqué entre marzo y julio del 2014. La última en incorporarse Quid Pro Quo Alquiler Seguro, primera Socimi especializada en vivienda de alquiler.

A pesar de que este año su revalorización en el mercado no ha sido la esperada, hay que tener en cuenta que su trayectoria bursátil es todavía corta, pero el sector inmobiliario continúa a velocidad de crucero y los resultados del primer semestre de estas sociedades han cumplido con las expectativas de algunos analistas. Un ejemplo sería Hispania, que ha obtenido un beneficio de 120 millones en el primer semestre, lo que supone multiplicar por once las ganancias.

Pero, ¿qué son exactamente las Socimis? Son vehículos cotizados con un régimen fiscal específico cuya actividad se centra en el desarrollo, rehabilitación y explotación de inmuebles urbanos en alquiler, tenencia de participación en otras Socimis y desarrollo de actividades inmobiliarias accesorias. Entre sus características destacamos: debe contar con un capital social mínimo de 5 millones de euros y cotizar en mercados regulados o en sistemas multilaterales de negociación (como el MAB).

La parte más interesante para los inversores es el reparto de dividendos. Están obligadas a repartir un dividendo como mínimo el 80% de los beneficios que obtenga con el arrendamiento de sus inmuebles; el 100% de los beneficios procedentes de dividendos de sociedades participadas con el mismo objeto social y régimen similar a las Socimi, y el 50% de los derivados de la transmisión de inmuebles y acciones tras el plazo de mantenimiento, siempre que se reinvierta el otro 50%. Puede ser interesante para los inversores que quieran entrar en el sector inmobiliario de una forma menos tradicional que la compra de un inmueble, con la ventaja de obtener una rentabilidad para el accionista al mismo tiempo que liquidez para la inversión al cotizar en Bolsa.

En 2015, el 42% de la inversión inmobiliaria procedió de Socimis y se espera que sigan así. Pero no hay que olvidar que como activo financiero que son, tienen una rentabilidad-riesgo y no son aptos para determinados perfiles.

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